Alfonso Ugarte y Vernal, nació en Iquique en 1847, fue agricultor, comerciante, empresario y militar, jefe de la Octava División en la defensa de Arica, donde murió heroicamente, pero su mayor heroísmo –escasamente reconocido hasta la fecha - fue que pese a haber sido contador, alcalde de Iquique, administrador de sus haciendas y negocios salitreros, cuando se encontraba próximo a viajar a Europa por asuntos de negocios (‘Ugarte, Zeballos y Compañía’), al declararse la Guerra del Pacífico, decidió quedarse en su ciudad natal para contribuir personalmente a su defensa. Organizó un batallón con su propio dinero, integrado por obreros y artesanos, denominado Batallón "Iquique N° 1", conformado por 429 soldados y 36 oficiales, cuyo mando asumió.
Toribio de Luzuriaga y Mejía, nacido en Huaraz en 1782, fue un militar peruano-argentino, que participó en la guerra de Independencia de la Argentina y del Perú. Fue presidente de Huaylas, uno de los cuatro departamentos peruanos (junto con los de Trujillo, Tarma y de La Costa), efectivamente independientes, y el primer peruano que alcanzó el grado de Gran Mariscal, además de ser incluido en la Orden del Sol. Al asumir Simón Bolívar el poder en el Perú, Luzuriaga intentó reintegrarse al ejército peruano, pero el Libertador no aceptó su petición, dedicándose a la ganadería en Pergamino, en el norte de la Provincia de Buenos Aires. Con su salud quebrantada, el 1 de mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y se suicidó con un tiro de pistola.
Pedro Pablo Atusparia Ángeles, agricultor y campesino indigenista peruano, líder de la revuelta de los indios de Huaraz de 1885. La leyenda afirma que murió envenado el 25 de agosto de 1887, aunque historiadores serios afirman que la causa fue el tifus. Fue alcalde del Caserío de Marian, al este de Huaraz. Encabezó la Rebelión Campesina de 1885, contra el abuso de los gobernantes de turno, quienes para salir de la crisis económica, luego de la Guerra del Pacífico, obligaron a los campesinos pagar un tributo excesivo. El historiador Augusto Alba Herrera señala que su infancia y juventud la pasó entre los campos de Marián y Huaraz.
José Gabriel Condorcanqui Noguera, Marqués de Oropesa, conocido como José Gabriel Túpac Amaru, fue un caudillo indígena líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII. Descendía de Túpac Amaru I (último Sapa Inca, ejecutado por los españoles en el siglo XVI). Dominaba el quechua, castellano y latín, destacando entre sus lecturas los “Comentarios Reales” del Inca Garcilaso de la Vega, las “Siete Partidas” de Alfonso el Sabio, las Sagradas Escrituras, el drama quechua Apu Ollantay, así como posterior y clandestinamente textos de Voltaire y Rousseau, en aquella época censurados. En Cusco tuvo varias propiedades y actividades económicas, entre ellas de índole agropecuaria, que le valieron a él y su familia, una buena posición social.
Luis Pardo, nació en Chiquián, Ancash, en 1874, fue un hacendado ancashino, perseguido de la ley al tomar justicia por su propia mano y posteriormente convertido en figura romántica. Conocido en la historia como Luis Pardo, el bandolero. Falleció en 1909.
Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, el héroe de La Breña, nació en Ayacucho en 1833, luchó en la Guerra del Pacífico y fue Presidente Constitucional del Perú en dos ocasiones: de 1886 a 1890 y de 1894 a 1895. Hablaba español y quechua, por lo que tuvo gran influjo sobre la población indígena, lideró la resistencia en la sierra central contra la ocupación de Chile durante la guerra del Pacífico (1879-1883). Es el patrono del Arma de Infantería del Ejército Peruano. Fue conocido por sus soldados como ‘Taita Cáceres’, mientras que los chilenos le apodaron ‘El Brujo de los Andes’. En 1868, decidió abandonar la carrera militar y regresar a Ayacucho para dedicarse a la agricultura. Pero en 1872 retornó al servicio, oponiéndose al golpe de estado del coronel Tomás Gutiérrez contra el presidente José Balta. Durante su gobierno, se hicieron obras de irrigación en el norte y centro del país.
Alipio Ponce Vásquez, nació en Apata, Jauja, Junín en 1906. Sus padres fueron Emilio Ponce y Tomasa Vásquez, una pareja de agricultores del valle del Mantaro, a los cuales apoyaba en sus faenas agrarias. Capitán de la Guardia Civil del Perú, murió heroicamente en el Conflicto con el Ecuador, en 1941.
Luis G. Albretch, el propulsor de la agricultura científica en el valle de Chicama, y poseedor de una apreciable fortuna, generada por sus actividades agropecuarias. Estaba enfermo, en cama, cuando en los días de la ocupación chilena de Trujillo (1,882), Patricio Lynch impuso un fuerte cupo de guerra a los agricultores de Chicama, amenazando con el saqueo de sus casas e incendio de cañaverales si no lo cumplían. Albretch se levantó y se entrevistó con Lynch para reducir el pago, a lo que el chileno le aceptó si el pago era inmediato. El trujillano canceló lo solicitado con su propio peculio, dirigiéndose al invasor con las siguientes palabras: “Los bienes, señor, se han hecho para remediar los males”.
Algo similar se produjo en Trujillo, cuando su alcalde, Cecilio Cox Doray, ante similar exigencia de 75,000 pesos para no incendiar la ciudad y la destrucción del puente sobre el río Chicama, y por la dificultad para reunir ese monto en el plazo concedido, lo pagó con su dinero, quedándose en la miseria. El coronel chileno Martínez, por ese gesto, le propuso ayudarlo a recuperar parte de su aporte, reuniendo a los restantes hacendados, a lo cual Cox, respondió: “Nadie me debe nada”. El chileno, entonces, se cuadró militarmente ante el alcalde, le saludó con su espada y ordenó que sus tropas le presenten armas.
Son numerosos los ejemplos de coraje de personalidades relacionadas con el sector agropecuario, y no solo en el Perú, sino en el extranjero. George Washington y Emilio Cavour, los propulsores de la independencia de los EEUU, y la unificación de Italia, respectivamente, también fueron agricultores, pero esa ya es otra historia.
Comments