La semana pasada, estuvo en el Congreso de la República el presidente del Banco Central, Sr Julio Velarde. Por motivos personales no asistí a dicha sesión donde el Sr Velarde reiteró su férrea defensa del sistema privado de pensiones (AFPs) y del status quo y reiteró sus duras críticas a quienes propugnan un nuevo retiro de fondos hasta por 4 UITs.
Mi ausencia—aparentemente—causó enorme extrañeza y motivó un ataque directo en contra mía como “uno de los promotores del nuevo retiro”. De hecho, un reportero en la sección de Economía de EXPRESO ha llegado a preguntarse (por encargo de no sé quién) si mi ausencia se debió a que me moría de miedo de debatir con el “banquero más poderoso del país” o si, por el contrario, la verdadera razón de mi ausencia sería que “no sé nada de economía y actúo solo por populismo”.
Mis antecedentes académicos y profesionales son de conocimiento público. Los reseño tan solo para que quede claro la magnitud del infundio: magister en Economía de la Universidad de Londres, con estudios de doctorado en historia económica en la London School of Economics. Economista Senior del The Economist Intelligence Unit (Londres), Economista Jefe para America Latina del banco SBC Warburg (hoy UBS, Nueva York), ex presidente del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), columnista del Diario Gestión desde hace 20 años y de este diario desde hace unos meses.
En cuanto a los argumentos estos también son ampliamente conocidos: a favor de un sistema VOLUNTARIO privado de ahorro previsional con cuentas individuales y estímulos positivos (capital semilla, contribuciones equivalentes por parte del Estado, aporte complementario mediante el uso del IGV, uso generalizado de tecnología en esquema de micro pensiones, máxima competencia) etc., etc., etc.
Sigo con los argumentos. En contra de un sistema de ahorro previsional que excluye a 7 de cada 10 personas al exigir que tengan un empleo formal; en contra de un sistema “libre de riesgo” para las empresas de AFP, las cuales tienen pingües ganancias sin que importe lo que suceda con los activos que administran; en contra de un sistema plagado de conflictos de interés (bancos dueños de AFPs, y de aseguradoras; uso del ahorro previsional para financiar “empresas relacionadas”, etc.)
Opuesto a un sistema de ahorro que—a diferencia del resto de sistemas de ahorro previsional—excluye a los empleadores de algún nivel de responsabilidad en la generación del ahorro para el retiro de los trabajadores. Y en contra de mantener “capturados” ahorros de personas que por su edad y condición no tienen mayor posibilidad de retornar al sector formal y volver a aportar al sistema de AFPs y que por lo exiguo de sus ahorros no pueden aspirar a una pensión mínimamente digna.
No le temo ni rehúyo debate alguno. Soy de los que creen que “la verdad te hace libre”. Y que la diatriba es el arma de los cobardes.
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