Aunque comenzamos tarde a enfrentar el virus e, inicialmente, dispusimos de un presupuesto exiguo de S/ 3 millones, es indudable que el Ejecutivo y muchas instituciones públicas y privadas (no todas), están haciendo denodados esfuerzos por combatir la pandemia, nos encontramos ante una crisis que modifica los hábitos y costumbres, y que exige a los peruanos sólida unidad en todos los ámbitos de la sociedad, dejando de lado diferencias personales y políticas, por lo que es necesario atender las situaciones que más están afectando la posibilidad de reducir la curva de contagios, con acciones en los siguientes frentes:
Son los mercados de abastos donde se producen inevitables aglomeraciones pues muchos peruanos no tienen la posibilidad de refrigeración en sus domicilios y sus ingresos no alcanzan para adquirir alimentos por períodos mayores a los dos o tres días. Es necesario declarar a los mercados como espacios críticos para la seguridad nacional, salud pública y economía familiar, cercándolos con las fuerzas armadas o rondas urbanas para controlar el acceso en orden y en determinado número de personas, de acuerdo a cada aforo, así como ordenar las colas.
Implementemos en los parques zonales de la Municipalidad Metropolitana de Lima puestos reguladores con los principales productos alimenticios para descongestionar los mercados, difundiendo su presencia por los medios de comunicación masivos, al estilo de las agro ferias, donde los mismos productores agrarios expendan sus productos.
Otro ámbito que genera se expanda el virus es la necesidad de muchos peruanos para retornar a sus provincias. Sugiero el Estado coordine con empresas de transporte para trasladarlos a sus localidades, utilizando mascarillas, y en coordinación con los gobiernos regionales y locales, implementar hoteles y hostales para recibirlos en cuarentena.
Establecimientos donde se producen amontonamientos son las instituciones financieras donde se pagan los bonos. En el Perú tenemos más de mil oficinas de instituciones financieras a lo largo del país, incluyendo bancos, cajas municipales y rurales, financieras y edpymes. Utilicemos a todas, según su presencia en cada localidad para los pagos, pues se avecina un millón más de beneficiarios, considerando la aprobación del bono al sector rural.
Atendamos las deudas de las personas naturales para que el consumo se retraiga lo menos posible. Créditos personales o tarjetas de crédito de personas naturales con el sistema financiero, menores de S/ 20,000, por citar una cantidad, pueden reprogramarse con un plazo de gracia de 1 año, y entre 3 a 5 años para pagar, con una tasa no mayor al 8% anual, y sin ser clasificados ni exigiéndoles provisiones al sistema financiero. El diferencial del interés actual con el 8% propuesto, sería asumido 50% por la banca y 50% por el Estado, con cargo al presupuesto anual para no afectar los recursos actuales. La banca también debe “mojarse”
Las canastas de alimentos deben ser adquiridas por el Ejecutivo directamente a productores e industriales de cada zona, y distribuidas por las fuerzas armadas durante el toque de queda, según el padrón que le definan los gobiernos regionales y locales. Se obtendrán mejores precios con una compra masiva, y evitarán congestiones.
La solidaridad de la gran empresa y las corporaciones. Las que hayan tenido utilidades brutas de S/ 10 millones de soles en 2019 o más no podrán despedir trabajadores, ni siquiera aquellos de los services que trabajen en limpieza, mantenimiento, vigilancia y afines. De igual forma aquellas que tengan utilidades acumuladas en sus balances por montos de S/ 10 millones o más, incluyendo aquellas que ya lo hayan realizado.
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