En mi niñez admiré la nobleza y las cortes, imbuido de las novelas clásicas de esa época, tales como ‘Ivanhoe’ de Walter Scott, ‘La espada en la piedra´ de Terence Hanbury White, ‘El conde de Montecristo’ de Alejandro Dumas. No solo obras de autores europeos, sino más cercanas a nuestro ámbito, como ‘Ollantay’, atribuida al sacerdote Antonio Valdez, prelado de Sicuani en el siglo XVIII, aunque existen indicios de origen inca, conservada por la tradición oral, el ‘boca a boca’ de nuestros tiempos.
Los personajes de esas publicaciones, ensayos, historias (‘Comentarios de las guerras de las Galias’), leyendas, y películas, poseían virtudes como el valor a toda prueba, y la defensa de sus comunidades, en combates arriesgando su vida, y logrando victorias, conquistas, y el aprecio de sus seguidores: Ricardo Corazón de León, el rey Arturo y la corte de Camelot, Luis XIV ‘el rey Sol’ y Felipe II de España ‘el Prudente’, Pachacútec y Moctezuma, Teseo y Ulises, Shaka Zulú y Gengis Kan, Iván IV Vasílievich ‘el Terrible’, Carlomagno, Alejandro el grande, Julio César, Solimán ‘el Magnífico’ y Qin Shi Huang. Personajes con defectos, soberbios, injustos en ocasiones, pero valerosos y esforzados con temperamentos acorde a sus épocas, y que han escrito sus nombres en la historia.
Quien no se entusiasmó con el fausto de escenarios como Versalles, Dolmabahce, y el castillo de Windsor. Ilusiones y sueños con palacios y fortalezas. Los años nos ofrecieron una nueva perspectiva, y desde una posición objetiva y una mentalidad crítica, el entendimiento que las situaciones era diferentes en cada época, que la crítica con la visión actual es insensata, y que la evolución nos conduce a gobiernos democráticos e inclusivos, donde las funciones de las monarquías son simbólicas, ceremoniales, de representación o moderación de instituciones, e incluso los monarcas son investigados y algunos de sus parientes sentenciados en caso de probárseles delitos. Isabel II fue la última representante admirable de una corona.
Las monarquías se han devaluado, y en algunos casos su mayor aporte está en el turismo y los productos publicitarios que su existencia promueve. Hace algunos días cayó en mi poder un ejemplar de la revista ‘Hola’ y me ha sorprendido la cantidad de nobles que pululan por el mundo: Beatrice Borromeo, Victoria de Marichalar, Cleopatra Zu Oettingen, Mabel de Orange-Nassau, Carlos Felipe duque de Värmland, y Kōshi Fumihito Shinnōhi Kiko, por citar algunos. En América sí han desaparecido todas las estirpes.
Actualmente, se designa como ‘rey’ o ‘emperador’ a personalidades notables de la industria, deporte y el arte. Acaba de fallecer Tina Turner, la reina del rock, como se le denominó a Elvis Presley. Freddie Mercury los superó en términos de apelativo: ‘dios del rock’ (la tradición señala que los reyes lo eran por derecho divino). En Perú titulamos a Julio Hancco Mamani como el 'Rey de la papa', y en una actividad delictiva, el boliviano Roberto Suárez Gómez era conocido como ‘el rey de la cocaína’.
Inicialmente, al béisbol se le denominó el ‘deporte rey’, investidura de Albert Einstein cuando presenciaba un encuentro en el Yankee Stadium, debido a sus variables, resultados impredecibles, y la posibilidad que el marcador se resuelva en el último minuto. Los resultados han cambiado: la final del mundial de fútbol, en Qatar 2022, tuvo una audiencia televisiva de 1,500 millones de personas (19% de la población mundial). La final del clásico mundial de béisbol, en la que Japón derrotó a los Estados Unidos en marzo 2023, solo 6.5 millones de televidentes. Hoy, el fútbol es el ‘deporte rey’, y cuando hay una corona, está claro existe una majestad, y esta es sin duda, el Real Madrid.
Los clubes exitosos tienen elementos comunes: historia, tradición, éxitos deportivos, ídolos, un equipo rival clásico, y por supuesto, detractores, pues como manifestaba el cantautor estadounidense Jackson Brown: ‘la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento’. La ‘Casa Blanca’, como se le conoce al Madrid, tiene 121 años (fundada en 1902). En España, además del Madrid, solo 6 equipos con presencia en la Liga 1 tienen más de una centuria: FC Barcelona, RCD Espanyol (comprometido con la baja), Atlético de Madrid, Sevilla FC, Real Betis, y Real Sociedad. Otros equipos señeros (más de 100 años) con trayectoria, son Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal, Chelsea, Bayern Múnich, Borussia Dortmund, Juventus, Milán, Inter, Benfica, Celtic, y Ajax.
PSG – un nuevo millonario como el City – fue creado recién en 1970, y tiene en común con el club que entrena ‘Pep’ Guardiola – entrenador brillante y exitoso – que no obstante ser fundado en 1880 (como St. Mark’s), ninguno de los dos ostenta un solo campeonato europeo. Contrariamente, entre los históricos referidos, Real Madrid exhibe catorce Champions o Copas de Europa (17 finales disputadas), y le siguen Milán (7), Liverpool (6), Bayern Múnich (6), Barcelona (5), Ajax (4), Inter (3), Manchester United (3), Chelsea (2), Juventus (2), Benfica (2), Nottingham Forest (2, hoy disputando la permanencia en su Liga), y Oporto (2), todos con más de un siglo de existencia, y resonancia fuera de sus países.
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