La Fiscalía y el Poder Judicial resolvieron, a una semana del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo, retenerlo en prisión preventiva por 18 meses, teniendo en cuenta, entre otros, las declaraciones del presidente mexicano López Obrador, quien manifestó en su rueda de prensa mañanera que éste había llamado a su despacho para pedir asilo y que él se lo había hecho saber a su canciller Marcelo Ebrard, para que se le abrieran la puerta de la Embajada de ese país en Lima.
Este hecho, se producía mientras, en el sur del país, crecía la ola de las protestas vandálicas que se iniciaron en Andahuaylas y fueron replicadas en Arequipa, Cusco, Ayacucho, entre otras regiones. Aunque, al inicio parecía que eran de apoyo al expresidente, pronto se manifestaron, a favor del adelanto de elecciones, el cierre del Congreso y por una Asamblea Constituyente; sin embargo, conforme pasaron los días, se ha demostrado que los ataques violentos tenían una estrategia bien planificada.
Los ataques vandálicos, en todas las regiones convulsionadas, han sido dirigidos a destruir lo que se denomina los “activos críticos” del país. Es decir: las carreteras, los aeropuertos, hidroeléctricas, ductos de petróleo y gas; así como locales de instituciones públicas y privadas. Lo que demuestra la elaboración y seguimiento de un guion muy bien elaborado y seguido al pie de la letra, con el fin de crear el caos y parar el Perú, dejándolo sin comunicaciones, sin luz, sin agua y sin alimentos.
Por su parte, la presidenta Dina Boluarte parecía no entender lo que sucedía, a pesar de que las turbas violentistas le pedían su renuncia; en varias ocasiones se mostró timorata y dubitativa, al fin y al cabo, estas turbas actuaban a nombre de la izquierda a la que ella no es ajena; pero obviamente, estos ataques son más propias de una izquierda radical que no entiende razones y que está más cercana a lo que un día fue Sendero Luminoso y el MRTA.
Con el expresidente, estos grupos se estaban enquistando en el gobierno; pero como bien hizo notar su socio Cerrón, una cosa es obtener el gobierno y otra el poder. En un año y medio en Palacio, parecía que ya estaban hartos de las “pelotudeces democráticas”, en frase de un congresista oficialista. ¿Por eso dieron el golpe?, “una decisión adelantada”, dijo Cerrón y ahora recurren a sembrar la violencia y el caos, incluso en el mismo Congreso, con sus shows mediáticos.
Todo esto lo conoce bien la presidenta, es por eso que, constatando que ha perdido el apoyo de su Partido y que no obtuvo respuesta cuando rogó a los violentos que se calmen -apelando incluso a su tristeza por el destino del expresidente y a su voluntad de visitarlo- volteó los ojos a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, así como al Consejo de Estado, reuniendo a todos los poderes e instituciones autónomas para gestionar la grave crisis.
Esta decisión le está dando frutos a Boluarte, pero no ha podido evitar la triste realidad de que se cuenten ya, no con 2, sino con 20 personas fallecidas en medio de la refriega; muchos de ellos adolecentes, sin contar a los niños, a causa del bloqueo de las carreteras. A lo cual se suman las millonarias pérdidas económicas.
El adelanto de elecciones es una salida con la que, la mayoría está de acuerdo, pero con mínimas reformas y cambio de las actuales autoridades electorales; de lo contrario, seguiremos empantanados de crisis en crisis.
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