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Foto del escritorCarlos Ginocchio

Carlos Ginocchio / El centro piurano y la región mestiza 



Discurso por su 125° aniversario (2015)

 

Buenas noches, mi agradecimiento por el honor conferido para pronunciar el discurso conmemorando el ciento veinticinco aniversario del club, y mi saludo a la junta presidida por  Jorge Castagnino lema, no le diré coco en ocasión tan solemne, así como a quienes le acompañan:  James Leigh, Jorge Carrasco, Luis vega, José María Chávez, José Luis Puig, Miguel Cueva –estoy seguro tú tienes algo que ver con esta elección- Arturo León, Juan Herran, David Rabinovich, Francisco Hilbck, Ernesto León, Juan Luis Ruesta, Aníbal Santibáñez, Roberto Cotlear, Celso Garrido Lecca, y Armando Burneo, con quien mantenemos intercambios epistolares en el Facebook, donde es sumamente prolífico.

 

Menciono los nombres de toda la junta directiva, porque, por dios y por las deidades tallanes, cuanta piuranidad en ellos. Sin duda, son un reflejo de la piuranidad, del cariño por la santa tierra, que quienes hemos nacido en ella llevamos a cuestas donde estemos.

 

Como la canción compuesta por Nino bravo, “dime de que tierra vengo, dímelo tu buen amigo, tierra de la que no tengo, más que el polvo del camino, yo si quieres te lo digo”, de Piura claro está……   por cierto, y se los expresare con una anécdota: el año pasado recorrí lares belgas, holandeses, italianos, griegos y turcos –aún no conocía la telenovela de Scherezada y Onur – con un sombrero de paja de Catacaos. Me confundían con mexicano, y esta es una tarea que los piuranos tenemos pendientes, pasear la piuranidad, la marca “Piura” y lo que somos, hospitalarios, amigables, por todo el mundo. Que sea el centro piurano quien la encabece, cuenta con una junta directiva capaz de hacerlo.

 

En el “diccionario del amante de américa latina”, publicado por nuestro premio Nobel de literatura hace una década, incluye una copiosa referencia a Piura. Refiero textualmente un breve párrafo: “mi memoria ha sido más fiel a Piura que a ninguna otra ciudad donde he vivido. Sólo pasé dos años en ella –cuando tenía diez y dieciséis- y, sin embargo, esos dos breves períodos me han amueblado la cabeza de recuerdos imperecederos, de iniciativas formidables para inventar y escribir historias, algunas de las cuales me rondan todavía. La relación que uno entabla con una ciudad es tan espontánea y misteriosa como la que establece con las personas: de simpatía o antipatía, de interés o indiferencia, de amor u odio. La Piura de mi infancia se me metió en el cuerpo y en el alma, y nunca ha salido de allí”. En mi caso, es una pasión, y son escasas las pasiones nobles que llevo en mi ADN: mi familia, Piura, mi religión católica, y la “u”, esta última, seguro criticada por muchos de ustedes, y es válido.

 

Pocas son las instituciones piuranas que han superado los 100 años y mucha agua ha pasado por el río, desde que un lejano 29 de agosto de 1890, se pusieran de acuerdo los mangaches y gallinaceros para la formación de esta institución que hoy nos alberga, que nació cuando a decir del documental del Perú, “nuestras casas eran fabricadas con adobe, cañas de Guayaquil y barro”. Enrique Coronel Zegarra, Juan Palma, Juan Espinosa, Ricardo Mendoza, Miguel Checa, nombres y familias que forman parte de nuestro acervo histórico, a quien ojalá inmortalicemos algún día en el museo de la piuranidad, que carecemos y reclamo.

