Los ciudadanos en el país que, antes de la proclamación del actual Presidente por el Jurado Nacional de Elecciones, estaban indignados, se han duplicado después de la presentación del gabinete que encabeza Guido Bellido, conformado por personajes controvertidos del espectro de la izquierda más radical. A tal punto que, periodistas como Gustavo Gorriti y César Hildebrandt, por nombrar solo dos botones a modo de ejemplo, han sufrido un verdadero shock fáctico, como producto de ver convertidas sus “dudas en certezas”.
Así lo expresan también los resultados de las encuestas nacionales de Datum, a nivel urbano rural, afirmando que el 41% de peruanos desaprueba al mandatario, José Pedro Castillo y el 76% rechaza el actual gabinete; cifras nunca vistas anteriormente, porque el pueblo peruano concede siempre una tregua, una luna de miel, aunque sea corta, a los nuevos gobernantes. La más alta cifra de desaprobación, Castillo Terrones, la tiene en Lima con el 56% y en el norte y oriente, 34%; lo cual lo convierte en un Presidente solo del centro y sur del país, donde lo aprueban con el 54.7%.
De acuerdo a estas cifras, ciudadanos que votaron y apoyaron a Perú Libre (PL), porque les producía “más certezas que dudas” de un mejor gobierno, resulta que se han desilusionado al día siguiente de la boda. ¿Tanto poder de manipulación ha tenido el profesor para engañar a un importante porcentaje de sus propios votantes, sobre todo a aquellos tan informados como Gorriti, Hildebrandt y compañía? Pareciera que no leyeron su plan de gobierno, o que no lo entendieron, o que en sus locas ilusiones se imaginaron uno más dorado y cercano a sus intereses. Qué tal espectáculo el que están dando, parecen llorar frente al muro de las lamentaciones.
Asimismo, el 57% considera incapaz el gabinete, porque sus miembros no están debidamente preparados para ocupar sus cargos, lo cual demuestra que nunca escucharon una entrevista hecha al candidato Castillo Terrones o pensaron que se trataba de un ventrílocuo quien se dirigía a la audiencia. Las carencias cognitivas del profesor eran más que evidentes, como lo eran las de su entorno, pero votaron por él; así que no le vengan a pedir peras al olmo. Ahora resulta que el 66.6% del estrato social C y el 54.6% del D, donde se encuentra un buen porcentaje de sus votantes, se sorprende y rechaza el gabinete; en Lima la cifra llega al 70% y 82.3%, en los niveles A y B, donde también apostaron por este Presidente.
No sé si quienes ahora se sorprenden vivirían en otro planeta, pero suficientes pruebas hubo de que marxistas leninistas maoístas, muy cercanos a grupos narcoterroristas, apoyaban la candidatura del actual jefe de Estado; si ahora, hubiera personajes de esas canteras en el gabinete, no les debería llamar la atención en absoluto, ni menos enojar. Si uno va a un restaurante y pide un arroz con pato, y arroz con pato le sirven, se lo come; sería ridículo hacer un pataleo porque lo que esperaban era que le ofrecieran pato a la naranja.
Finalmente, estos defensores de la candidatura del pobre profesor rural, se indignan porque Vladimir Cerrón, el Secretario General de PL es cercano al Presidente; en Lima, el 61% se sorprende que tenga poder en el gobierno y el 55% cree que son sus intereses los que priman. Pero, el colmo del ridículo es que ahora esperen que sea el Congreso quien les saque las castañas del fuego.
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