Intempestivamente, la Superintendencia de la Banca, Seguros y AFP (SBS) anunció la intervención de la Caja Sullana, desatando la preocupación de casi un millón de personas que confiaron sus ahorros a corto y largo plazo, sus CTS, joyas y terrenos en calidad de prendas para obtener préstamos, entre otros, a esa entidad.
La Caja, según se informó, cayó en situación de crisis por “el acelerado deterioro de su solvencia” con una pérdida de su patrimonio del orden de casi el 50%, no de un día para otro, sino desde el 2020 a causa de factores internos y también externos como la pandemia y otros problemas de salud como las epidemias y causas climáticas. Sus principales clientes son pescadores y agricultores, afectados por estos fenómenos, lo cual incrementó la morosidad.
Apenas se conoció la noticia, los ahorristas corrieron a las agencias que la Caja tiene en distintas regiones del país para recuperar parte de su patrimonio a través de los cajeros automáticos, pero se dieron con la sorpresa de que ya se encontraban inoperativos. Como única información, se había “pegado” la copia de la resolución de la SBS, casi ilegible e incomprensible para la mayoría de personas.
El “corralito” financiero se había producido por la restricción temporal impuesta a los clientes de esta Caja, por la SBS, de acceder a sus depósitos en distintas modalidades. Un corralito financiero, término que se acuñó en Argentina durante el gobierno de Fernando de la Rúa, es un conjunto de medidas restrictivas que busca evitar la salida en masa de depósitos. Si bien en este caso se prolongó durante un año y fue una medida que comprendía a todo el sistema, en la práctica, el impedimento de acceder a su patrimonio lo viven actualmente algunos peruanos.
La preocupación de los casi un millón de pequeños y medianos ahorristas de la entidad financiera no ha derivado en pánico, porque tanto voceros de la SBS como de la Federación de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) salieron a tranquilizar al público, diferenciando la “intervención” de la “liquidación” de la Caja, lo cual ha permitido la consolidación o absorción con otra entidad de suficiente solvencia mediante subasta entre distintos postores.
La subasta se llevó a cabo mediante un proceso rápido y ha sido la Caja Piura quien ha asumido los activos y pasivos de la Caja Sullana, anunciando que se respetarán los contratos de préstamos y ahorros de sus clientes, en los mismos términos en que habían sido pactados, lo cual, sin duda, es una buena noticia que ha calmado a muchos de quienes poseen los ahorros de toda una vida de esfuerzo y trabajo.
El sistema de Cajas, sin embargo, se ha resentido. Por eso, desde la FEPCMAC, se ha recordado que las Cajas no han sido objeto de rescates financieros por parte del gobierno, como sí lo fueron algunos bancos, como el Banco Wiese en su momento. Asimismo, se ha señalado que el Programa Reactiva ha beneficiado a los bancos, pero no a las Cajas.
A pesar de que se prometió que a partir del viernes los clientes podrían acceder a realizar sus operaciones, ahora se ha pedido paciencia y unos días más por el trabajo duro para integrar sistemas. Mientras más tarde se realice este proceso y los ahorristas de la ex Caja Sullana no puedan acceder a sus depósitos, la confianza en las otras 10 Cajas se va a deteriorar necesariamente. Por eso, es urgente que se actúe con rapidez.
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