 

El centro piurano se fundó apenas veinte años después que don Fernando Reusche sembrara 24 árboles de tamarindo en la plaza de armas, traídos de la hacienda Yapatera en Chulucanas.  La tradición cuenta que el señor Manuel Saldarriaga, quien los sembró, los abonó con sangre de toro para que no marchitaran, y vaya que resultó.  Año 1870, cuando el presidente Balta obsequió la estatua que conocemos como “la Pola”

 

Visité pocas veces el centro piurano, pese a la admiración que siempre tuve por él, lo veía como el bastión de la piuranidad, el santuario de las arenas blancas y los algarrobos verdes. Y es que salí muy joven de Piura, cuando aún era feliz e indocumentado –como proclamaba el inmortal Gabo- y el centro era el Partenón de los señores, en una época que esta denominación tenía valor, el mismo que debemos recuperar; no obstante, recuerdo venía con mi primo Fernando García rojas a jugar, no sé bien si billas o billar, con las tres pelotitas, corríjanme ustedes, lo acepto, aunque en algunos temas, el llegar a las seis décadas me han vuelto incorregible. 

 

Tengo, sin embargo, una anécdota inolvidable. En 1971, recién ingresado a la universidad de Piura, papá me concedió un permiso para acudir a una fiesta en el centro. Debía regresar a las 12 de la noche, en esas épocas éramos tratados como cenicienta. En vez de dedicarme a bailar compartí whiskys con amigos de papá, recuerdo a don Carlos Seminario. El asunto es que retorné a las cuatro de la mañana. Quienes conocieron a mi padre, pueden suponer lo que sucedió después y que no mencionaré. Pero fue la primera vez que compartí con quienes eran las personalidades de nuestros tiempos mozos.

 

En ese período de más de un siglo, el centro piurano ha sido testigo, y sin duda actor a través de sus miembros, de nuestra historia moderna y de la formación de lo que hoy es Piura. Y, por ello, es el llamado a superar un nuevo reto: rescatar la historicidad de nuestra región, desde sus orígenes: el período tallán antes del siglo xvi, su fundación por francisco Pizarro como san miguel de Piura, en Tangarará a orillas del río chira, el 15 de agosto de 1532, en honor a la fiesta de la asunción, luego de debelar un levantamiento de los caciques de la chira, ajusticiando a trece de ellos. Dos años después, migró a las inmediaciones del monte de los padres en el alto Piura, Morropón, Chulucanas.  Era conocida como Pirhua o Piura, “lugar donde se almacenan los granos”. Como el clima no les era propicio, en 1578 tenemos a Piura en el puerto de san francisco de la buena esperanza, Paita, hasta 1587, tras el saqueo del pirata Cavendish.

 

Entonces, el 20 de setiembre de 1588, se asienta donde se encuentra hoy, en la cabecera del valle de Catacaos o bajo Piura, junto a la presa precolombina de Tacalá (hoy castilla), lugar conocido como el Chilcal, donde tenían el agua del río Piura, buenas tierras de cultivo y bosques de algarrobos que facilitaban la ganadería y la leña. Fue don pedro cadalso y Salazar, el refundador o fundador definitivo de la ciudad, a quien nadie recuerda. Somos la ciudad volante, que tan acertadamente denominó Néstor Martos.

 

Apenas un año después de nacer el centro, se fundó la cámara de comercio y producción de Piura, el 28 de abril de 1891. Entre sus fundadores, Henry Hilton Leigh, Carlos Schaefer y Gonzalo de Varona por el banco del Callao; David Merino por Blacker y Cía.; Roberto temple por Duncan Fox; Francisco Eguiguren, Gonzalo Tirado, Jacinto león, César Cortés, Francisco Helguero, José Chiriboga, Lázaro Bregaste, Ricardo Mendoza, Juan Palma, Nicanor Rodríguez, Juan Seminario, Juan Franco, Antenor García, Francisco Guzmán, Juan Manuel Balcázar, Carlos Artadi, Manuel López, Emilio Hilbck y Miguel Izquierdo, la mayoría socios del centro.

 

El centro ha vivido el devastador fenómeno de el niño en 1891, El estrepitoso terremoto de 1912, la construcción del mercado de abastos en 1913, donde hoy está la plaza de las tres culturas, el arribo de la cinematografía a Piura en 1914, con la construcción del cine edén frente a la plaza de armas, iniciativa de don Edmundo Seminario Aramburú, utilizando para la iluminación de la sala y el proyector un grupo electrógeno. Contaba con una platea baja y butacas para 300 personas.

