Incluyo las que considero las ‘palabras malditas’, sus significados, origen, etimología, usos, y presencia en la vida diaria. Es un tratado, especialmente, de investigación.
12. Chupeta, según la RAE es una pequeña cámara que hay a popa en la cubierta principal de algunos buques, en Venezuela se usa para designar un caramelo sostenido por un palito que sirve de mango para poder chuparlo, y en el Perú, una borrachera (efecto de emborracharse), y proviene del verbo ‘chupar’, que se usa en el Perú no solo como sinónimo de succionar, mamar, absorber, sorber, extraer, lamer, y libar (beber alcohol), de ahí la derivación del término. Dicho sea de paso, el verbo ‘chupar’ tiene, también, la acepción de ‘desafío’ cuando una persona le lanza un reto difícil a otra: “chúpate esta’, y le dirige un agravio o le menciona una situación difícil.
Al narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía se le conoce con el apelativo de ‘Chupeta’, no por afición a emborracharse, sino a su rostro apuesto y su obsesión hacia las paletas dulces, conocidas en Colombia como «chupetas». En 1970 se lanzó al mercado Bon Bon Bum, el primer dulce redondo relleno de chicle en Colombia, el mismo que fue reconocido como una ‘chupeta’.
13. Cojón, según la RAE, es el testículo, pero agrega acepciones adicionales para el plural ‘cojones’: interjección para expresar diversos estados de ánimo, especialmente extrañeza o enfado; locación para expresar intensidad, algo muy grande (un susto de los cojones, un frío de los cojones), adjetivo sinónimo de extraordinario (un cebiche de cojones); expresión de felicidad y alegría: la he pasado de los cojones.
En el Perú se utiliza, también, para expresar valor y coraje: “hay que tener cojones (huevos: testículos) para emprender tal cosa’, o hartazgo y agotamiento: ‘estoy hasta los cojones con esta situación’.
El Nobel español de literatura, Camilo José Cela, en su
‘Diccionario secreto’, lo describe como la ‘glándula genital del macho que en el individuo bien constituido se presenta formando par, y agrega diferentes usos, como ‘cojones de mico’ (variedad de uva), cojón de fraile (determinada variedad de pera), y cojones de Pilatos (superstición consistente en anudar dos puntas de un pañuelo, que se usa para propiciar el hallazgo de los objetos perdidos), por mencionar algunos, y menciona su uso en la literatura, donde citaré dos casos: ‘Ocho versos en Cuentos y poesías más que picantes’ de Tomás Iriarte: Me tendiste en el suelo/como si fuera una perra/y con esos cojonazos/ me lo llenaste de tierra, y algunas letrillas castizas de fines del siglo XVII: al cura de Villarejo/de Salvanés/le llegan los cojones/hasta los pies. Otra es: Los cojones del cura de Villalpando, los llevan cuatro bueyes, y van sudando.
Algunos refranes de la lengua española: a capar se aprende cortando cojones, a quien buenos cojones tiene lo mismo le da por lo que va como por lo que viene, ¡Cojones! dijo la marquesa poniendo las tetas sobre la mesa, comiendo bien y cagando fuerte se les enseña los cojones a la muerte, el dinero y los cojones son para las ocasiones, el que a buen árbol se arrima buenos cojones le cuelgan, el que no está acostumbrado a los cojones se le pelan los calzones, mayo sin turbiones hombre sin cojones, y quien no entiende por razones que entienda por cojones.
El escritor gallego Manuel Rivas, en 'Un manifiesto rebelde. Contra todo esto', ensayo en el que pasa revista a ese "régimen mundial de la distopía" que impera y denigra nuestra memoria, afirma que “a veces olvidamos que escribir compromete de cojones", para quien el oficio de empalabrar es, también, una forma de cuestionar las propias convenciones y nuestro modo particular de mirar y acotar lo que nos duele (EFE). Pérez Reverte, en una entrevista con el diario ‘El Mundo’, afirma: «Los yihadistas van a ganar. Ellos tienen cojones», y en ‘La
Vanguardia’, declaró: ‘escribo sobre lo que me sale de los cojones’.
“Hay que tener un poco de cojones, o quizá muchas ganas de vivir para no dejar que te mate una amenaza; yo tengo muchas ganas de vivir, de beber hasta la última gota de vida que tenga, pero beberla así, con felicidad, en la mayor plenitud posible”, dijo el cantautor Joan Manuel Serrat, citado en Serrat Multimedia, durante la pandemia por el Covid 19. El escritor y editor Ernesto Santolaya se muestra satisfecho de su trayectoria y declara: ¨mis cojones no tiemblan ante la muerte; me importa una mierda”. Jaime Centurión es autor de libros como ‘Dos corriendo por tres calles’ o ‘Tocándome los cojones’
Hoy, en el Perú, hay que tener cojones, y bien puestos, para expresar libremente tus opiniones.
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