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César Molleda / El piloto en medio de la tempestad (1 de 2)

Quien lidera la conducción estratégica de la empresa y articula los procesos de toma de decisiones que se dan en la misma, con el fin de alcanzar los objetivos organizacionales que los accionistas le han encomendado, es el gerente general. Él es el piloto que enrumbará a la empresa en medio de la tempestad. Este es el momento en que el gerente general debe salir de su zona de confort, rompa paradigmas y finalmente logre la supervivencia de la empresa, aprovechando las oportunidades que el mercado ofrece. Por lo tanto, su primera labor es verificar la capacidad que tiene la organización de ejecutar la estrategia de reactivación establecida para la empresa y conocer al personal en profundidad, debiendo ser realista, aunque considere que las circunstancias o la situación actual de la empresa sean sumamente adversas.


De manera simultánea, deberá conocer y medir el riesgo de fracasar (1), debiendo tener presente que este riesgo se incrementa de manera importante, cuando la estrategia no se ajusta a la capacidad existente, o cuando el costo de adquirir esa nueva capacidad es muy alto. Asimismo, al momento de elaborar la estrategia de reactivación, se debió haber discutido a fondo si es necesario establecer una nueva estructura organizacional, así como la capacidad de adaptación de los líderes y los criterios por los que estos serán evaluados durante el período de la ejecución de la estrategia, todo ello con el fin de verificar si estas consideraciones permitirán alcanzar los objetivos que se han trazado.


Por otro lado, normalmente su visión debería ser tanto de corto como de largo plazo, debiendo ser este binomio el que permita la continuidad de la empresa en el tiempo. Como ya es conocido, esta crisis ha ocasionado el cambio en los patrones de conducta del comprador y consumidor, afectando de esta manera sus procesos de toma de decisiones, debido al impacto emocional, económico y regulatorio. En resumen, las personas y empresas ya no son las mismas. Es por ello que el gerente general, al menos por ahora, debe tener una visión de corto plazo, debido a la disrupción y velocidad del cambio en el mercado, además de a la falta de certeza y claridad del comportamiento de la demanda frente a la oferta de la empresa.


Asimismo, es importante resaltar que el largo plazo de la empresa se encuentra supeditado a las buenas decisiones que se tomen en el corto plazo, de ahí que se dice: “si no hay corto plazo no habrá largo plazo”. La responsabilidad actual del gerente general, especialmente si no está acompañado con un directorio (2) técnico e independiente, como ocurre con la gran mayoría de las empresas, será la de vencer la actual crisis económica y financiera, ocasionada por la ausencia de ingresos al no operar la empresa, por tener ingresos restringidos al existir disminución de la demanda o de los precios. Ante esta coyuntura, se deberá controlar el EBITDA (3) de manera minuciosa y constante, al hacerlo se estará monitoreando los factores fundamentales de la empresa, debiéndose tener presente que cuando esta utilidad es baja o incierta, la deuda de la empresa se convierte en un peligro y una amenaza constante, por cuanto sería muy complicado poder cumplir con las obligaciones asumidas antes de la pandemia, debiéndose tener presente que esas obligaciones fueron suscritas basadas en un escenario que a la fecha no se ha dado. Por lo tanto, el nuevo reto del gerente general será el de controlar y monitorear la salud financiera, protegiendo de esta manera el Patrimonio de la empresa y del accionista.



El autor es Director independiente. Consultor en mejoramiento y reestructuración de empresas. Especialista en temas económicos y financieros.

cmolledasolis@gmail.com




Referencias:

(1) No producir o alcanzar el resultado deseado o previsto

(2) El Directorio es uno de los pilares del Código de Buen Gobierno Corporativo, está conformado por personas con diferentes especialidades y competencias, con independencia económica y otras cualidades relevantes de manera que haya pluralidad de enfoques y opiniones.

(3) Es la utilidad que obtiene la empresa (en un período determinado) antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (estos dos últimos no se consideran por cuanto no le restan liquidez a la empresa)



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