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Ernesto Gamarra

Ernesto Gamarra / Nombres de tránsfugas (5 de 6) 

Los nombres de los tránsfugas

 

Como en otros casos, Gonzáles Inga suscribió un “Compromiso de Honor”. Ese documento no era otra cosa que un papel en donde estampó su firma y huella digital el 23 de abril del año 2000, también elaborado según Montesinos por Merino Bartet. En él renunciaba irrevocablemente a Perú Posible, el partido por el que postuló y salió elegido, y se incorporaba por los siguientes cinco años a la agrupación “Perú 2000”. Y para que no quede duda alguna de su nuevo compromiso, decía textualmente: “…para lo cual actuaré en estrecha coordinación con el portador de la presente, de quien recibiré directamente instrucciones sobre el particular”.

 

Obviamente ese sometimiento incondicional al portador del documento, que no era otro que Vladimiro Montesinos, nos confirma lo sostenido por algún otro de los congresistas asiduos al SIN: la idea no solo era la de que Fujimori tuviera mayoría en el congreso, sino que el asesor contara con una bancada propia y de yapa también apoyara a Fujimori.

 

Cuando es elegido congresista Mario Gonzáles Inga estaba dedicado en su natal Tarapoto en la región San Martín, a diversas actividades que iban desde la comercialización de comidas y bebidas hasta empresas de telefonía en una empresa llamada Servicios Generales de Comunicaciones Gonzáles Inga S.A. Luego del traspié sufrido el año 2000 y su condena, ha abandonado esas actividades pero su tiempo lo utiliza para dedicarlo a una cuyo fin que dudamos se cumpla, es de la Investigación y Desarrollo Experimental en el Campo de las Ciencias Sociales y las Humanidades asociación en la ocupa el cargo de fiscal. Lo que si tenemos confirmado es que ha producido algunas páginas literarias incluyendo un libro de relatos titulado “El río Huallaga tiene hambre”.

 

A su turno, JORGE POLACK MEREL, también de Solidaridad Nacional, fue llevado a las oficinas de Montesinos en el Servicio Nacional de Inteligencia por Óscar López Meneses. A cambio de pasarse a las filas del partido de gobierno, pidió ser “elegido” presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso. Pero había un pequeño inconveniente: Fujimori y Montesinos habían ofrecido esa presidencia a Francisco Tudela. Por ello, Montesinos le ofreció, como premio consuelo, que lo “elegirían” vicepresidente de dicha comisión y la posibilidad de que, al siguiente año, ocupara la presidencia. Polack aceptó sabiendo que su interlocutor tenía controlada la votación en el Congreso.

 

Respecto de este personaje, Montesinos afirmó a la comisión algo que luego ha sido contradicho por testigos. No le entregué ni dinero ni vehículos a Polack, pero sí cumplí con su pedido y lo hice elegir vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República en donde, de acuerdo a lo pactado, se eligió a Tudela como presidente y secretario al también congresista fujimorista Fernán Altuve.

 

Montesinos hizo un pedido especial a la comisión investigadora: hablar en privado del caso de Jorge Polack. Es por ello que no existe la transcripción de los detalles de lo conversado en esa sesión. No descartamos, por supuesto que, en esa reunión, Montesinos les hubiera dicho que no era dinero lo que pidió el congresista, sino favores en procesos judiciales a cambio de su sometimiento.

 

Como fundamento de esa sospecha, hemos encontrado, en el juzgado penal especializado en delitos tributarios, que Polack tenía abierto el proceso N° 78-1997 y que, cuando lo habían citado para leerle la sentencia, obviamente condenatoria, Polack no se había presentado.

 

Hablamos ya del año 1998. Cuando Montesinos, como era público y notorio, tenía a su disposición a la presidenta del Congreso, Martha Hildebrandt. Es por ello que consiguió que esta se dirigiera mediante oficio, al presidente de la Corte Suprema para que dilatara la marcha de ese proceso penal.

 

No obstante, la siempre incómoda Matilde Pinchi, afirmó que Polack no solo había recibido dinero de Montesinos, sino que fue el más beneficiado: inicialmente había recibido ochenta mil dólares; una segunda vez doscientos cincuenta mil dólares; y, en la tercera oportunidad, ciento sesenta mil dólares; es decir, la considerable suma de casi medio millón de dólares. Cuando alguien de la comisión del Congreso, hizo notar a Montesinos que había una divergencia de versiones entre la de él y las de otros testigos, manifestó que prefería responder a eso en privado, lo que nunca ocurrió. La señora Pinchi volvió a repetir esas cifras cuando declaró ante una fiscalía suprema, pero Polack —a pesar de haber admitido que había visitado en varias oportunidades el Servicio de Inteligencia—, nunca reconoció haber recibido dinero a cambio de mudar de bancada en el congreso.

 

Jorge Polack Merel no solo era uno más en la bancada que estaba formando Montesinos, sino que tenía a su favor llegar con su pan bajo el brazo: era dueño de Radio Libertad, antigua e importante emisora, fundada el año 1945 y adquirida por Polack a comienzos de la década de los años noventa. Polack, evidentemente, la había potenciado, lo que le había permitido tener influencia para convertirse en congresista, el año 2000, como integrante de del movimiento del entonces alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio.

 

Jorge Polack había sido un encarnizado enemigo de Fujimori. No solo acogía en su radio a los críticos del gobierno del “chino”, sino que, incluso, participó en la conspiración y preparativos del frustrado intento de golpe encabezado por el general del ejército Jaime Salinas Sedó, el 13 de noviembre del año 1992. Esta acción sediciosa lo obligó a permanecer escondido por un tiempo y hasta tener que salir del país. Nada en ese momento, hacía presagiar que, en un futuro no tan lejano, estaría con quien lo había perseguido.

 

A partir de salir elegido congresista y puede ser esa también una de las razones de su pase al gobierno, la deudas que tenían su radio con entidades del Estado fueron satisfechas. Luego a su salida del Congreso a la caída de sus nuevos aliados, se vio involucrado —junto a quien fuera su asesor pasajero en el congreso Óscar López Meneses— en procesos penales acusado de haber interceptado conversaciones telefónicas con equipos que le habría dado a guardar el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, Vladimiro Montesinos.


 

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