Esta semana acudió al Congreso de la República, el Presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, para solicitar facultades a fin de legislar, en materia de seguridad ciudadana y para la prevención y mitigación de los desastres naturales, ante la inminencia del fenómeno de El Niño costero y global en el último trimestre del presente año, dentro del contexto del cambio climático.
Según los científicos de la Oficina de Administración Atmosférica NOA, que monitorean las posibilidades de que se produzca un fenómeno de El Niño “moderado” han subido al 58% y de que, sea “fuerte”, al 25%; por tanto, es muy necesaria la prevención para amainar las consecuencias que ya conocemos por los eventos anteriores. En tal sentido, el gobierno ha solicitado legislar para acelerar la gobernanza en gestión de riesgos: limpieza y descolmatación de las riberas de los ríos, mejora de la infraestructura vial y la prestación de servicios de saneamiento que son las acciones más urgentes para la costa norte, principalmente, que es la que sufre por el desborde de los ríos, así como el derrumbe y caída de rocas con lodos en las zonas de las quebradas.
Este fenómeno, sin embargo, no sólo produce daño a las viviendas, caminos, puentes y carreteras; sino a la agricultura, con inundaciones en el norte y sequías en el sur del país, para lo cual, el gobierno ha solicitado legislar para fortalecer el seguro agrario de protección contra los desastres naturales. El sector agrario, como sabemos, nos ofrece la seguridad alimentaria, es uno de los puntales de la pequeña y mediana economía familiar; así como de la empresa agroindustrial exportadora de productos del campo para todo el mundo que ofrece un número importante de puestos de trabajo. Asimismo, también está sufriendo ya el sector pesquero por las altas temperaturas del mar.
En el pedido de facultades, echamos en falta, un mayor énfasis en el sector salud para mejorar la infraestructura sanitaria, el acceso a la atención médica y a los medicamentos, la promoción del cuidado de la salud, entre otros, en cuanto sabemos que el Fenómeno de El Niño, es caldo de cultivo para enfermedades trasmitidas por vectores como el caso del dengue, las gastrointestinales y respiratorias.
Si bien es verdad que la llegada del fenómeno de El Niño es inminente, ya sea en un grado menor o mayor, la solicitud que ha hecho el gobierno para agilizar los procesos de contrataciones con Estado, siempre es peligroso y el Congreso haría mal en otorgarlas, sin considerar al menos algunos candados que nos aseguren su transparencia; porque bien sabemos que si hasta el momento no se han llevado a cabo las obras y acciones que hacen falta para enfrentar los fenómenos de la naturaleza y, asimismo enrumbarnos al desarrollo, los obstáculos son la “corrupción” y la “ineficiencia”.
Los ministerios, así como los gobiernos regionales y locales no ejecutan los montos del Presupuesto de la República que aprueba el Congreso todos los años por estos meses, siempre tienen un retraso muchas veces escandaloso, al punto que al final del ejercicio, tienen que devolverlo a las arcas del Estado. A la “ineficiencia” en el gasto, se suma la corrupción por la cual, son muchos los funcionarios del Estado, desde ex Presidentes de la República, gobernadores y alcaldes los que se encuentran encarcelados y otros con graves procesos judiciales y de investigación.
La lucha contra la delincuencia es urgente y la mitigación de las consecuencias de los desastres naturales también; pero bien hace la Contraloría de la República en vigilar el proceso del gasto del Presupuesto que es dinero de nuestros impuestos, aunque algunos hayan llamado “alarmista” al Contralor.
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