La elección como Presidente de la República Argentina de Javier Milei, por amplia mayoría, ha sido la noticia internacional de esta semana que, no solo ha ocupado portadas, sino que ha colocado en el centro de los comentarios políticos y económicos al más alto nivel, su futuro gobierno que le daría la vuelta al ya tradicional estatismo peronista de ese país que ha dado como resultado una crisis hiperinflacionaria brutal que sufren, sobre todo, los más pobres.
Su contendor, el Ministro de Economía, Sergio Massa, salió a reconocer su victoria, antes que se dieran los resultados oficiales, en tanto que, si bien logró ganar en la primera vuelta, en la segunda del batoje, perdió con una diferencia de más de 10 puntos.
Así quedó sepultada la posibilidad de un cuarto gobierno kirchnerista, al hilo, que inició Néstor Kirchner en 2003, le siguió su esposa Cristina y después Alberto Fernández.
Javier Milei es un profesor de Economía de 53 años que se hizo conocido como comentarista en distintos espacios mediáticos y desde sus propios programas de radio: Demoliendo Mitos y Cátedra Libre. Como líder del partido político, La Libertad Avanza, fue electo como diputado en 2021, plataforma que sirve para lanzarse como candidato a la Presidencia con un discurso y unos modos histriónicos y confrontacionales que, rápidamente, lo distinguen del pelotón político que corre tras el trofeo.
“Peluca Milei” fue un candidato que se presentó con largas patillas, peinado al viento, motosierra en mano y emulando al “rey león” para insultar abiertamente al establishment político argentino y colocarlos a todos bajo el apelativo de “casta corrupta” del que no se salvó ni su actual socia, la ex candidata presidencial y que ahora será su Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quien llamó prácticamente “terrorista”, “perteneciente a las juventudes peronistas montoneras”.
Sin embargo, Milei supo tragarse sus insultos, pedir perdón –mensaje que se regó en las redes sociales con una imagen de un león abrazando tiernamente a una graciosa patatita– y convencer a Juntos por el Cambio, de Bullrich, para unirse contra el kirchnerismo y apostar por el cambio. Se dice que el ex Presidente Mauricio Macri fue el gran arquitecto de esta alianza que les permitió un triunfo electoral tan holgado.
Entre las propuestas de Javier Milei –quien asumirá el gobierno el 10 de diciembre– para paliar la crisis argentina, están el de reducir el Estado a su mínima expresión, “dinamitar” el Banco Central, dolarizar la economía, recortar el gasto público, privatizar las empresas estatales, dar la bienvenida a la inversión nacional e internacional y potenciar el comercio y las exportaciones. Es decir, dar un giro de timón drástico para gestionar la situación de pobreza, reservas mínimas y pagos pendientes al Fondo Monetario Internacional (FMI).
No la tiene fácil Milei, quien se ha auto definido como “liberal libertario”, porque el Congreso debe darle los votos que necesita para hacer las grandes reformas que planea y no tiene mayoría, aun con el apoyo de sus socios.
En estos momentos ha emprendido un viaje a Estados Unidos y su primera visita ha sido para la Presidenta del FMI, Kristalina Gueorguieva, después de la cual, ha escrito en la red social X: “El fondo se mostró colaborativo para encontrar las soluciones estructurales que la Argentina necesita”.
Hace dos años, Javier Milei era un desconocido en el mundo de la política argentina; ahora tiene en sus manos el destino de esta gran nación empobrecida injustamente, gracias al apoyo de los votos más del 55% de ciudadanos. ¡Dios guarde a Argentina!
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