Los refranes obtienen su reconocimiento y difusión en las diferentes comunidades y grupos sociales a través de los años, y en ocasiones siglos, gracias a su estructura, contenido, y mantenimiento de la denominación. Tienen inherente un mensaje de índole ética que invita a la reflexión, y con una frase corta describen valores y principios morales que nos permiten identificarnos con ellos. Como si fuera poco, aunque algunos puedan desaparecer en el léxico popular (este artículo es un recordatorio), los hay que mudan hacia la jerga o un lenguaje más adecuado a la juventud de cada época.
“A río revuelto ganancia de pescadores”, mantiene vigencia, en especial refiriéndonos a políticos, que suelen obtener ventajas en el caos y el desorden. De procedencia española tiene su origen en que cuando las aguas están revueltas en el río, es cuando más pesca se obtiene.
“A quien madruga, Dios le ayuda” tiene una connotación clara y servía para motivar el inicio temprano y puntual de las faenas escolares o laborales. Refrán de tradición oral, está incluido en textos como ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’, en el cual no aparece con las mismas palabras pero, conserva la idea: “el que no madruga con el sol no goza del día”; no obstante, en mi recorrido por el mundo de los refranes ubiqué el que pareciera contradecirlo: “no por mucho madrugar se amanece más temprano”, aunque webs especializadas explican son complementarios, y este último denota la importancia de ser reflexivo y no apurar las decisiones.
“De tal palo tal astilla” significa que los hijos heredan las cualidades y/o defectos de sus progenitores, proviene de la expresión latina “qualis pater, talis filius” (cuál es el padre, tal es el hijo”), y se emparenta con el refrán “de raza le viene al galgo”, aunque este último se dirige solo a señalar virtudes. Y el clásico que los refuerza es “lo que Natura no da, Salamanca no presta”: por más que acudas a una excelente institución educativa si no has nacido con intelecto, es imposible alcanzar un nivel intelectual o profesional. El refrán completo es ‘Lo que no da naturaleza, no lo da Salamanca y menos Baeza’, ya que en 1533 también había una universidad en la localidad de Baeza.
“El que calla otorga” explica que quien no objeta una afirmación está de acuerdo con la misma, lo cual algunos discrepan pues podría tratarse de timidez, discreción, o indecisión. Es de origen español y Tirso de Molina lo incluía en una de sus obras. Existen versiones modernas como la imperativa “habla o calla para siempre’” y la jerga: “calló en siete idiomas”.
“Como Pedro por su casa” expresa la confianza con que una persona se desenvuelve en un lugar ajeno. En el fútbol se utiliza cuando un delantero ingresa al área contraria ante la pasividad de los defensores. Actualmente se le aplica despectivamente como exceso de familiaridad (‘conchudez’ diría). Su origen está en el rey Pedro I de Aragón, y su victoria en la batalla de Alcoraz, el 15 de noviembre del año 1096, contra los musulmanes, conquistando Huesca. La leyenda cuenta que en la batalla apareció San Jorge para favorecer al bando aragonés. No es de extrañar que la hazaña, revestida por los mitos, haya impregnado el lenguaje y sus usos. En su origen, el refrán decía “entrose como Pedro en Huesca”.
“Poner en tela de juicio” significa expresar dudas acerca de una situación, algo propio de la población hoy respecto a los políticos y líderes de opinión. La palabra latina ‘tela’, del latín ‘telum’, hacía referencia a un lugar cerrado donde se desarrollaban discusiones. ‘Tela’ era la valla de madera que se solía construir en la liza para evitar que los dos caballos se topasen en las justas. Este significado de ‘tela’ también se usó para referirse al sitio cerrado dispuesto para lides, espectáculos y debates públicos o juicios. De éstos últimos se derivó la expresión ‘estar en tela de juicio’, que utilizó el antiguo Derecho Procesal para dar a entender que un asunto estaba pendiente de averiguaciones previas antes de tomar una decisión.
“A calzón quitado” significaba decir las cosas como se piensa y sin rodeos ni engaños. Proviene del Siglo de Oro español, cuando una corriente literaria decía lo que pensaba sin ardides. En esa época los hombres llamaban a sus pantalones ‘calzón’ y de ahí que se utilizara esta expresión para indicar que algo se hacía o decía al desnudo, o sea como realmente se creía.
“A capa y espada”. Esta expresión aparece en ‘El Quijote’, de Miguel de Cervantes, y es la forma en que luchaban los caballeros, liándose la capa en el brazo izquierdo para detener los golpes, mientras manejaban la espada con la diestra. De esa forma de afrontar los lances, deriva la frase, que se aplica actualmente a toda defensa decidida y con empeño que hacemos de algún negocio o persona.
“Apretarse el cinturón” se utiliza cuando es necesario reducir gastos como en tiempos de crisis económica y pandemia, y debido a ello, se come menos y adelgaza, debiendo apretar el cinturón para mantener el pantalón sin caerse. Esta frase proviene de épocas de escasez, aunque no se ha establecido el año y localidad.
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