 

En 1908, fue un piurano, el Dr. Eguiguren, quien promovió la ley número 801 que autorizó que las mujeres pudieran postular a las universidades, optar grados académicos y ejercer su profesión.

 

La iluminación pública con 200 faroles a kerosene llega a Piura en 1914.  La plaza Pizarro, hoy de las tres culturas en 1923, el ferrocarril Paita – Sullana - Piura, que se inauguró en 1879, el centro piurano lo vio hasta su desaparición en 1959

 

En 1918 don Gabriel Tudela trajo los primeros automóviles a Piura, marca Ford, y luego instaló un negocio de venta de autos. En 1920, los señores Seguín y Locatelli, trajeron dos Studebakers e iniciaron los primeros raids.

 

En 1921 le tocó a Piura ser la sede del congreso regional del norte, donde se reunían las juntas departamentales, precursoras de lo que hoy son los gobiernos regionales, instalándose en el teatro municipal de Piura. Aprobó la construcción de la línea férrea piura-Morropón, que nunca se realizó

 

1922 fue el año culmen del bandidaje, Froilán Alama en el paraje cruz de caña (en castilla), y Teodoro Vásquez, entre Máncora y Tumbes. Les aconsejo leer los caballeros del delito de López Albújar y verán de qué razas provenimos los piuranos

 

Rescato un episodio de un piurano del que poco conocemos, y lo que sabemos no es precisamente lo que expresa la bravura de nuestra tierra: Luis Miguel Sánchez Cerro, peleó en el áfrica por la legión extranjera española. Se había rebelado contra el gobierno en cuzco siendo sargento mayor – que no digan que Arequipa es la única rebelde en el país. Fue delatado, y herido en la refriega, confinado preso a la isla Taquile. Una ley de 1923 corto los juicios, y ascendido a  mayor fue destinado a Madre de Dios, donde se le reconoció por su honestidad: ahorró para su comandancia 10 mil soles de esa época,  y la tropa se alimentó como nunca- luego,  enviado a Europa,  logro la autorización del Gobierno peruano para alistarse en la Legión extranjera española, combatiendo en el riff,  en Marruecos, contra el Cuadillo abd el Krim, dirigiendo un batallón de latinoamericanos y mexicanos que le dio la victoria a España, rompiendo el cerco de Melilla.

 

Sánchez cerro fue nuevamente herido, y luego ante la protesta de otros países europeos por la presencia de extranjeros en el ejército español, España los envió a su país de origen y al embarcarse cada militar, se tocaba el himno de su patria, hay quienes dicen que Sánchez cerro gritó: viva Piura. Don Manuel Octavio Feijó, cataquense, peleó por Francia en la primera guerra mundial, en la Legión extranjera francesa, herido de una granada y luego condecorado. Mi tío julio Ginocchio Sánchez, por Italia en la primera gran guerra, condecorado con la orden de Vittorio Venetto.

 

En 1923 fue capturado y murió enfermo el revolucionario Augusto Durand que había llegado de Guayaquil, para rebelarse contra el gobierno de entonces, lo apoyaron Rómulo Guidino, Alejandro García Cortés, don Miguel Checa y Checa, y Carlos Seminario Aramburú, su gran amigo.  Su viuda fue antecesora de alguien relacionado hoy con Piura, doña Emilia Dyer.

 

Otro episodio que merece rescatarse de Piura, es aquel concerniente a la guerra con Chile, que narra Juan Amaro Ruiz Cruz: “conveniente es resaltar que los chilenos que llegaron a Piura y se proyectaron por la vía Morropón a nuestra serranía. Conocemos la quebrada de la guerra, sitio histórico que se ubica entre los pueblos de Pambarumbe y Santiago. En la parte que da frente a la pendiente de Pambarumbe, se parapetaron los bravos hijos de Santiago, del caserío de chalaco, para cortar el avance de las huestes enemigas. Apenas fueron avisados los chilenos descendiendo la pendiente y atravesando la quebrada, cayó sobre ellos una lluvia de piedras lanzadas por los huaraqueros, que al mismo tiempo hacían restallar las hondas provocando un ruido semejante al disparo de revólver y provocando la retirada del invasor chileno. Don alejo león carrasco compuso un verso: “el chileno atrevido/ a chalaco quiso entrar/ pero no estaba en su libro/lo que le iba a pasar”.

