Antecedentes
En 1895, Argentina era el país más rico del mundo según un estudio del Maddison Historical Startistic, pero las políticas proteccionistas e intervencionistas desde la década de 1930, han debilitado su economía a tal punto de tener recesión 1 de cada 3 años desde 1950 y 1 de cada 2 años en la última década. En 2019, Argentina ha tenido a nivel mundial la tercera mayor inflación (58,3%) y la sétima mayor recesión (3,1%).
Potencial
Hoy, según el FMI, el PBI de Argentina está en el puesto 27º en el mundo. Esto se sustenta en el potencial del país como primer exportador mundial de harinas, aceites, peras, limones, uvas y yerba mate; segundo de maíz y miel; tercero de soja; cuarto de algodón, carnes y vinos; quinto de trigo y aceitunas; sétimo de cereales y cuero. Además, destaca por su producción mineral (litio y plata), pesquera (merluza y langostinos), forestal (pino y eucalipto), de vehículos (automóviles y camiones), de tecnología y turismo (segundo en Latinoamérica).
Proyecciones
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, los analistas argentinos esperan para 2020 una inflación de 42% y una recesión de 1,6%, en medio de la desaceleración mundial.
En la economía externa, no se espera menos restricciones comerciales ni mejores cotizaciones de commodities. Asimismo, si bien hay esperanza de una mejora en las economías china y norteamericana, no es seguro que ello dinamice el comercio internacional, sino más bien su oferta local y demanda interna.
En la economía interna, se prevé que el tipo de cambio pase de 60 a 90 pesos por dólar en 2020, con el fin de no perder reservas internacionales. Asimismo, se ha reducido 6% el gasto fiscal e incrementado 10% el servicio de la deuda.
Precisamente, el pago de la deuda externa es central para Argentina, que debe destinar US$ 52,000 millones en vencimientos este año. El resultado de la renegociación a fin de marzo puede influir en las expectativas de los mercados.
En la economía de las personas, se tiene por un lado la necesidad de subir tributos y tarifas, pero por otro la posibilidad de estimular la demanda interna, no sólo para dinamizar la economía, sino también para paliar los problemas enerados por el desempleo (mayor a 10%) y la pobreza (mayor a 40%).
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