Una de las grandes discusiones (¿discrepancias?) que se han venido sosteniendo durante mucho tiempo es la cuestión de la aplicabilidad a nuestra realidad de los conceptos del “management” importado de países foráneos con mayor desarrollo relativo.
Parece ser que- en esta cuestión- se han soslayado algunos aspectos importantes y medulares que tal vez no se hayan percibido por la fuerza con que algunos “paradigmas” tradicionales están engarzados en nuestra mentalidad.
La adecuación de las teorías del “management”- mediante la absorción, sin hesitación alguna, del “Know How” (saber cómo) - a nuestra realidad es la primera de las creencias fuertemente arraigadas. La búsqueda de tecnologías “intermedias” orientadas a países en vías de desarrollo (o mejor dicho: en “vías de subdesarrollo”) podria ser un segundo postulado pseudo axiomático.
Una perspectiva más clara de estos temas podría percibirse analizando el “Know Why” (saber porque), reflexionando no sólo sobre su contenido y razón de ser, sino también considerando el contraste con el resultado de la aplicación práctica de estos conceptos. Teorías y enunciados de larga data, tales como “la integración transnacional y la desintegración nacional” o el de modelo de desarrollo a base de la “sustitución de importaciones”, los “patrones de eficacia”, las “ventajas comparativas”; pasando por las reformuladas de “calidad total”, “reingeniería” y “competitividad”; hasta llegar a las más modernas como los conceptos del “networking”,”clusters”, “stake holders”, “e-commerce”, “e-business”, “home working” que han estado sustentadas en axiomas que hemos creído “a pie juntillas” y que no han sido eficaces al tratar de aplicarlas en realidades diferentes.
En un artículo reciente, publicado por Don David Suarez se toca nuevamente el tema y se plantea como solución: “. la adecuación de las teorías del management a nuestra realidad latinoamericana, que no se vislumbra como una tarea sencilla, es el gran reto que nuestras escuelas de negocios deberán afrontar en esta nueva década.”
El manejo ilustrado y documentado de su disertación nos podría llevar a aceptar, sin mayor preámbulo, el corolario que hemos glosado en el párrafo anterior. Aún a riesgo de equivocarnos, y sin mayor sustento docto o empírico, nos atrevemos a esbozar un punto de vista diferente, a contramano, que pueda servir para motivar reflexiones mas profundas.
Podría ser, que una aproximación al problema es tratar de resolverlo con una modificación de verbos. Es decir, proponer el cambio del verbo “adecuar” por el de “crear.” Entonces el problema modificaría su perspectiva, ya que no sería necesariamente adaptar técnicas foráneas a nuestras realidades sino más bien generar nuevas tecnologías adecuadas a nuestra realidad.
Claro que esta proposición podría ser contrarrestada por la observación que podríamos estar re-inventando la rueda, y que no hay nada nuevo bajo el sol; o que, además, el esfuerzo involucrado en la creación (investigación) no esta al alcance de nuestras manos (o bolsillos). Sin embargo, no debemos olvidar que la investigación seria y permanente es la única fuente de progreso e innovación mundial; y aunque algunos de nuestros “empresaurios” no lo crean, es tambien una fuente de competitividad y alta rentabilidad.
Queremos, no obstante, proponer una idea- que podria parecer más audaz y descabellada en el caso que se quiera insistir en la tesis de la “adecuación tecnológica o científica.” En esta situación nuestra hipótesis es que “quien debe adaptarse a la realidad no es la tecnología sino ésta a aquella”. Es decir, la realidad es la que debe modificarse como un resultado inducido por la adopción de nuevas tecnologías.
La realidad de nuestro “modus faciendi” es quien debe adaptarse o adecuarse para absorber las nuevas técnicas. La investigación científica y su aplicación tecnológica modifican y cambian la realidad y no a la inversa. Creo que aquí el reto esta en entender y aceptar esta paradoja empresarial moderna del “management”. Un “management criollo” producto de la investigación creativa como fuente de conocimiento y tecnología para transformar nuestras “infradesarrolladas” realidades.
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