¿quién dice que los piuranos no somos bravos?

 

1924 don Edmundo Seminario Aramburú promovió el inicio de los estudios para derivar el agua del Quiroz al Piura.

 

En 1924, se instala la primera estación radiográfica en Piura, siendo su alcalde el paiteño Humberto Artadi, y el técnico a cargo, el ingeniero Ricci

 

1925, la corriente del niño, hoy conocida como fenómeno del niño, inunda Piura. Han pasado casi 100 años y aún no aprendemos.

 

1926, empieza a funcionar el cine variedades, atención en la esquina de ave Grau y Cuzco, no donde lo conocimos en la Junín, propiedad de don Antenor García, que tenía ahí mismo una fábrica de gaseosas y hielo.

 

En setiembre 1928 se realizó el primer vuelo desde Lima a Talara, haciendo escalas en Casma, Chimbote, Trujillo, Paita. Como no había pistas de aterrizaje, el avión lo hacía en campos deportivos. Era un monomotor de la Panamerican Grace Airways Inc., más conocida como Panagra (luego fue Braniff). Llevó solo dos pasajeros y recorrió el periplo en 8 horas, lo que antes demandaba por tierra una semana. A fines del mes, Faucett hizo su primer viaje comercial entre Lima y Talara.

 

En agosto de 1929, el “San Cristóbal”, trimotor de Panagra hace el primer vuelo nocturno comercial, fue entre Lima y Talara. Y en 1930, vuelos internacionales. Panagra salía lunes y viernes a las 7am de lima llegando a Nueva York en 98 horas, y haciendo escalas en Trujillo, Pacasmayo, Pimentel, Piura, Paita, talara, puerto Pizarro, Guayaquil, Santa Elena, Caráquez, Tumaco, Buenaventura, Balboa, Cristóbal, La Habana y Miami.

 

En 1928, se inaugura la biblioteca municipal de Piura

 

También los piuranos tenemos un espíritu jovial y de timberos: en 1930 se produjo el furor del juego chino chifa-Tay, Leguía había autorizado los juegos de azar. Consistía en una adivinanza o una charada con 30 posibles respuestas en figuras numeradas. Cada tarde se difundía la respuesta. Por cada 10 centavos de apuesta se podía ganar dos soles con setenta. Fue tal la fiebre que hubo reacción contra el juego por los empresarios. Guardo una carta de mi tío Julio Ginocchio manifestándose contra este. También lo hizo la Cámara de comercio de Piura, pero el prefecto narciso arroyo no pudo hacer nada pues era legal. Hay quienes afirman que hubo jugadores ‘, mosca’ que desarrollaron un método para ganar siempre. Sus nombres no los diré, pero tal vez en el centro piurano también se jugó.

 

En 1930, nace la sociedad de empleados de Piura, que se afiliaría a la federación de trabajadores petroleros. Es el tiempo de un líder sindical y fundador del socialismo, talareño, don Luciano Castillo. Don Ramón Romero dona el dinero para la construcción de la cúpula de nuestra catedral.

 

En 1935 se construye el malecón Eguiguren. En esa época, la calle libertad se llamaba “real”; la calle Arequipa era “playón”; la calle Cuzco, era “pedregal”, y la calle Junín, “los ángeles”. En las calles del cercado de Lima se ha colocado los Rótulos de sus nombres antiguos. ¿qué tal si hacemos algo similar en Piura?

 

En 1940 se construye el hotel de turistas. En 1950 se construye la avenida Sánchez Cerro y se inaugura el puente.

