Evolución de la Salud
Antes del COVID-19, subestimado el virus (en contagiosidad, positividad y letalidad), Perú diseñó un plan en febrero que priorizaba pruebas moleculares que no se adquirieron suficientemente, y reaccionó tardíamente en el cierre de fronteras, cuarentena, detección, aislamiento y seguimiento. Tras 4 meses de enfrentar la epidemia, Perú llegará al quinto lugar mundial en contagios y décimo en decesos, y mantiene el sexto lugar en casos activos y el décimo en críticos.
Evolución de la Economía
Antes del COVID-19, la economía iba desacelerada (creció 3,99% en 2018 y 2,16% en 2019), crecían el consumo público (2,1%) y privado (3%) y la inversión privada (4%), y caían la inversión pública (-1,4%) y exportaciones (-2,8%), y se tenía un desempleo de 6,6%. Tras la rígida cuarentena y pese al mayor plan reactivador de Latinoamérica, se espera la tercera recesión del mundo (13,9%), y también caídas fuertes en exportaciones (18,1%), inversión pública (-8,5%) y privada (-30%), consumo público y privado (-9,4%), y un desempleo de 13,1%.
Situación del Estado, las Empresas y las familias
El Estado dispone de US$ 18,000 millones de endeudamiento (que pasará de 27% a 39% del PBI) e incrementará el déficit fiscal de 1,6% a 9,7% del PBI. Las empresas y familias han enfrentado restricciones en producción y consumo, que podría sumar US$ 35,000 millones en 2020, además de 1,5 millones de empleos perdidos. Así como el Estado ha encontrado financiamiento, las empresas han tenido dos instrumentos importantes (Reactiva con S/ 60,000 millones y FAE-MYPE con S/ 800 millones). No obstante, los trabajadores han dispuesto de pocas facilidades para enfrentar la crisis (el Bono de S/ 760 equivale a S/ 7 diarios), por lo que han recurrido a sus ahorros personales (CTS y AFP).
“Reactiva Peruano” (sin demanda, será difícil recuperar la economía)
Los trabajadores tienen por préstamos bancarios personales, vehiculares e hipotecarios; SUNAT, predios y arbitrios; tarjetas de crédito; servicios públicos (luz, agua, telefonía); gastos en salud y educación; alquileres y mantenimiento; y con familiares y proveedores. Para ello, se ha planteado una línea de crédito para los trabajadores con cargo a sus ahorros (CTS y AFP), los cuales pueden servir de garantía para reducir las deudas (directamente de las cuentas individuales a los acreedores). Con tal deuda, ésta es impagable; y sin capacidad de consumo, el crecimiento será mayor, tanto en intensidad como en duración.
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