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Foto del escritorAnálisis Efectivo

César Ferradas / Violencia Legal


“Cuando lo legal no es bueno y lo ilegal no es malo”


Recordando la visita al Perú del Prof. Gerard Verna (1) quien ofreció una conferencia sobre el tema de “La Legalidad: Un nuevo enfoque de la Ética”. Empezaba su alocución con esta frase: “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.


El tema, producto de una investigación realizada en el Perú en el año 1993, durante su periodo sabático, es una reflexión muy “sui generis” sobre los aspectos éticos concernientes a dos elementos fundamentales que giran alrededor de los conceptos de Legalidad y Legitimidad. Plantea Verna, que lo legal y lo legítimo; no siempre son coincidentes; por lo menos en el sentido epistemológico del análisis. La percepción de lo que es legítimo para algunos puede diferir de lo que es ilegítimo para otros; del mismo modo que lo legal puede ser percibido de formas diferentes por las personas.


Para una mejor comprensión de su propuesta, Verna genera un modelo cartesiano (por lo menos en la aplicación de las coordenadas). Y agrupa en el eje de las ordenadas los conceptos de Legalidad e Ilegalidad, y en el de las abscisas los de Legitimidad e Ilegitimidad.


Los cuadrantes que resultan de tal composición generan cuatro conjuntos, de los cuales el IV y el II identifican claramente las características de lo “Bueno” y lo “Malo” respectivamente. Aquello que es Legal y Legitimo es indudablemente bueno (actividades normales); así como aquello que es ilegal e ilegitimo es necesariamente malo (actividades criminales).


Sin embargo, los cuadrantes I y III no resultan tan fácilmente identificables o aceptables; ya que recusan el concepto muy aceptado de que lo legal siempre es sinónimo de legitimo y viceversa. Esta proposición resulta cuestionada; ya que se pueden clasificar actividades o acciones que pueden ser ilegales, pero legitimas como las actividades informales; así como otras legales que resultan ilegitimas catalogadas como actividades de violencia legal.


Para no parecer un galimatías, juego de palabras, disquisiciones filosóficas, o entelequias abstractas, pasemos a ilustrar estos conceptos con algunos ejemplos que Verna describe. El caso de los informales peruanos, tan bien descritos en El Otro Sendero por Hernando De Soto constituiría el mejor ejemplo de algo ilegal (no aceptado por las leyes) pero que es percibido como legitimo por muchos peruanos que encuentran en esas actividades la “única” forma de empleo y subsistencia.


El último conjunto, que agrupa aquellas acciones que son legales, de acuerdo a una ley que no representa la legitimidad, es decir, que no son aceptadas como legitimas, originan las “violencias legales”. El ejemplo, citado por Rivarola, (1986) “Que un niño monolingüe en vernáculo sea escolarizado en castellano” o el caso de la muerte de un aborigen a quien la demarcación de un área protegida en la selva le prohibía el libre albedrío en su propio hábitat, ilustran este tipo de violencias legales; que muchas veces no son percibidas como tales por los legisladores; ya sea por su “absentismo” o ya sea porque consideren muchas de estas decisiones como adecuadas y de beneficio para los legislados.


“Por el hecho de que las percepciones individuales del nivel de legitimidad de una acción pueden ser y son a menudo diferentes, es evidentemente difícil afirmar que tal o cual situación deberá clasificarse en esta categoría de violencia legal”. Dice Verna, y continua: “la razón es que hay en esta categoría todo lo que un ciudadano debe aceptar en el estado actual de algunas leyes, aunque eso choque o trastorne sus convicciones”.


“Leyes de este tipo son mas violencias que leyes … porque no parece que sea una ley, la ley que no sea justa…por esto tales leyes no obligan al fuero de la conciencia, sino tal vez para evitar el escándalo o el desorden. (San Agustín, De Liberio arbitrio)



Referencias:

(1) Gerard Verna ex-Director de la Maestría Internacional de la Universidad de Laval


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