 

Como compendio, es suficiente para apreciar el nacimiento, la presencia y el acompañamiento del centro piurano en los finales de la historia republicana y advenimiento de la época moderna de Piura. Me he guardado un suceso de 1921, acá va.

 

El 4 de enero de 1921 se cumplió el centenario de la proclamación de la independencia de Piura. El gobierno puso un barco a disposición de los piuranos residentes en lima que desearan viajar a Piura. El pasaje era gratuito. El prefecto rodríguez solicitó el local del centro piurano, la institución social más importante. Era presidente don Manuel Helguero, quien fiel a los estatutos, negó el local, pues estos impedían la realización de actos políticos en el mismo. Se armó un tole tole, pero esto que hoy puede parecer criticable es una muestra de lo que son los valores, o cuando menos, lo que eran en épocas lejanas que ojalá retornen.

 

Rescate dos atingencias: don Manuel Helguero hizo cumplir los estatutos, es decir, se cumplió la ley, sin los saltos y vericuetos de hoy que las hacen parecer un juego de Rayuela, y no precisamente la de Julio Cortázar, y lo segundo, el reconocimiento que era la institución más importante y exclusiva de Piura.

 

Los tiempos han cambiado y hay que entenderlo así. Mal hacemos cuando evaluamos hechos del pasado en función del presente, o de un espacio, digamos por ejemplo Africa, en función de otro, por ejemplo, américa del sur.

 

El concepto de exclusividad ha variado, sobre todo considerando la evolución en el campo social, y la exclusividad bien entendida debe referirse a capacidades, no a temas económicos, raciales o de apellido. Y cuando hablo de capacidades, me refiero a personas que destacan por sus aportes intelectuales, por sus emprendimientos, por su calidad humana y profesional, personas que sin figurar en el universo mediático cumplen con su deber, su familia, su patria, que proyectan valores, lo que aprendimos en nuestros hogares hace más de 50 años, lo que nos reforzaron los jesuitas, salesianos o el opus dei. Y esa es la imagen que entiendo el centro piurano del siglo xxi aplica y debe potenciar cada día más, para convertirse en un centro de ideas, propuestas, emprendimientos, avances que contribuyan a que Piura inicie, podría decir incluso enderece, la senda del progreso y la civilización.

 

Tengamos presente que Piura, además de una región rica y corajuda, es mestiza: Lucas Cutivalú, Juan de Mori, el cacique la Chira, los defensores de chalaco, Ignacio Merino, Miguel Grau, Enrique López Albújar, Lizardo Montero, Luis Montero, Rafael Otero, Miguel Correa, Miguel Checa Checa, Emilio Hilbck, Gerónimo Seminario y Jaime, Miguel Cortés del Castillo, Ignacio Escudero, Sofocleto, Cayetano Heredia, Meleque Suarez, Raúl Estuardo Cornejo, Hildebrando Castro Pozo, Felipe Cossío del Pomar, Víctor Eguiguren, Ronald Woodman Pollit, prohombres de todas las etnias, crisol de razas que se funden en la única región con costa, sierra y selva, y que han sido los gestores del piurano de hoy, y cuya presencia debe ser divulgada a las juventudes del siglo xxi y los que vengan.

 

No puedo dejar de mencionar a algunos presidentes del centro piurano que también han dado lustre a Piura: 

 

  • El ingeniero enrique coronel Zegarra, Pierolista, ministro de fomento y obras públicas, presidente del consejo de ministros en 1900, senador por Piura, participó en la construcción de la vía férrea a Catacaos, y en la construcción del canal de panamá.

  • Don Pablo Seminario Echeandía, senador en 1877 con el contralmirante montero y con don Manuel Seminario y Váscones. Fue quien obtuvo el ascenso de Miguel Grau de Capitán de navío a contralmirante en plena guerra con chile. El héroe era su tío carnal.

