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Carlos Ginocchio / Historia de la uva en Piura (2 de 3)


Extraño camino tiene la rueda del destino y quiso la diosa Fortuna que los empresarios piuranos Reynaldo Hilbck y Mario Mustafá y, el limeño Eduardo Vera Gutiérrez, visitaran Budapest, invitados por Russo en 2003, quien les explicó de las inmensas posibilidades para Piura con el cultivo masivo de la uva de mesa. Hilbck recordaba que su bisabuelo, don Vicente Eguiguren Escudero, Ministro Plenipotenciario en Argentina, representante por Piura al Congreso de Chorrillos en 1881 y, donante de tierras en el Alto Piura para que se fundara la ciudad de Chulucanas, había producido vino en su hacienda en Talandracas a principios de siglo, y que don José Fassbender, en los años 60’, producía vino y, él mismo, en 1996, había sembrado ocho hectáreas de uva Thompson Seedless, variedad blanca utilizada para la producción de pasas, sin pepitas y de origen turco, pero lamentablemente el Fenómeno del Niño arruinó este emprendimiento que duró apenas dos años.


Entre charlas y cavilaciones, Russo recomendó recurrir al doctor Andrea Lakatos, experto en el tema, quien había desarrollado una técnica moderna en Petrolina, municipio brasileño del estado de Pernambuco, cuyo clima tropical semiárido, seco y templado en la parte norte, semiárido y estepario en el sur, con escasas precipitaciones, lluvias en verano y fuerte evaporación por las altas temperaturas, es similar al piurano, y además, ambas se encontraban en la misma latitud.


Según un importante experto francés, colega de Lakatos, Piura presentaba excelentes condiciones para la producción de vino y estaba llamada a convertirse en la primera zona exportadora en el Perú. Russo no olvidaba que los primeros espárragos en el norte de su patria, fueron sembrados por Jorge Checa Velarde, a mediados de los años 40’, en Sojo, cuando retornó de estudiar en Estados Unidos. La insistencia de Russo dio sus frutos en el empresario trujillano Rafael Quevedo Flores, quien convocó a Lakatos a La Libertad para realizar un estudio sobre la uva, descubriendo a una agrónoma canadiense que, en Chao, la sembraba y producía vino en su segundo año de inversión, e incluso, tenía buen pisco que por denominación de origen no utilizaba el nombre. Tras ello, Lakatos se acercaba a Piura.


En 2004, se reanudaron las conversaciones entre el Rector Vegas Gallo y el diplomático Russo Checa para, finalmente, en un modelo que llamaremos DIPLOMACIA Y UNIVERSIDAD PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE, liderado por el académico y sustentado por el embajador, consiguieron traer a Lakatos a Piura, quien de inmediato inició sus investigaciones, con interesantes conclusiones que fueron informadas progresivamente en correos electrónicos que Russo conserva, y que se plasman en el informe definitivo y las recomendaciones, que fueron la base para el inicio del boom de la uva de mesa en la región.


Lakatos constató que había una buena posibilidad de producir uva de mesa, tipo cultivo tropical y, que era posible lograr dos cosechas exitosas por año calendario, de 120 a 160 días de vegetación, dependiendo de la variedad y el micro clima. Agregó que la Thompson Sedless (Sultanina, su nombre original), no era apta para el clima, pues necesitaría más luminosidad y las horas soleadas eran insuficientes. En Piura eran 6.56 horas por día (promedio de luz por año) en comparación con Petrolina (7.6 horas/día). Ello obligó a que buscara otras variedades en la región del Valle San Francisco brasilero, donde ya había trabajado. Detectó que la humedad relativa media en Chiclayo es más elevada que en Piura, lo cual requeriría de monitoreo continuo para activar medidas preventivas, aunque los restantes factores ecológicos eran óptimos. En este contexto, estableció que las variedades más favorables de uva de mesa sin semillas eran: Superior (Surgeone), Festival (Sugrafive), Black Pearl, CrimsonSeedles y Fantasy, y, con semillas, Red Globe, Italia y Benitaca.


Lakatos recomendó que el riego debía ser por goteo y que para la racionalización del agua y los nutrientes, era conveniente el uso alomado entre las líneas. Destacó que la forma de irrigación debía ser diferente a Petrolina, donde la temperatura puede superar los 35° C y, por ello, enfriaban el follaje con micro aspersor. Añadió que las goteadoras debían tener la distancia mínima de 30 cm desde la planta, pero no más cerca. En el caso de Red Globe, 8 a 15 yemas y, en Italia, 6 a 8 yemas de largura.


El estudio del científico le fue entregado a Vegas, concluyendo que "la valencia ecológica de Piura es igual a la de Ica, y en consecuencia esperaríamos hasta dos cosechas”, agregando que el único obstáculo era que se requerían para empezar al menos quinientas hectáreas. La respuesta del Rector fue contundente: “Maestro, yo resuelvo ese impase”. Al día siguiente, convocó a los empresarios Mario Mustafá, Pancho y Reynaldo Hilbck, siendo el primero quien tomó la delantera con su fino olfato del negocio.


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