Contexto Internacional
El mundo se desaceleró en 2019 y podría mantenerse así en 2020 si subsisten las dificultades financieras (inflación, devaluación y tasa de interés, que originan incertidumbre y fluctuaciones en los capitales); comerciales (limitaciones y tensiones, que desaceleran el comercio exterior); sociales (baja empleabilidad, no inclusión y migración, que afectan la demanda interna); políticas (conflictividad, protestas y corrupción, que incrementan la incertidumbre en los agentes); y económicas (empleo e ingreso que detienen la demanda interna).
Economía Nacional
En 2019, habría crecido 2,2% contrariando las proyecciones del MEF (4,2%) y BCRP (4%). Para 2020, estas entidades vuelven a caer en el optimismo al proyectar un crecimiento de 4% (MEF) y 3,8% (BCRP).
Por su parte, los organismos multilaterales prevén 3,25% el FMI; y 3,2% tanto el Banco Mundial como la CEPAL. Las expectativas que recoge el BCRP en su Encuesta de Expectativas Macroeconómicas están alineadas: 3,2% los Analistas Económicos y las Empresas No Financieras, y 3,1% el Sistema Financiero.
Finalmente, los bancos promedian 3% (BBVA 3,1%, BCP y Scotiabank 3%); las consultoras nacionales 3% (IPE 3,2%, Apoyo 3% y Macroconsult 2,9%) y las foráneas 2,9% según la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas.
¿Creceremos más o menos de 3%?
Tenemos proyecciones optimistas de 4% en el MEF y BCRP y proyecciones realistas de 3% en el resto de entidades y analistas acreditados. A priori, se repetiría la trayectoria del año 2019, pero habiendo un mal primer semestre en 2019, puede tenerse una ventaja estadística que se debe aprovechar en 2020.
Si además de esto, hay mejoras en el sector externo (dinamismo de la economía norteamericana en época releccionista, y mejora de las cotizaciones internacionales); y hay esfuerzos en el ámbito interno (recuperación de la inversión pública y reconstrucción y convocatoria a la inversión privada), se podría intentar revertir una tendencia y superar el 3% en 2020.
Claro, también hay riesgos como la conflictividad política y la incertidumbre económica, más aún si en el segundo semestre arranca la campaña electoral. Pero precisamente por ello, debemos dejar la economía ordenada y recuperada para que el siguiente gobierno supere el nivel actual, el más bajo de la década.
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