  • Don Federico Hilbck Schwemann, arribó desde Lippstadt en la Renania del norte en 1872 a Paita. Amigo de don pablo seminario Echeandía y don Juan Hilarión Helguero, constituyeron la empresa Seminario-Hilbck. Fue pionero de las irrigaciones en el agro. En 1901 solicitó al ministerio de fomento le concediera autorización para abrir un canal para irrigar los terrenos ubicado en la margen derecha del río Piura.

  • Don Emilio Hilbck seminario, en 1922 introdujo el algodón pima de fibra extralarga, proveniente de Arizona, él fue pionero en la mecanización del agro

  • Don Juan Hilarión Helguero carrasco, director de la beneficencia de Piura en 1900. En 1906 fue el promotor del arribo de los salesianos a Piura, fue quien les cedió gentilmente la casa donde se levantó el nuevo establecimiento en 1912.

  • Don Miguel Checa Checa, en su publicación “Piura en 1900”, narra don Juan Paz Velásquez un acontecimiento que merece ser replicado: “llega el aciago día del 7 de abril de 1891, las grandes avenidas del río a destruyen el único puente que une la capital con el interior del departamento. La desesperanza invade a los habitantes. El pesimismo hace presa a dirigentes y autoridades. En medio de la desolación, llega para Piura un rayo de luz que, como fanal, iluminó el pensamiento de don miguel checa. Seis meses después de la catástrofe, llegaron como turistas dos hombres de negocios, los señores h. Tathbone y c. T. Findlay, alojados por don Roberto Temple, gerente de Duncan Fox, quien los presentó al señor Checa.

 

Los visitantes, ingenieros de profesión y representantes de una firma constructora de puentes en Inglaterra, hicieron cálculos matemáticos sobre el terreno y plantearon la construcción del puente que la ciudad requería con urgencia. Sobre este proyecto el señor Checa conversa con sus cuñados, los doctores Víctor y Francisco Eguiguren, en el sentido de interesar a la junta departamental, presidida por el prefecto don José María Rodríguez Ramírez. Para ganar tiempo, y a iniciativa del señor checa, se cita a sesión la misma noche —22 de octubre— concurriendo los señores: Francisco Helguero, Juan Ignacio seminario. Genaro Helguero, Francisco León Seminario y los doctores Eguiguren.

Planteada la construcción del puente, los ingenieros ingleses declararon que no estaban facultados a negociar con entidades gubernamentales; sorpresa y desaliento cundió entre los concurrentes. Fue entonces que Roberto S. Temple declaró que, para servir los intereses de Piura, la casa Duncan Fox asumiría la responsabilidad de garantizar el financiamiento, si alguno de los presentes se comprometía al pago, en el plazo convenido. Don Miguel Checa dio una rápida respuesta, definitiva y contundente, al constituirse en deudor de Duncan Fox y cía.

 

Luego, don Miguel Checa emprende una tarea superior y de grandes alientos. El idealista, el hombre que ve hacia lo lejos el espejismo del futuro, sueña con el mejoramiento de la vida de sus ciudadanos. Traza línea, completa cálculos, y se lanza a la empresa de una obra titánica. Se trataba de construir un canal de irrigación en la margen derecha del Chira. En esas tierras de “Poechos” y “Chocán” invierte su fortuna. Busca la ayuda que le falta y, cuando alguien le interroga sobre la consecución de los trabajos, contesta como bolívar en una sola palabra: ¡triunfar! Y el triunfo vino con clarinadas de alborozo. El hombre del canal y de las aguas, de la agricultura en el Chira. En 1906 presenta al gobierno una solicitud para la apertura de un nuevo canal en la margen izquierda del Chira.

 

En 1907 la provincia de Paita, lo invita a postular su candidatura a una diputación. Don miguel, alegando sus múltiples trabajos agrícolas, se excusa. Pero la ciudadanía lo requiere con insistencia y debe prestar su nombre.  Su triunfo fue corolario de un sólido entusiasmo popular, legisló con patriotismo y fue respetado y querido por los representantes de todos los sectores políticos que sentían admiración por el nombre que estaba sacrificando su tranquilidad por amor a la patria y a su pueblo, en esta etapa de su vida se le denominó el hombre del norte.

