Dicen los especialistas que las pruebas para comprobar si una persona tiene Covid-19, llamadas “pruebas rápidas”, no son las mejores, en cambio, las “pruebas moleculares” que tardan más para arrojar resultado son las que dieron resultados exitosos en Corea del Sur. Sin embargo, el lote que ha comprado el Ministerio de Salud (Minsa), gran parte ya en el país, es de las más inseguras.
Asimismo, a estas alturas de la pandemia, no solo será complejo sino muy caro adquirir las “pruebas moleculares”; este es el motivo por cual es difícil saber cuántos y quiénes estamos infectados. La cifra que nos ofrece el Minsa a la fecha, alrededor de 2 mil personas, es bastante relativa y así, no es sencillo conocer, a qué proporción asciende. Más aún, cuando muchas veces la infección no presenta síntomas.
Las empresas que se dedican a proyectar estadísticamente el supuesto rumbo que tendrá la pandemia en el Perú, dicen que todavía no llegamos al pico y suponen que en determinada fecha será. Pero su talón de Aquiles es, justamente, desconocer el número los casos de infección que hay en el país. Bajo esta suposición es que el gobierno ha dado el segundo “martillazo” –casi a la par con el Presidente Trump- que, en nuestro caso, consiste en el “pico y placa” aplicado a las personas según el sexo. Lunes, miércoles y viernes, salen a la calle a comprar los varones y los días martes, jueves y sábado, las mujeres; siempre en las horas permitidas por el “toque de queda”, a excepción de los domingos en que todos nos quedamos en casa.
Sin una aproximación mayor a la cifra real de los casos de Covid-19, las decisiones siempre se van a tomar con los ojos vendados, a palo de gallina ciega. Es por eso que no solo se ha sacado a la Policía y las Fuerzas Armadas a las calles, sino que se ha convocado a los licenciados de los tres últimos años salidos de las instituciones castrenses. Y se ejercen medidas, cada vez más duras, de confinamiento en las casas y, CON RAZÓN, dado el panorama de desconocimiento, lo mejor es prevenir.
Por otra parte, las medidas también han cambiado respecto al uso de las mascarillas en las calles. Al inicio se decía, tal vez porque no había en el mercado, que solo el personal sanitario debía usarlas o las personas que habían dado positivo al nuevo coronavirus; sin embargo ahora, se exigen para salir. En este aspecto, también hubo una tardanza en la compra de las mismas, cosa que no sucedió con otros países que entre enero y febrero, hicieron una compra de 30 millones de mascarillas a empresas peruanas.
Ahora, la siguiente compra tendría que ser la de ventiladores mecánicos, tanto por parte del Estado, como de clínicas particulares. Nos han informado que son 100 las unidades de Cuidados Intensivos en el país que ojalá estén bien implementadas. Pero, dado el crecimiento de estos casos virales, es necesario correr al mercado para conseguir tanto los ventiladores, como los implementos que se necesitan para “entubar” los pacientes.
El número de fallecidos es una cifra más segura para considerar las proyecciones del Covid-19: al miércoles 2 el Minsa reportó 47, el jueves 55 y al día siguiente, 61. Felizmente, no llegamos a las europeas ni de lejos; es por eso que, con un panorama donde faltan pruebas de hisopados más seguras, las medidas de seguridad se imponen, aunque a muchos les cueste obedecer.
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