El Congreso vive en un mundo paralelo, de espaldas a las verdaderas preocupaciones y prioridades ciudadanas. Aunque, en estos momentos, comparten la angustia que siente cierta parte de la ciudadanía—la más informada—en torno a la elección de una nueva mesa directiva, ante la posibilidad de que ésta esté conformada por perro, pericote y gato, es decir, por personas que carezcan de una convicción democrática por lo menos similar.
Para muchos, entre los que me incluyo, una mesa directiva que—tal como se rumorea—tenga como presidente o primer vicepresidente a algún representante de Peru Libre acompañado de miembros del así llamado Bloque Democrático es simplemente inaceptable.
Aunque faltan casi tres semanas, el debate es cada vez más intenso y los rumores y las “negociaciones” se han de intensificar probablemente hasta el mismísimo martes 25 de julio a las 10 am, cuando vence el plazo para que las alianzas de bancadas presenten sus candidatos a presidente, primer vicepresidente, segundo vicepresidente y tercer vicepresidente del Congreso de la República para el periodo 2023-2024, en una tradición que por ser “anual” le inserta a un sistema político por demás inestable, de todavía un grado mayor inestabilidad.
En otras democracias funcionales, los presidentes (Speaker) de parlamentos tienen gestiones por periodos más largos y, por ende, más estables y predecibles. En Europa, por ejemplo, el presidente del Parlamento Europeo es elegido entre sus miembros por un período “renovable” de dos años y medio (artículo 19).
En los Estados Unidos, el Speaker (presidente) de la Cámara baja (la Cámara de Representantes) es elegido por cada periodo congresal de dos años, pudiendo ser reelegido en hasta cuatro oportunidades consecutivas. En el Reino Unido, el Speaker de la Camara de los Comunes es elegido a propósito de las elecciones generales, las cuales—siendo el británico un régimen parlamentario—se pueden dar en cualquier momento en un periodo máximo de 4 años. Y cuando esto sucede, el Speaker puede ser nominado y elegido sin que tenga que ir necesariamente a una elección competitiva.
El actual Speaker, Sir Lindsay Hoyle fue elegido por votación secreta el 4 de noviembre del 2019 y luego fue reelegido (sin competencia) inmediatamente después de las elecciones generales del 17 de diciembre del mismo 2019. Todo sin el mayor drama.
¿Porqué, entonces, las 12 bancadas (y muy pronto 13) se encuentran todas ellas al borde de un ataque nervioso? La razón es muy sencilla: porque en el Perú quien preside el Congreso (conjuntamente con su séquito de 3 vicepresidentes) controla el presupuesto y la contratación—con casi total discrecionalidad—de decenas, sino centenas de “nuevos trabajadores y asesores parlamentarios”.
He ahí la madre del cordero: el manejo de los casi mil millones de soles de presupuesto anual, la razón principal de que tanto congresista esté al borde de un colapso nervioso.
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