El presidente Martín Vizcarra, después de convocar a Elecciones Generales el 2021, ha remozado su gabinete colocando como presidente del Consejo de Ministros al conocido Pedro Cateriano, quien ya se ha movido en las arenas políticas de la mano de Mario Vargas Llosa, Alejandro Toledo y Ollanta Humala. Es también -según muchos- padre de la etiqueta #fujiaprismo, un liberal; pero que sin problema se acerca a nacionalistas y a admiradores del Socialismo del Siglo XXI.
El Gobierno habría marcado así la cancha en la que se movería hasta su término en julio de 2021: lejos de los provincianos marxistas, leninistas, trotskistas del sur del país, y más cercano a los liberales limeños con el aplauso cerrado de los grandes grupos pro capitalismo puro y duro, que ahora respiran con un oxígeno que ya probaron, durante el último tramo del mandato de la llamada “pareja presidencial.”
Este gabinete, en principio, será el que asegure un clima democrático propicio para que las Elecciones Generales se produzcan sin inconvenientes; decimos en principio, porque, si en algo se ha distinguido este gobierno, es por tener un récord en la rotación de ministros, ya sea por cambio o enroque. Ojalá se mengue esta tendencia para que el país sepa a qué atenerse.
Cateriano ya hizo mención crítica a algunas decisiones pasadas del Jurado Nacional de Elecciones, lo cual nos muestra que tiene en la mira el proceso electoral para asegurar ojalá, una transición democrática sin cortapisas hacia un nuevo gobierno que, por cierto, tendrá la dura tarea de la reconstrucción económica y social del país.
El gabinete necesitaba un nuevo respiro, nadie lo duda; pero el incendio más que en el tema político, está en los aspectos sanitario y económico. El nombramiento de Pilar Mazzetti ha sido el más acertado, es una profesional de la medicina y de la gestión pública muy preparada y que conoce íntegramente el medio; tanto por haber sido ya ministra de Salud, como porque siempre ha desempeñado cargos directivos en el sector.
En Salud, en estos momentos, se necesitaba un perfil como el que tiene Mazzetti, es franca, enérgica y realista; y sobre todo es una gestora y científica seria que conoce muy bien el comportamiento, tan incierto, de este nuevo coronavirus y su repercusión en un país como el nuestro, tan limitado para ofrecer respuestas adecuadas a la pandemia. Ojalá tengan en cuenta sus recomendaciones y la dejen trabajar.
En lo que respecta al fortalecimiento del sector económico, no ha habido novedades. El Gobierno no ha llamado a economistas y otros profesionales cuajados y de polendas, como los que se necesitaría, sino que ha preferido continuar con los “juniors” y llamar a más de este nivel, a carteras tan importantes como la de Trabajo.
Pero no basta con calmar los nervios de los grandes inversores con el nombramiento de un PCM liberal que ha llegado a cuidar sin duda estos intereses; que sin embargo es un alfil político y no un economista con visión, como sí podría ser un Hernando de Soto apreciado en los foros internacionales por sus teorías sobre la superación de la “informalidad” del sector emprendedor, tan necesario en el Perú.
Cuidado con que los humores políticos nos hagan perder el paso firme con el que debemos caminar en la economía y sean los pobres quienes paguen la factura. Por lo pronto, solo en Lima se han perdido en estos meses 1.2 millones de empleos. Es hora de pensar menos en las encuestas y más en el Perú.
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