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Carlos Ginocchio / Curiosidades cremas


Diplomacia merengue

Adolf Berger (Berna, Suiza, 1895 – Berna, 1968), fue el primer entrenador de Universitario de Deportes. En 1922 fue enviado por el gobierno suizo para trabajar en el consulado de su país, y durante su estadía se matriculó en la facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Marcos, por lo que fue uno de los fundadores de la “U”, y por ser el de mayor edad fue designado entrenador, junto con el profesor de Educación Física de San Marcos, don Carlos Cáceres. En el equipo, fue también arquero y delantero, y en la vida diaria, cónsul de su país, abogado, militar, y banquero.


Cuando los mariscales combatían

Es el nombre de una novela del piurano, Francisco Vegas Seminario. El grado ya no existe en el Perú, pero lo ostentaron Oscar Benavides (1876-1945), Francisco Bolognesi (póstumo como Gran Mariscal, en 1989), Andrés Avelino Cáceres (1836-1923), Ramón Castilla (1797-1867), Blas Cerdeña (1792-1854), Juan Bautista Eléspuru (1787-1839, póstumo), Agustín Gamarra (1785-1841), Antonio Gutiérrez de la Fuente (1796-1878), José de La Mar (1776-1830), Toribio de Luzuriaga (1782-1842), Guillermo Miller (1795-1861), Domingo Nieto (1803-1844), Luis José de Orbegoso (1795-1847), Miguel de San Román (1802-1863), José Bernardo de Tagle (1779-1825), y Eloy Ureta (1892-1965). Aunque el cargo se descontinuó, a fines de la segunda mitad del siglo XX, apareció nuevamente en Andrés Da Silva (1921-1994), conocido como el ‘Mariscal’, el único con este rango en el fútbol peruano.


Le llamaron así por su fuerza y don de mando, fue el capitán crema y disputó 11 temporadas, 155 partidos y, tres veces campeón nacional en los años 1945, 1946 y 1949. Integró la selección peruana que ocupó el quinto y tercer lugar, en los sudamericanos de 1947 y 1949. En las eliminatorias para el Mundial de México 1970, Nicomedes Santa Cruz homenajeó con un poema a Héctor Chumpitaz, y lo nombró general (‘lleva la capitanía de la selección peruana, pero a mí me da la gana, de ascenderlo en este día, por su arrojo y valentía, por su patriotismo audaz, porque adelante y atrás, tiene acierto en el comando, yo te asciendo y doy el rango, de general Chumpitaz). Considero debió nombrarlo Mariscal, pero en esos años eran los generales quienes mandaban en el Perú.


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