La Presidenta de la República, Dina Boluarte, convocó esta semana a los líderes de los partidos políticos a fin de escuchar su análisis de la actual crisis política y sus propuestas para llegar a acuerdos para superar los conatos de violencia con el saldo de más de 60 muertos, principalmente en las regiones del sur.
El alcalde y gobernador de Lima, Rafael López Aliaga, asistió a la cita, como presidente del partido Renovación Popular, donde le expresó con claridad la inconveniencia e inconstitucionalidad de un adelanto de elecciones, más aún en un escenario donde unos pocos violentos las solicitan como “condición” para cesar los ataques y exhibir esta ruptura del orden constitucional, como si se tratara de un “trofeo de guerra”.
Un adelanto de elecciones generaría, no solo un gasto económico sino sobre todo inestabilidad, mayor polarización y un desgaste en los líderes que debieran estar más enfocados en cómo motivar un desarrollo social y económico que, desde nuestro punto de vista, debe centrarse en la persona, lejos del marxismo y capitalismo materialista que han perdido la visión del bien común, como el gran objetivo.
En tal sentido, el presidente de Renovación Popular propuso una mayor presencia del Estado, en su rol subsidiario para levantar a quienes en la sociedad tienen menos oportunidades y en su rol regulador de la economía para que se acabe con los abusos de ese mercado libre que se olvida de su responsabilidad frente a los más débiles que en nuestro país suelen ser los pequeños y medianos productores.
Asimismo, López Aliaga solicitó al Ejecutivo, un shock de inversión pública, sacando adelante las obras necesarias para el desarrollo, en un momento económico anticíclico, a consecuencia del temor de la inversión económica privada que se retrae por temor a las pérdidas en un país de inestabilidad política. En tal sentido, recordó el valor del litio para el impulso de Puno y el sur del país, y la necesidad de invertir en carreteras, vías ferroviarias, puertos, redes de agua y desagüe, colegios y hospitales, obras urgentes para el progreso de Puno, Apurímac, Huancavelica, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna que generen trabajo para superar las brechas de desigualdad y pobreza.
En lo que se refiere a la injerencia de algunos gobiernos, como el de México y Colombia, se respaldó la posición peruana de respeto y amistad con todos los países; pero también se hizo énfasis en la defensa cerrada de nuestra independencia y autonomía, rechazando narrativas que, desde las posiciones ideológicas inspiradas en el “Foro de San Paulo”, pretenden vender una imagen política manipulada del país, a la medida del expresidente golpista.
Inaceptable, también que el gobierno de México haya retenido para sí la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico que le corresponde liderar al Perú, uno de los países miembros fundadores y más activos en la organización internacional, que, desde su creación, ha dado frutos como un mecanismo de integración económica y comercial importante. Un espacio en que el Perú es uno de los mayores exportadores de productos no tradicionales que benefician, sobre todo, a la agroindustria y a los medianos productores en general.
Renovación Popular no votó por este gobierno que ahora preside Dina Boluarte, pero entiende que, estando en juego la paz, la estabilidad, el buen nombre internacional y el desarrollo del país, es necesario ofrecer una Hoja de Ruta que los partidos democráticos estudien, en el contexto de unas políticas públicas que beneficien el bien común.
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