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Foto del escritorCarlos Ginocchio

Carlos Ginocchio / Ocupaciones productivas (2 de 2) 



Si hacemos una encuesta sobre las profesiones, oficios u ocupaciones que generan mayores dividendos, estoy convencido que aparecerán muchas de las referidas anteriormente, pero ninguna de las que incluyo a continuación, y por supuesto, sin ánimo de promover la masificación de las mismas.

 

Los promotores de partidos políticos. Los requisitos para formar estas instituciones son la obtención de 0.1% de las firmas del último padrón electoral, lo cual representa solo 25,000, el desarrollo de un estatuto y reglamento electoral a los que se les puede aplicar la frase ‘el papel lo aguanta todo’, y comités partidarios que, en su mayoría, son ‘fantasmas’ o recintos maquillados. En una elección, cada partido tiene la posibilidad de presentar más de 100 candidatos a presidente, diputados, y senadores, y más de 2,000 a gobernadores y alcaldes. Solo estimen cuál sería el ingreso económico del promotor por el aporte de los aspirantes a estos cargos. ¿Qué sucede si el partido pierde la elección? Simplemente, con la utilidad obtenida, forma una nueva agrupación.

 

Otro ‘nicho’ atractivo son las sectas y seudo religiones, la mayoría provenientes del extranjero, las menos son nativas. El ser humano necesita creer en algo o alguien, y para ello no duda en aportar el diezmo, y hasta montos mayores de sus ingresos. Basta ver las impresionantes construcciones de estas en Lima y provincias, para estimar su éxito económico y social. No incluyo entre estas las religiones verdaderas, que tienen una creencia en lo divino incluyendo adoración y prácticas religiosas, mientras que una secta es un grupo extremista que controla a sus miembros. Las religiones tienen doctrinas oficiales (Cristianismo, Islamismo, Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Los sij, La fe bahai, y Confucianismo, las siete más importantes. Según el filósofo y autor del libro The Everything World's Religions Book, Kenneth Shouler, en el mundo existen actualmente 4,200 religiones vivas, e innumerables religiones ya extintas.

 

No puedo soslayar a los youtubers, influencers, y escritores de libros de autoayuda y consejería en diferentes sectores, quienes atienden las necesidades de consumidores que necesitan reforzar su autoestima, escuchar comentarios que refuercen sus creencias, o simplemente consejos generales que atiendan su soledad o escepticismo. Casi como las gitanas que leían la suerte y nos decían generalidades que de alguna manera nos alcanzaban e impactaban.  Son los expertos en descubrir las falencias espirituales del ser humano y sus necesidades de ‘grupo’.  Algunos como Elrubius, cuya temática son los videojuegos comentados en forma humorística, cuenta con 38 millones de seguidores. Vegetta 777 (31 millones), Auronplay (25 millones), Mikecrack (18 millones), y Patry Jordan (11 millones), pero a partir de 100 mil registrados ‘ya hiciste patria y puedes vivir tranquilo’, pues como decía Goethe: “la ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad”.

 

Están los cuidadores de autos que, si no los ‘contratas’ para que cuando estacionas en un lugar público, vigilen tu vehículo, lo expones a una rayadura o bajada de llanta, por decir lo menos. Oficio que no tributa ni es supervisado, y para el cual no se requiere más que audacia y disposición. A ellos se suman los empresarios de ‘cesión de colas’. Estos asisten a instituciones o establecimientos donde se forman largas filas de personas para realizar un trámite, colocan sus trastes, y luego venden el espacio a quienes estén en lugares muy lejanos al ingreso o, simplemente, no disponen de tiempo para largas esperas. Conozco uno que se ha profesionalizado contratando ayudantes para colocarlos en más de una institución.

 

Para culminar, los representantes de futbolistas y artistas. Solo es necesario darle al blanco eligiendo los personajes a representar, que estos triunfen en su especialidad, y por supuesto gracias a ello, relacionarse con los contratantes más poderosos e importantes. Es probable haya más ocupaciones que generen cuantiosos ingresos, pero lo cierto es que el estudio, el conocimiento, y la dedicación, han sido reemplazados por la popularidad. Lo más dramático es que el grueso de nuestra población valora más a un cantante o un futbolista, que a un maestro o un científico. Está dispuesto a pagar más por la entrada a un concierto que por un libro o una vacuna. La pandemia no nos dejó lección alguna al respecto.

 

PD: por supuesto no incluyo actividades totalmente delictivas como el tráfico de drogas y armas, la trata de personas y órganos, la minería y tala ilegal, y el ‘gota a gota’.

Agosto, 2024.

 


 

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