  • Don Carlos Schaefer Schom, ciudadano alemán, alcalde de Piura en 1902, contribuyó a la formación de la sociedad de artesanos que dio origen al club Grau.

  •  don juan Atkins Searle, ciudadano inglés, arriba a Piura en 1900, gerente de Duncan Fox, alcalde de Piura en 1907.

  • Don Federico Bolognesi Bolognesi, nieto del héroe, contribuyó al desarrollo de la agricultura y el comercio en Piura, cónsul de Francia (1025) y Panamá (1929) en Paita, presidente de la sociedad de beneficencia pública de Piura (1930-31), miembro de la comisión de irrigación (1934), senador por Piura (1939-459, vicepresidente del senado en 1939, segundo vicepresidente de la república en el gobierno del General Odría (1950-56)

  • Don Enrique Checa Eguiguren, alcalde de Sullana 1941-44, senador por Piura, promotor en 1955 del memorial para la fundación de la universidad nacional de Piura, la primera en la región.

  • Don Alejandro Alberdi Carrión, diputado y prefecto por Piura, presidente del club sport liberal del cual era hincha acérrimo. Mi padre y yo lo éramos del estrella roja, tremendos duelos entre los representantes de los mangaches y gallinaceros. Reconocido como un perito ‘natillólogo’, afirmaba que “para que las natillas resulten buenas deben hacerse con leche de cabras ordeñadas en luna llena, y si son viudas, con chivato recién muerto, mejor”.

 

No deseo dejar un halo machista porque en Piura las mujeres han tenido un rol, también, muy importante. Carlos Arellano Agurto, en su publicación “piuranidades”, afirma que “las mujeres, más que los hombres conservan las costumbres en las sociedades rurales y también en las urbanas y han sido las principales protagonistas en preservarlas por largos años, para compartirlas con todos los amantes del terruño, y con quienes vuelven sus ojos al Perú –y a Piura, por supuesto - para entenderlo y aceptarlo, con sus variedades y diversidades.”

 

Damas hemos tenido como doña Paula Piraldo, joven y bella, esposa del corregidor piurano, devota de la virgen de las mercedes, que en 1615 defendió Paita del saqueo del pirata Spilbergen, al cual derrotó, al frente de sus peones y esclavos. Las indomables capullanas, gobernadoras tallanes, que vestían hábitos de color negro hasta los pies, vestimentas cerradas de arte de capuz, según indica en su obra pedro halcón, quien agrega eran seductoras y se hicieron cargo del gobierno a la muerte de los caciques, sus esposos: maría inga del Chira, Marcelina Prado Chiroque de Catacaos, María Pancatil y Yucru Suntu de Sechura, Carmen Colán de Colán (1781), Shimbi Alaca de Simbilá, Urpa de Sóndor, entre otras. Manuelita Sáenz, la libertadora del libertador, que residió y falleció en Paita, y en nuestros tiempos, doña Carlota Ramos de Santolaya y doña Lola Cruz de Acha y su extraordinario “álbum de estampas”.

 

Sin duda el centro piurano ha contribuido al progreso de Piura, pero, atención, progreso no es solo crecimiento económico, para ello está la cámara de comercio que mi amigo Carlos Sánchez dirige con singular acierto.

 

Progreso es cultura, y cultura no es necesariamente erudición, conocer y leer mucho, cultura es respeto a las ideas ajenas y al prójimo, modales, comportamientos adecuados y coherentes, consideración a la niñez, a la mujer, al adulto, inclusión de aquellos que por una razón están olvidados, capacidad de entender que quienes erraron e incluso hasta sufrieron condena, pueden rehacer el camino y debe brindárseles oportunidades, también lenguaje correcto, no soez. 

