Fabiola Morales / El reto de la infraestructura
- Fabiola Morales
- 23 feb
- 3 Min. de lectura

El Perú es uno de los países de Hispanoamérica que más carece de infraestructura, a tal punto que megaobras como el recién inaugurado puerto de Chancay —que, sin duda, puede mejorar exponencialmente el crecimiento del país— o la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, en el corazón de Sudamérica, que se concluiría el 30 de marzo, están “cojas” porque el gobierno no ha terminado la tarea de construir las vías correspondientes.
En el caso del aeropuerto, ya nos hemos convertido en el hazmerreír internacional, porque medios extranjeros han hecho notar a sus connacionales que, una vez que aterricen en Lima, no podrán prácticamente salir, ya que no se ha construido el puente Santa Rosa. Se dice que se colocarán puentes provisionales y la vía de acceso hacia la calle Morales Duárez y, eventualmente, a la Costa Verde, pero que todavía no está en condiciones de uso.
En el caso del Megapuerto de Chancay, que revolucionaría la logística de la región, pasa algo similar: no hay transporte adecuado para sacar la mercadería hacia el Callao, ni pistas, y mucho menos un tren para el transporte pesado.
Es más, acaba de colapsar un puente de acceso a Chancay, lo que provocó que un bus de pasajeros cayera al río, dejando un saldo de alrededor de 40 heridos —20 de gravedad— y dos personas fallecidas. El puente era gestionado por la empresa concesionaria Norvial, de Graña y Montero, que, al parecer, no realizaba los trabajos de mantenimiento, ni el Estado, por medio de OSITRAN, fue capaz de fiscalizarla ni sancionarla.
Alrededor de 20 000 vehículos que transitaban a diario por el puente, entre unidades de carga pesada, autobuses y automóviles, se han quedado sin este servicio, afectando una vía clave para el puerto de Chancay. Llaman la atención las declaraciones del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, quien, según versiones periodísticas, afirmó que ya sabía que esto podía ocurrir, porque el puente tenía 60 años.
Chancay recibió el Megapuerto con un plan de obras aún sin aprobar, y el Ministerio de Vivienda presentó un documento técnico donde afirma que la ciudad requiere de un malecón de 8 km, denominado Costa Azul, y una cartera de más de 120 proyectos presupuestados en cinco mil millones de soles, los cuales deben estar listos para el 2034.
Si bien Chancay tiene la capacidad para recibir buques de 400 metros de largo y 60 metros de ancho, con una capacidad para 18,000 contenedores, no posee las vías adecuadas para sacar la mercadería del puerto. Por ello, este hub portuario de comercio marítimo entre Asia y el Perú ha entrado en una fase de “comisionamiento en pruebas”, es decir, ensayos con carga real que durarán, al menos, todo el verano de 2025, según voceros de Cosco Shipping.
Queda claro que el gobierno avanza a paso de tortuga en lo que se refiere a la construcción de la infraestructura necesaria para acompañar las grandes obras que realizan empresas que han visto en el Perú las bondades de una situación geográfica continental envidiable.
Por tanto, es hora de que el Congreso tome en cuenta estos retrasos y la falta de supervisión de las obras de infraestructura, que incluso han provocado accidentes con saldo de muertos y heridos, como ha sucedido con la caída del puente de Chancay. El ministro de Transportes, Raúl Pérez Reyes, es el responsable político y debe rendir cuentas ante la representación nacional.
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