Singapur es una isla de 729 Km2 y 5.6 millones de personas, con un ingreso per cápita de US$ 73 mil anuales. De ser una aldea de pescadores, en 1819, gracias a Lee Kuan Yew, se convirtió en una de las naciones más ricas del planeta, gracias a una eficiente reforma educativa, combate a la corrupción y la impunidad, políticas de fomento a la inversión privada, libre mercado, y estabilidad jurídica, atrayendo profesionales capacitados e intachables al gobierno. Su PBI es casi el doble del peruano.
La antítesis es Cuba, una isla de 110, 860 Km2, con una población de 11 Millones (1.8 millones han emigrado), tiene un ingreso per cápita de US$ 9,500 anuales, pese a contar con mayores recursos naturales que Singapur. ¿Dónde está la diferencia?, obviamente en el tipo de sistema político y económico que, pese a demostrarse su fracaso, es el que busca imponer la trasnochada izquierda piurana, y el grupo de sus auspiciadores, como Petro, Evo, Ortega, Maduro, y López Obrador.
Joaquín Rey, en un tweet afirma que el nuevo reporte del Banco Mundial refiere que la reducción de la pobreza en el Perú se ha debido 85% al crecimiento, y solo 15% a políticas redistributivas, y en 2020 publicaba que “para romper el ciclo de fragilidad, conflicto y violencia, los países deben poder garantizar el acceso a servicios básicos, la existencia de instituciones gubernamentales transparentes y responsables, y la inclusión económica y social de las comunidades más marginadas”.
Piura es la primera ciudad fundada por los españoles en América del Sur, a once años de cumplir 500 años. Tiene un área de 35,892 Km2, y solo la provincia Piura (6,211 Km2) es nueve veces más grande que Singapur. Es la segunda región peruana en población (casi 2 millones de personas), y en 2021 fue la sexta en aportar al PBI nacional. Además de La Libertad, es el único departamento que tiene tres regiones (Costa, Sierra, Selva) en su territorio.
Cuenta con una economía diversificada: uva de mesa, arándano, limón, banano orgánico, pitahaya mango, cacao, café, algodón en el sector agrario. Anchoveta, pota, caballa, jurel, en el sector pesquero. Fosfatos en Bayóvar, posibilidades petroleras en Talara. Un turismo no explotado más allá de sus playas: las ruinas de Aypate, las lagunas de Huaringas y Talandracas, la casa de Soho, la primera iglesia hispana en San Lucas de Colán, el Señor de la Buena Muerte en Chocán y el Cautivo de Ayabaca. Fauna y flora variada para sus observadores. La Semana Santa en Catacaos, con sus artesanos en madera, paja y plata. Una gastronomía fabulosa, la más variada y deliciosa del Perú.
Pese a lo mencionado, es una de las regiones con mayores problemas, y golpeada hace más de un siglo por eventos climáticos, como sequías, lluvias, y el Fenómeno de El Niño, sin soluciones definitivas, más allá de declaraciones grandilocuentes y acciones ‘parche’ que solo benefician a la corrupción.
No es lo único: 4 de cada 10 menores de 3 años sufren de anemia, 3 de cada 10 hogares carecen de acceso al agua proveniente de la red pública – el exministro Luis Castilla, en octubre de 2022, manifestó que solo dieciséis de cada cien hogares tienen acceso al agua las 24 horas -y sus instalaciones emblemáticas como el estadio Miguel Grau y el teatro Municipal, se encuentran abandonados, y al parecer, sin posibilidades de habilitación. Referente al tema cultural, no cuenta con un museo significativo ni eventos culturales o tecnológicos importantes, a pesar de la presencia de diez universidades.
Con todo, su población se mantiene firme, tenaz en sus esfuerzos, y no pierde la esperanza de un crecimiento económico con desarrollo social, que superen el marasmo actual, y lejanos de manifestaciones violentas, como en otras partes del país, sabedores que la violencia no conduce al desarrollo, pero la paciencia también tiene límites.
En las últimas dos décadas (2003-2022), 4 gobernadores han tenido a su cargo los destinos de Piura (uno de ellos en dos períodos), y estoy seguro de que una mayoría de piuranos no perciben mejoras sustanciales en la región, y son muy críticos de quienes han sido sus autoridades. Los presupuestos de los cuales gozaron en 20 años superan los S/ 20,000 millones. La publicación de una consultora local indica que el último gobernador, en su período, ejecutó menos de 44% de su presupuesto. Los expedientes para hospitales, carreteras, y la solución del problema del río, drenajes y reservorios, han sido mal confeccionados – por decir lo menos - o duermen el sueño de los justos.
¿Por qué una región con inmenso potencial de desarrollo presenta 91% de informalidad empresarial (Enaho, 2020) y no logra indicadores como los de Singapur? La respuesta alcanza a la mayoría de las regiones peruanas. Algunas posibilidades son el sistema de la regionalización, la centralización de las decisiones de inversión, las afectaciones de eventos climáticos, o las limitaciones presupuestarias; no obstante, todos dependen de personas.
Quienes aportaron al crecimiento de Singapur no fueron marcianos, sino humanos de carne y hueso, capacitados, con experiencia, y trayectoria exitosa, que se dedicaron a trabajar y beneficiar a sus comunidades, y no perdieron el tiempo en temas secundarios como el lenguaje inclusivo o la identidad de género. Esa es la respuesta.
La mitología nórdica refiere que el poder del destino es un rasgo representativo de la existencia humana, y menciona el RAGNAROK, la batalla del fin del mundo, que afecta a hombres y dioses, que lo destruye todo, pero surge un nuevo mundo. Odín deja su lugar a su hijo, el joven Balder, símil forzado del cambio de autoridades electorales.
Estamos en los inicios del mandato de nuevas autoridades regionales y municipales. Es momento de un RAGNAROK simbólico para que convoquen a las personas adecuadas y destierren maniobras y procedimientos que han conducido al fracaso. El filósofo español, Nicolás Ruiz de Santayana afirmaba que “quien no conoce su historia está condenando a repetirla”, y Albert Einstein recalcó: “si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”.
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