En las cuatro anteriores entregas (de la 1 a la 20), se resaltaba la novedad y magnitud de la amenaza, ante lo cual se pudo aprobar normas y recursos presupuestales para enfrentarla, pero se arrastraba una deficiente preparación. Lección 21: Cuarentena El COVID-19 llegó al Perú en febrero y se declaró en marzo, cuando se inició la aplicación de las pruebas rápidas y moleculares disponibles. El 7 de abril, arranca la masificación de ambas pruebas (mayoritariamente, las primeras), por lo que la prevención mediante una cuarentena era la mejor estrategia. Lección 22: Confinamiento Quedarse en casa (desde el 16 de marzo) no funcionó bien porque: (i) muchos incumplieron la recomendación; (ii) no se aplicaron masivamente las pruebas de detección; (iii) los hospitales recibían a los pacientes con mayor gravedad; y (iv) los pacientes leves regresaban a su casa, pudiendo contagiar a toda su familia. Lección 23: Aislamiento Tras la detección de los contagiados, éstos debieron ser tomados por el sistema de salud, aun cuando no se requiriera hospitalización (en los casos leves hasta superarse el malestar, o en los graves que debían completar su recuperación en casa). Ahora, para ello, aún se puede recurrir a toda instalación sin mucho uso. Lección 24: Tratamiento Con las limitaciones en cuanto a camas, equipos y profesionales de la salud, se debe considerar que se tenía un protocolo de atención (recientemente mejorado) y se suministraba una medicación correcta en hospitalización, y se brindaba una buena atención en UCI, lo cual se refleja en el indicador de letalidad (2,8%). Lección 25: Recuperación Tras el tratamiento, la recuperación discurre normalmente hasta la recuperación sanitaria y económica del país (tras superar el pico en el mes de mayo). En esta entrega, se observa en el servicio de salud, una mala preparación inicial, y un buen desempeño en general, salvo casos puntuales en algunas ciudades.
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