Los que también cobraron, pero no se pasaron
El diario Liberación (18 de agosto de 2000) nos da la siguiente versión: Ante el estupor de la oposición, Waldo Ríos anunció su renuncia al FIM para convertirse en un “independiente” como Alberto Kouri. [Luego sigue]…los parlamentarios no terminaban de acomodarse en sus escaños, cuando de pronto, Martha Hildebrandt dio el uso de la palabra a Waldo Ríos entre aplausos de la bancada oficialista, lo que confirmaba plenamente la versión de Vladimiro Montesinos.
Los miembros del grupo parlamentario del fujimorismo, mediante mensajes a sus beepers, habían sido avisados del motivo por el que le daría Martha Hildebrandt el uso de la palabra a Ríos y es por ello que aplaudieron apenas se levantó para hablar y siguieron haciéndolo a lo largo de su discurso plagado de incoherencias con las que trataba de justificar su conducta. Ríos pidió diez mil dólares por el pase, además de un favor ante el Jurado Nacional de Elecciones que consistía en que sea remplazado en la alcaldía de Huaraz por una persona de su confianza y no por quien la ley establecía. El Jurado Nacional de Elecciones de ese entonces, como sabemos, obedecía ciegamente, y así lo hicieron. En cuanto a este favor, en su versión ante el juez Peña, Montesinos dijo que para atender ese pedido coordinó con los miembros de esa institución Alipio Montes de Oca, Rómulo Muñoz Arce, Reynaldo Bringas, Ramiro de Valdivia Cano y Walter Hernández.
Montesinos, también contó que Ríos Salcedo fue llevado donde él por un comandante del Ejército apellidado Ramos, quien había sido comisionado para tal tarea por el general José Villanueva Ruesta.
Luego de ese trabajo, Ramos fue pasado al retiro para que trabajara con Ríos. De esa manera Ríos estaría controlado y Ramos informaría detalladamente a Montesinos de sus actividades en el parlamento.
Según declaró Fernando Olivera al diario Liberación, el 26 de noviembre de 2000, Waldo Ríos fue el mensajero que le llevó la oferta de Montesinos para que presidiera el Congreso: Tuvo la osadía de usar a este tránsfuga como mensajero. Me proponía asumir como presidente del Congreso, a condición de que me reuniera con él, pero yo le dije al mensajero que jamás me reuniría con ese criminal.
Olivera narró una anécdota recogida en su reunión con Ríos el 19 de julio. Este había solicitado tiempo, al Jurado Nacional de Elecciones, ante la vacancia del teniente alcalde de Huaraz, Hermenegildo Villafuerte, con el fin de dejar como alcalde a una persona de su confianza. Una semana después, reunido en el SIN con Montesinos, el Doc lo sorprendió entregándole la resolución del Jurado que declaraba fundada la vacancia solicitada por Ríos. Montesinos estaba siempre un paso adelante.
Así, el Jurado Nacional de Elecciones el 13 de julio del 2000, es decir, por los días en que Ríos Salcedo concurría al SIN, dicta la resolución 1041-2000 que deja sin efecto, como lo quería el congresista electo, las resoluciones 746-1999 y 729-2000 del Jurado Nacional Especial de Huaraz; y, en cambio, confirma el acuerdo del Consejo Provincial de Huaraz declarando la vacancia del regidor Marco Villafuerte Montoya.
Además, para hacer la faena completa —tal como lo quería Ríos y Montesinos se lo había ofrecido— el JNE emite otra resolución el 24 de agosto del 2000 y nombra de alcalde en remplazo de Waldo Ríos, a Exaltación Clemente Osorio. Los deseos del nuevo jale se habían satisfecho plenamente. Este dejaba como sucesor en la municipalidad, a quien él quería y no a quien legalmente le correspondía gracias a la sumisión de un jurado servil su nuevo jefe: Montesinos.
No fue tarea difícil para los testigos reconocer a Ríos como uno de los asistentes al Servicio de Inteligencia. Ya era una “celebridad” desde que había aparecido por las calles de Lima cargando una cruz a modo de Jesucristo. Hasta la señora María Angélica Arce, a quien llamaban “Maruja” secretaria en el Servicio de Inteligencia y poco interesada en identificar a los visitantes de su jefe, lo recordaba vivamente por ese hecho.
Pero… tras cuernos, palos. Ríos que se encuentra en estos momentos, purgando una pena de cinco años de cárcel en el penal de Huaraz, dio positivo a la prueba de Covid 19 en el mes de mayo del 2020. Sin embargo, a pesar de ello, las autoridades penitenciarias no aceptaron trasladarlo a un centro de salud.
La prisión se debe a una condena por irregularidades en obras realizadas cuando fuera alcalde de Huaraz; y, para colmo de males, el fiscal anticorrupción, Carlos Roncal, pidió que le pusieran veinte años más de cárcel por el delito de Lavado de Activos.
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