A Beto G, César DLP, Claudio M, Walter L, Rolando R, Ricardo C, Carlos P, Alfredo B, Sergio V, Juanito C, Humberto G, Fernando C, Irma C, Carlos B, María Alicia B, Lucho R, Florentino D, Jacob B, Julio F, Orlando L, César T, y los 60 amigos que emprendieron el viaje a los pagos del Señor durante la pandemia.
Todas las generaciones tienen características que las diferencian de las precedentes, aún conservando algunas comunes, y es corriente que la generación actual tilde a la anterior de conservadora, y esta de extremista a la presente. Es la vida y la naturaleza humana.
Las definiciones científicas de la Genealogía establecen que una generación abarca un lapso de 25 años, y clasifica a las personas, actualmente, dentro de cuatro generaciones (aunque no respeta el período establecido): Baby Boomers (1940-1960) o hijos de la Segunda Guerra Mundial; Generación X (1965-1980), juventud de los 80’ o inmigrantes digitales; Generación Y (1981-2000) Millennials o nativos digitales; y Generación Z (2001-2010) o tecno dependientes y super digitales. Cuando se refiere, en el Perú, a los jóvenes de 20 a 30 años como ‘generación del Bicentenario’ se equivoca, pues esta sería la de quienes han nacido recién en 2021, pero ese comentario es harina de otro costal.
La historia de la humanidad ha destacado algunas generaciones como la del 98’ (1898) que reunió a escritores y poetas como Baroja, Azorín, De Maeztu, los hermanos Machado, y Unamuno, y la del 27’ (1927) de Alberti, Aleixandre, Salinas, Guillén, Cernuda, Diego, y García Lorca, por mencionar algunas, aunque estoy seguro que los miembros de cada generación – como las promociones escolares – le atribuyen más de un mérito a la suya.
En un momento en que nuestra población se enfrenta por diversos motivos, el generacional es uno más, alcanzando ribetes reprobables e insultos agresivos (viejos lesbianos vs jóvenes cojudignos), y a riesgo de ser considerado heterodoxo, escribiré de los nacidos entre 1940 y 1970 (Baby Boomers y la primera oleada de la Generación X), quienes tienen entre 51 y 81 años de edad, a quienes llamaré ‘Generación G’ (GG: gloriosa).
A nivel internacional e independiente a su nacionalidad, la GG pasó su infancia durante el transcurso de la segunda guerra mundial, la más despiadada dejando un saldo de 50 millones de muertos, asistió a algunos de los mayores cambios del Mundo con la revolución china (1946) y cubana (1953), la formación del Estado israelí (1948), la creación de las Naciones Unidas (1945) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), las protestas estudiantiles de mayo 1968, el movimiento hippie, la guerra de Vietnam, la independencia varios países africanos y asiáticos (Libia, Argelia, e Indonesia, entre otros), el sufragio femenino (en Perú, 1955), los movimientos por la igualdad racial, el arribo a la Luna, por mencionar algunos, que contribuyeron a forjar el clima de desarrollo y libertad que existe en el planeta, aunque lamentablemente no alcanza a todas las naciones, pero si los jóvenes pueden protestar y realizar marchas libremente en países en los que gozamos de libertades, se debió a los esfuerzos de esta GG que, por supuesto, continuaron las siguientes, pese a que existen inconscientes que reclaman derechos a la vez que promueven regímenes que, justamente, no los reconocen.
En el Perú, los GG hemos atravesado un gobierno militar que destrozó las libertades, estatizó la prensa y destruyó la economía, y posteriores que generaron inflaciones de más de 1,000%, devaluaciones de la moneda, escasez de alimentos y cierre de importaciones, crédito inexistente, limitaciones para trasladarnos dentro del mismo territorio, desempleo, terrorismo, corrupción. Éramos ‘apestados’ en el extranjero, y no era fácil conseguir una visa. Hoy, en las finales, el COVID. Dicho sea de paso, el director ejecutivo de BioNTech, que desarrolló una de las principales vacunas para combatir la actual pandemia, es el oncólogo germano Ugur Sahin, quien tiene 56 años.
Tecnológicamente, las facilidades de los jóvenes de hoy, como son el móvil, internet, la computadora, el crédito rápido, la apertura al comercio exterior, avances en medicina y transporte, y los estados de bienestar que les permiten estudiar, viajar, relacionarse con facilidad, se deben a la GG, y estamos satisfechos de haberlas desarrollado para que tengan una vida más próspera, responsabilidad de cada generación.
Un demérito que nos achacan es el dejar un mundo con demasiada contaminación, y esa es una batalla pendiente, pero lo curioso es que el mayor contaminante está en las industrias y en el transporte, y son precisamente los jóvenes quienes hacen más uso de vehículos, más viajes realizan, y más utilizan los productos industriales. Ciertamente, también hemos cometido errores, pero el producto final es sumamente positivo.
Es absurda la disputa entre generaciones, en especial si son de un mismo país. Cada una tiene la obligación de continuar construyendo sobre la base de lo que han recibido, sin destruir (que es más fácil) para algún día transmitirles a sus hijos un legado que contribuya a una vida mejor, más allá de la sola protesta y la verborrea, por más estilizada que fuese. Tengamos claro que la juventud es un atributo que todos alguna vez lo tenemos, y que se pierde con el tiempo.
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