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Foto del escritorFabiola Morales

Fabiola Morales / Octubre de los milagros


La imagen del Señor de los Milagros ha salido a recorrer libremente las calles de Lima, de las distintas ciudades del país y del mundo, ahí donde hay colonias peruanas; después de que, en años anteriores recientes, la pandemia del COVID19 había limitado o impedido estos recorridos, a hombros de cuadrillas de varones y acompañado de mujeres sahumaduras y multitud de personas.


La procesión de esta representación pictórica de Cristo en Lima, es multitudinaria, la más grande del mundo, según datos estadísticos y representa una de las más fuertes raíces de nuestra identidad y cultura peruana que se mantiene firme de generación en generación y que con orgullo espontáneo lucen nuestros connacionales en todo el planeta. Se podría decir que es una expresión peruana global.


Como sabemos, esta imagen de Cristo Moreno es una pintura perfilada en una pared de adobe por la mano de un hombre originario de Angola, Pedro Dalcón (se dice), en el siglo XVI, la misma que se conserva en la Iglesia de las Nazarenas y a la que, posteriormente fueron añadidas, las imágenes de Dios Padre, la Virgen María y santa María Magdalena. De esta pintura original, se tomó el modelo exacto para la que ahora recorre las avenidas de Lima, y se le añadió en la parte posterior a la Virgen de la Nube, para que acompañe discretamente a su Hijo en la cruz.



La devoción de los peruanos al Señor Crucificado, representado en esta imagen, creció exponencialmente después del terremoto de 1655 que casi destruyó toda la capital -cayeron casonas, iglesias, conventos y más-, pero la pared de adobe donde se pintó al Cristo Moreno se mantuvo en pie e intacta. Así se inició su veneración que, en principio fue mal vista por las autoridades eclesiásticas y civiles de la época, que en varias oportunidades intentaron derribar la pared; sin embargo, el fervor de los vecinos de Pachacamilla fue mayor y el Virrey, Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, ordenó construir una ermita, donde se ofició la primera misa el 14 de setiembre de 1671.


Actualmente, cuando nuestro país y el mundo son bombardeados por promotores de los antivalores de la Postmodernidad que se quieren imponer desde el Estado: a golpe de leyes, decisiones judiciales o políticas públicas inhumanas; desde algunas empresas mercantiles frívolas: con campañas de marketing adolescente; desde el poder mediático: con desinformación descarada y propaganda pura; y desde algunas millonarias ONG que reciben dinero externo: con una agenda que quiere imponer el aborto o la eutanasia; los peruanos no renunciamos a nuestra identidad ni a nuestras raíces humanísticas y cristianas, propia de los pueblos con solera y personalidad propia forjada por siglos de cultura.


Es por eso que, a muchos que ejercen el poder, no les queda otra más que “mostrarse” cargando el anda del Señor, solo para la “foto”; porque en sus decisiones y conducta son incoherentes, ya que, al mismo tiempo, no les importa la vida de las personas en sus distintas etapas, ni luchar en serio contra la corrupción que empobrece, ni hacer el mínimo esfuerzo por buscar el bien común.


El Cristo Moreno es reconocido como nuestro mejor embajador, porque ahí donde los peruanos han emigrado, han introducido su veneración, es parte de nuestro “modo de ser peruano”. Hoy, por gestión del Embajador de Perú en la India, Javier Paulinich, se entronizará su imagen en la Catedral de Nueva Delhi, con la presencia de embajadores de distintos países.


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