Una argolla es un aro de metal que se utiliza para asegurar algo, pero también se puede referir a los aretes de una dama (hoy, también, de un varón), a las que usan los trapecistas en el mundo del Circo, y hasta al símbolo olímpico (cinco argollas que representan a los continentes), pero la acepción a la cual me referiré es el peruanismo que lo describe como un grupo de individuos que se vinculan como si estuvieran en una hermandad, y se manejan y favorecen -para bien o para mal – según sus caprichos y antojos, convocando a este círculo cerrado a quienes son sus amigos y amigotes, no necesariamente los más capacitados en el sector en que se desempeña esta “argolla”.
El término es muy utilizado en el Perú en el sentido más perverso, en especial en la política y en el fútbol. En el primer compartimiento mencionado para referirse al nombramiento de personas inconvenientes en la administración pública, pero relacionados con quienes tienen el poder, y en el segundo caso, para señalar a entrenadores o jugadores referentes que domina el vestuario, y alinean no necesariamente a los más dotados, sino a quienes conforman su grupo.
¿Son positivas o no este tipo de ‘argollas’?, como decía papá ‘nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira’, expresión conocida como ‘Ley Campoamor (Ramón)’, basada en su poema que dice: “Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”, denotando un relativismo permanente. Volviendo al tema que nos ocupa, las denuncias de ‘argollas’ solo aparecen cuando los resultados de las gestiones son nocivos, corruptos, o negativos en general, lo cual podría implicar la existencia de ‘argollas’ positivas.
Imaginemos una ‘argolla’ en el Séptimo arte integrada por Meryl Strrep, Steven Spielberg, Octavia Spencer, Sean Penn, Martin Scorsese, Jacqueline Durran, Sergio López-Rivera, Pedro Almodóvar, y Frances Mc Dormand. Con seguridad sus resultados serían positivas. Pensemos en otra conformada por Ardem Patapoutian, David Julius, Charles M. Rice, Michael Houghton, Harvey James Alter, y Gregg L. Semenza, ganadores del Nobel de Medicina y Fisiología. ¿Serían ‘argollas’ benéficas para lo que se propongan?, por supuesto, siempre que traten asuntos de la cinematografía y medicina. El problema estaría -si como sucede en el Perú – se les reúne para evaluar asuntos de salud y seguridad, respectivamente. Agrego que los nombres mencionados no solo cuentan con trayectoria y solvencia profesional, sino que además están libres de sentencias y denuncias.
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