El Congreso de la República ha nombrado, por amplia mayoría, a 6 nuevos miembros del Tribunal Constitucional (TC), completando así a los 7 magistrados que se requerían, para renovar esta importante institución que, desde dos periodos parlamentarios atrás, parecía imposible que se llegara a consensuar incluso para elegir a uno de sus miembros; por tanto, se trata a todas luces de un éxito irrefutable de esta representación.
En una sola sesión plenaria se eligió, uno tras otro, a los magistrados: Francisco Morales Saravia, Luis Gutiérrez Ticse, Luz Pacheco Zerga, Manuel Monteagudo Valdez y César Ochoa Cardiz; quienes junto al actual presidente, Augusto Ferrero Costa, conforman el actual TC que es el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad.
El mandato de los magistrados que ahora salen, tiene una duración de 5 años, sin reelección inmediata, por tanto, había vencido largamente; motivo por el cual, era necesario que este Congreso cumpliera con la ciudadanía eligiendo al remozado cuerpo de miembros del TC que tendrán a su cargo procesos de hábeas corpus, de amparo, de hábeas data, de cumplimiento, de inconstitucionalidad, competencial y de acción popular.
Los nuevos magistrados, a excepción de Manuel Monteagudo que lo hará en fecha posteriormente, fueron juramentados en una ceremonia que presidió el actual titular Ferrero Costa, por tanto, están aptos para empezar inmediatamente su labor en reemplazo de José Luis Sardón, Manuel Miranda, Ernesto Blume, María Elena Ledesma, Andrés Espinoza y el fallecido Carlos Ramos.
La composición del TC actual, como en el anterior, tiene una sola magistrada mujer, Luz Pacheco, quien es abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, doctora en Derecho, profesora de la Universidad de Piura en su filial de Lima y se desempeña como vocal del Tribunal Nacional de la Superintendencia de Fiscalización Laboral (Sunafil). Ha publicado el libro: “La dignidad humana en el derecho al trabajo” y artículos en distintas publicaciones científicas internacionales.
Es necesario reconocer el esfuerzo del actual Congreso en la elección de los miembros del TC de una manera ordenada y esforzada; como que también, que haya cortado la posibilidad de una absurda Asamblea Constituyente que solo hubiera traído una mayor inestabilidad al país, golpeando aún más aún la economía y la inversión que tanto necesitamos.
Quienes insisten en que se cierre el Congreso por, supuestamente, no estar a la altura del momento político que vivimos, deben reconocer que está desempeñando el rol estabilizador que le corresponde en el mantenimiento la democracia.
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