Desde 2016 (Ollanta Humala) hasta 2022 (Pedro Castillo) hemos tenido seis presidentes, seis pedidos de vacancia, uno efectivizado (Vizcarra), otro que generó su renuncia (Kuczynski), y cuatro desestimados. En la selección peruana de fútbol, desde que Ricardo Gareca inició su función en marzo 2015, tenemos un solo entrenador, vigente siete años.
¿Resultados de la gestión política en el período mencionado?: reducción del crecimiento económico, mayor informalidad y pobreza, pésimo manejo de la pandemia, corrupción, alejamiento de la inversión, descenso del grado de inversión, incremento de los conflictos sociales, una lista interminable. ¿Frutos de la gestión Gareca-Oblitas-Ibáñez-Solano- Bonillo?: tercer, segundo y cuarto lugar en las Copas América 2015, 2019, y 2021, clasificación al Mundial de Rusia 2018, tras 36 años de ausencia, y al repechaje para el mundial de Qatar, en 2022.
En política se agotan los nombres para describir situaciones: ¿Cambalache, donde predomina el desorden e intercambio de cosas de poco valor?, ¿Chirigota, humor callejero?, ¿Vacilón, guasón, aficionado a la broma? Diría, ‘pechada’, enfrentamientos. Los embrollos superan al Laberinto que construyó Dédalo en Creta.
Horas antes de la interpelación al ministro de Salud, Hernán Condori, era un cadáver, y nadie habría apostado por su permanencia; no obstante, elogió a un ex ministro de Salud fujimorista, informó que investigará la utilización de S/ 10 millones en consultorías (suponemos la tendencia de los beneficiados), la compra de pruebas rápidas en vez de moleculares, y otras irregularidades de los gobiernos anteriores durante la pandemia, siguiendo la máxima de Sun Tzu en “El arte de la guerra”: “Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas’, o mejor dicho, ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’.
De haberse votado inmediatamente, el señor Condori habría permanecido con su fajín ministerial, pero de pronto, quizás por la implacable persistencia del Colegio Médico, o por el frustrado intento de vacancia presidencial, finalmente le bajaron el dedo.
Cuando el presidente de la República se presentó en el Congreso, previamente a la sesión de vacancia, repitiendo lo que el primer ministro Torres expuso para obtener la confianza de su gabinete, el almirante Montoya de Renovación Popular, tenaz crítico del gobierno, declaró que “el discurso del presidente ha sido de tender puentes”, pero continuó su insistencia por la vacancia. Parecía una invitación al repechaje.
En el Congreso, han cambiado de camiseta congresistas de por lo menos seis partidos. ‘Mejor solo que mal acompañado’, lapidaria frase de una renuncia a la bancada que lo llevó como invitado. Antes de iniciarse la gestión parlamentaria, otro expulsado por ‘infraterno’, “dio por concluida la invitación, pues el deber de un demócrata es respetar las normas electorales’. Otros tres abandonaron esa misma bancada para trasladarse a una nueva. Incluso, la mayor de todas tuvo deserciones.
Un tema principista, al estilo Groucho Marx: “esos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. El tope del pragmatismo, y nadie sabe para quién trabaja, pues lo importante es mantener la curul, y como reza el tango: “si uno vive en la impostura y otro afana en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón’.
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