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Fabiola Morales / Liderazgo honesto para enfrentar desastres


El Gobierno le ha propuesto al Congreso crear la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANI) que reemplazaría a la Autoridad para la Reconstrucción por Cambios (ARCC), con la finalidad de enfrentar el reto de crear proyectos emblemáticos y estratégicos en el país; sin embargo, muchos parlamentarios se oponen argumentando que más burocracia no es la solución para resolver los problemas que generan los desastres naturales.


Efectivamente, el Gobierno con sus tres niveles y sus 18 ministerios, más: instituciones públicas y organismos autónomos, tiene ya demasiado gasto corriente y no todas funcionan tan bien como el Banco Central de Reserva. El Sinagred es el Sistema Nacional de Gestión de Desastres que se creó durante el periodo parlamentario del que formamos parte (2006-2011), con la Ley 29664, con un consejo de 9 ministros y 2 entidades autónomas, para la elaboración de planes de prevención y reducción de riesgos y manejo de los eventos adversos, bajo tres componentes: preparación, alerta y respuesta.


En el caso de desastres naturales existe el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) que “tiene la finalidad de proteger a la población previniendo daños, proporcionando ayuda oportuna y adecuada, asegurando su rehabilitación en casos de desastres de toda índole cualquiera que sea su origen”, como también tiene la función de informar y educar para la prevención de desastres naturales.


Asimismo, contamos con el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción de Desastres (Cenepred) que “asesora en la gestión del riesgo de desastres; brinda asistencia técnica a los tres niveles de Gobierno (central, regional y local) en gestión prospectiva y correctiva del riesgo de desastres; elabora normas e instrumentos técnicos relativos a los procesos de estimación, prevención, reducción del riesgo y reconstrucción, entre otros.”


Ignorando, supuestamente, la existencia de este Sistema, se creó la ARCC, porque no se conoce que esta autoridad tendiera puentes con estos organismos. Si los gobiernos posteriores a 2011 ignoraron el Sinagred y, más adelante, crearon la ARCC, debieron al menos reformar lo que hacía falta en ese sistema, para que no se repitan funciones y se cree el caos que no ayuda a prevenir, ni superar las consecuencias de los desastres en nuestro país, tan vulnerable a sufrirlos con cierta periodicidad.


La población en general no conoce que la solución a los problemas graves de emergencia a causa de un fenómeno natural, como el que estamos viviendo, especialmente en el norte del país, no es cuestión de crear más organismos públicos; sino en exigir que el sistema funcione. Y, para ello, es necesario el trabajo en equipo del Gobierno, bajo un liderazgo -honrado y eficiente- donde fluya la comunicación y las organizaciones pertinentes conversen para solucionar los obstáculos y no se dediquen a “pisarse los callos” por puro afán de protagonismo, u otros intereses más oscuros.


Para superar este problema, como en muchos, se aplica la famosa frase: “El Perú tiene buenas leyes, pero no se cumplen”. Si se considera que el Sistema de Gestión de Desastres no es eficiente, en todo caso, se debe reformar en lo que haga falta; pero, sobre todo, debe ser presidido por un gestor y su equipo que conozcan y realicen las acciones pertinentes para enfrentar los desastres y proceder a la reconstrucción y los cambios que haga falta. Proponer un nuevo organismo como la Autoridad de Infraestructura no es la solución, sino que el Gobierno en sus tres niveles coordine adecuadamente y se ponga a trabajar, también con la ayuda de la academia y el sector privado.


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