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Foto del escritorFabiola Morales

Fabiola Morales / Al filo de la noticia: la vida no vale nada  



“El crimen llegó a San Borja”: con esta frase abrió su programa nocturno una periodista de televisión, refiriéndose a un hecho criminal ocurrido en las inmediaciones del Centro Comercial La Rambla, recordándonos que, aunque la gran mayoría de los crímenes se producen en los distritos más populosos, la delincuencia avanza tanto en número de casos como en nuevos espacios en la capital.

 

Se refería a un crimen perpetrado contra un “jalador” de usuarios para los “taxis colectivos informales”, quien fue víctima de un ataque a balazos por parte de dos delincuentes que se movilizaban en una veloz motocicleta.

 

El hecho, que se llevó a cabo en la esquina con la Av. Javier Prado, podría haber producido más víctimas como consecuencia de la feroz balacera, dado que por ahí transita gran cantidad de personas y automóviles.

 

El crimen que terminó con la vida de esta persona habría sido motivado por una de las dos causas más comunes: el “cobro de cupos”, que afecta a pequeños comerciantes, dueños de bodegas, ambulantes, “parqueadores” y lavadores de carros, entre otros. El otro motivo es el de los llamados “préstamos gota a gota”; en ambos casos, el incumplimiento de los cobros exigidos se paga con la vida.

 

Nunca como ahora la delincuencia ha tenido armas hasta de guerra para llevar a cabo estos delitos. Y aunque la tecnología permite a las municipalidades una mejor identificación de los criminales, el sistema de cámaras no es lo suficientemente persuasivo.

 

La falta de personal policial y las limitaciones legales a las acciones del cuerpo de serenazgo dificultan la lucha contra el crimen, que ahora está muy bien organizado.

 

El viernes 30, mientras el Ministro del Interior, Juan José Santibáñez, aparecía en pantallas entregando rosas a la presidenta Dina Boluarte en el marco de la procesión de la imagen de Santa Rosa de Lima en su fiesta, en el emporio comercial de Gamarra, un “cambista” se salvó de las balas de asaltantes que lo atacaron y robaron una suma importante. Como declaró la dirigente Susana Saldaña, “El delincuente no descansa en feriado”.

 

Sin embargo, el mismo Día de la Policía Nacional, estos cumplían con su labor y, en pleno centro de Jesús María, un policía perdió la vida a consecuencia de dos balazos que le alcanzaron la cabeza y el corazón, disparados desde una motocicleta que montaban dos sicarios; al parecer, como producto de una venganza. Sin duda, ya no se trata de ataques en los distritos marginales; la delincuencia va ganando espacios en Lima.

 

Mientras el crimen se fortalece, las instituciones públicas llamadas a hacerle frente se debaten en una crisis de poder interna, como es el caso de la Fiscalía, y se disparan a los pies en una suerte de enfrentamientos “politizados” entre esta instancia investigadora, el Ejecutivo, el Parlamento, el Poder Judicial y la misma Policía Nacional.

 

De esta falta de unidad y estrategia coordinada se aprovecha la delincuencia, que está perfectamente organizada en bandas dirigidas e integradas por peruanos y extranjeros, provenientes principalmente de Venezuela, Ecuador y Colombia.

 

El general PNP en retiro, Danilo Guevara, analizó el problema en “Al final del día”, el programa de Canal N de la periodista Diana Seminario, e hizo énfasis en el rol que debe cumplir el servicio de inteligencia para prevenir el delito.

 

Asimismo, invocó al Plan Noboa de Ecuador y al Plan Bukele de El Salvador. A muchos les parecerán duras estas estrategias mencionadas, pero muchas veces los “grandes males se combaten con grandes remedios”.


 

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