
El Perú ha organizado y presidido por tercera vez la Cumbre APEC, que une a 21 economías del Asia-Pacífico, cuyo objetivo es promover el libre comercio y donde nuestro país es uno de los 3 miembros privilegiados de América Latina junto a México y Chile. Este año, bajo el lema “Empoderar, incluir y crecer”, a diferencia de otros, se ha hecho énfasis en los beneficios de este Foro para las PYMES y MYPES, gobiernos regionales y locales, universidades, fundaciones y ONG, con la finalidad de llegar de la forma más directa a los ciudadanos.
En el mismo sentido, las reuniones de los representantes de APEC, a lo largo del año, se han llevado a cabo en distintas ciudades de provincias de las diferentes regiones: Trujillo, Cusco, Arequipa y Pucallpa, para finalmente concluir en nuestra capital, Lima, con la Semana de Líderes APEC PERÚ 2024, con la presencia de los distintos mandatarios, entre los que cabe destacar la presencia del presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden.
La gran novedad de APEC-2024, sin embargo, ha sido, sin dudarlo, la inauguración del Megapuerto de Chancay, que significa el lanzamiento del país hacia otro nivel de desarrollo en el mundo, a través del comercio internacional, liderado por las grandes potencias que han observado las potencialidades del Perú por su privilegiada posición geográfica en el corazón de Sudamérica.
El puerto tiene una superficie inicial de 141 hectáreas y un túnel de acceso de 1.8 km de longitud. Todos sus equipos son eléctricos, se espera que reduzca en 10 días el tiempo de viaje de Asia y hacia Asia, y podrá recibir buques con capacidad de hasta 24 mil contenedores, lo que reducirá significativamente los costos.
Nuestro país, que a fines de enero próximo inaugurará también uno de los más modernos y mejores aeropuertos, se está convirtiendo en un socio significativo para las economías de APEC que representan el 60 % del PBI global y el 48 % del comercio internacional y, especialmente, apetecible para el resto del mundo que contará con un hub marítimo y aéreo para pasajeros y productos hacia lugares lejanos.
Sin embargo, el reto es grande. Los peruanos todavía no estamos preparados para este “estirón” que se está produciendo en nuestro proceso de desarrollo, casi sin darnos cuenta, y solo comparable, tal vez, a nuestra adolescencia: época en la cual ya no somos unos niños, pero que tampoco somos adultos, y la ropa se nos queda chica de un día a otro.
A Chancay, a 60 km de Lima, empezarán a llegar las embarcaciones más grandes del mundo —Panamax y Post Panamax— barcos de carga que pueden transportar grandes volúmenes de contenedores con mercancía, que se calcula en un millón al año; pero, sin embargo, hacen falta las carreteras o las vías de tren para distribuirlos hacia los grandes mercados internos, principalmente hacia Lima y otros países de la región, una vez en suelo sudamericano.
Asimismo, la producción, industria y tecnología nacional deben ponerse los pantalones largos, de tal manera que este gran puerto no sea solo el lugar donde veamos pasar mercancías de un lugar a otro, sino que podamos exportar nuestros productos agrarios, mineros, pesqueros y tecnológicos al mundo, y crezcamos en ganar un valor agregado que ahora no poseemos.
Solo la inversión extranjera, ya sea de China, como de las otras economías prósperas de APEC, podría apurar la construcción rápida de las vías que, cada vez más, se van a necesitar. En esta Cumbre, el mundo ha puesto los ojos en la inauguración de Chancay, que es solo el inicio del desarrollo de la industria del transporte, la construcción, la industria naval y la tecnología que va a hacer falta a partir de la llegada de las primeras embarcaciones.
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