 

Es el único club, y una de las pocas instituciones particulares en Piura, que lleva el logo de piurano. ¿cuántos piuranos conocen la historia de Piura, de la ciudad volante, tan bien descrita por Néstor Martos, su fundación?, ¿cuántos piuranos conocen algo de nuestros ancestros tallanes y como se le plantaron a los españoles, en total inferioridad, pero allí estaban?, ¿cuántos conocen de nuestros grandes artistas y literatos, de Enrique López Albújar piurano de corazón,  su Matalaché y los caballeros del delito, de Francisco Vegas Seminario y su taita Yoveraqué, para mí una de las mejores novelas que he leído, de don Ignacio Merino, Luis Montero, Cossío del Pomar, Miguel Cortez?,  de personalidades como Jorge Moscol Urbina Jemu, Carlos Robles Rázuri, Néstor Martos, Darío rubio, la lista es inacabable.

 

Le toca al centro piurano una ardua y suprema misión, cual es rescatar el legado de los piuranos, sea a través de publicaciones, reditando sus obras, conmemorando sus logros y difundiéndolos a las nuevas generaciones en colegios, institutos y universidades.

 

Tengan presente que ustedes conocen parte de lo que hemos sido, pero ya estamos en una edad en que las reglamentaciones nos exoneran de las colas, tercera edad le llaman, yo pienso llegar a la quinta.

 

Dicen que en 2030 el promedio de vida será 120 años, retornemos a este local a ver cuánto hemos cumplido y si no lo hemos hecho, ¿creen ustedes que nuestros hijos y nietos se van a acordar siquiera de nosotros, menos aún de quienes forjaron la realidad de Piura, y les pongo un ejemplo: ustedes no se casaron con su actual pareja porque se las presentaron por correo –ya no se estila, el internet ha destrozado a las cartas – ustedes conocieron personalmente y se enamoraron de sus parejas.

 

Entonces, ¿creen ustedes que se puede amar a quien no se conoce?, promovamos el conocimiento de Piura, de nuestra historia, de nuestro mestizaje pleno de bravura y empuje. Que no nos quedemos en esa idea que tanto hemos dejado de combatir, que el piurano es apático, que el sol nos idiotiza, por no usar una interjección.  Una cosa es ser hospitalarios y amables, otra borregos, no lo fueron Grau, Cortez, y tantos otros, desterremos ese falso concepto.

 

Deseo ampliar algo. Cuando me refiero a personalidades no solo aquellas que aparecieron en la prensa por temas loables, o quienes dieron su sangre por el país como Grau, los que pintaron obras grandiosas como los funerales de Atahualpa, cuadro de Luis Montero, pieza inaugural de la pintura de historia en américa del sur, que debería estar en Piura, donde no tenemos un museo de arte, una casa de la cultura que se precie de tal, e incluso la casa de Grau cada vez más venida a menos y sin novedades culturales, a qué venir a Piura? ¿solo a la playa?

 

Las personalidades, los grandes hombres, sí grandes hombres, son también quienes en los años 50 a 80 del siglo pasado, dieron grandes aportes a la región con su línea de conducta, abuelos y padres de quienes estamos acá, y cuyo ejemplo debe ser recordado, convirtámonos también en personalidades para cuando nuestros nietos conmemoren el segundo bicentenario, se explayen sobre nosotros, y reiteren que somos una región brava y mestiza, próspera y hospitalaria.

 

Quiero culminar incluyendo en este homenaje, a un socio vitalicio del centro piurano, quien dejó una valla de ejemplo muy alta y me inculcó este amor a Piura, para lo cual debía conocerla, por lo que me nutrió de numerosas publicaciones y narraciones sobre la región, de Paita, y también de Italia, ambas cunas de hombres bravos y sacrificados,  aunque no reconocidos por responsabilidad muchas veces de sus dirigentes: mi padre, don Carlos Alberto Ginocchio Feijó, señor de señores, caballero de Dios.

 

Finalmente, parafraseando una frase del filósofo crema José “el puma” Carranza, quien decía “la “U” es la “U”, pues, “Piura es Piura”, lema que podríamos incorporar al centro piurano, y para no agotarlos más, el verso de don Manuel Rentería: “licor divino / dulce sustento / ¿qué haces aquí? / pasa pa’ dentro”.

 

Muchas gracias

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