En 1956, Otto Blinder y George Papp crearon a ‘Superman Bizarro’ (‘bizarre’ en inglés significa ‘raro’), antagonista de Superman que habita en un mundo donde el caos tiene sentido, el desorden es privilegiado, y la anarquía un sistema de vida. Y la población no encuentra insatisfacción respecto a ello.
Un testigo, en la investigación al presidente por organización criminal, fue liberado de su carcelería convirtiéndose en colaborador eficaz. Horas después acudió a una comisaría a denunciar un supuesto reglaje y fue detenido pues la orden de liberación no había reemplazado en el Sistema informático, la de captura. Tras cuatro horas se resolvió el tema, y la justificación del ministro del ramo fue se debió a un error del sistema. Escucho en un programa noticioso que un congresista del partido oficialista declara los problemas actuales y la corrupción de autoridades, son producto del Sistema (amerita la mayúscula).
Congresistas y políticos insisten en cambiar la Constitución para corregir las anomalías del país, porque la situación es consecuencia del modelo económico- o sea, del Sistema, sin importar que haya permitido abandonar la pobreza a millones de peruanos. Ministros y representante de la defensa de la Mujer, critican a un humorista por su jocosa caracterización de la esposa del presidente de la República (me resisto al término de ‘primera dama’, pues no vislumbro segunda ni última), pero callan en ‘siete idiomas’ (nunca entendí por qué en siete y no en nueve o diez, cual políglotas, cuando ni siquiera hablan bien el español) cuando un grupo de supuestos ronderos (los reales se opone al abuso) maltratan y torturan a siete mujeres, acusándolas de hechicería. De ser cierta la imputación, estas con un conjuro los habrían convertido en batracios. Nuevamente, la costumbre, el Sistema.
Se debate la naturaleza de la institución que reemplaza a lo que fue la Asamblea Nacional de Rectores. Hay quienes defienden y atacan a ultranza a la nueva supervisora. Es saludable se retire la licencia a universidades ‘cosméticos’, pero existe un déficit cuando se permite la continuidad de las productoras de títulos en serie. Ambos grupos achacan las responsabilidades, ¡cuando no!, al Sistema. Se desea crear nuevamente el Senado para mejorar la actividad legislativa, y por ende el Sistema. Los gurúes electorales proponen reformas para que podamos elegir mejores autoridades, y pese a la incorporación de algunas, cada vez los resultados son más lamentables, con parlamentarios con antecedentes, investigaciones, ex abruptos, declaraciones racistas, trabajadores playeros, y detractores de su institución que no vacilan, sin embargo, aprovechar su cargo
No están exentos quienes solicitan se juzgue a un ex presidente y dos de sus ministros por la lamentable muerte de dos jóvenes durante las protestas contra el mandatario -aunque no está probado el delito de las fuerzas del orden – pero se abstienen de requerir similar trato cuando se han producido casos similares, y hasta más graves, en los regímenes de mandatarios con los cuales simpatizan.
También están los que critican las filtraciones de investigaciones de fiscales cuando estas son a sus partidarios, pero aplauden cuando se trata de opositores. opositores. Los alcaldes, en el último año de sus períodos, inician una avalancha de obras, la mayoría con ruptura de pistas y veredas, sin importarles la afectación a los transeúntes. El Sistema nos afecta hasta en el deporte: se prescinde de un entrenador que ha tenido éxito supuestamente por dinero, pero este se malgasta en viajes y financiamiento de clubes de segundo nivel.
La realidad es que el afamado Sistema está basado en la moral del doble rasero, en la popular frase ‘para mis amigos todos, para mis enemigos la ley’. Lo increíble es que quienes demandan con energía, y hasta con violencia el cambio de Sistema, no aceptan trasladarse a residir en los países donde el que quisieran incorporar, está vigente. Más aún, aprovechan las libertades que les concede el maldito Sistema para destruirlo. No es un tema de procedimientos, normas, reformas, sistemas, ni de tendencias de izquierda o derecha, es un asunto de personas, de condenar lo injusto o delictivo de quien venga, incluso de los partidarios, y aun perdiendo el puesto. Son las personas las que cambian el mundo, cuando son honestas, preparadas y eficientes, aún cuando el sistema no sea benéfico, y la mejor prueba está en Kimberly García, nuestra reciente campeona mundial en 20 kilómetros de marcha, pese a las limitaciones del Estado para nuestros deportistas. Esas excepciones son las que necesitamos en la política, la empresa, y en todas las áreas que influyen en la sociedad.
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