Las citas bíblicas sirven no solo para conocer mejor los misterios divinos. Sirven también para conocernos mejor en nuestra calidad de seres humanos imperfectos. Muy imperfectos.
En este sentido, reflexionando acerca de lo que a diario veo en el Congreso de la República, recordé el capítulo 23, versículo 28 del Evangelio Según San Mateo, el cual, a la letra, dice: “Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”.
Hipocresía e inequidad. Pero –espero– eventualmente, justicia electoral mediante el voto en las urnas. Cada día, con cada votación, como la que autoriza un nuevo viaje de placer de la Sra. Boluarte –porque eso y no otra cosa es el viaje este mes a China– las mayorías congresales (FP, APP, RP, Perú Libre y satélites) dan sustento a un gobierno que en apenas un año y medio consumió hasta casi agotar todo el capital político que le confirió su ascenso constitucional al poder. No lo hacen –como señalan– por respeto a la institucionalidad y gobernabilidad. No. Lo hacen porque en ausencia de un Ejecutivo fuerte, el Congreso puede hacer lo que mejor les parezca, avasallando todos los demás poderes del Estado.
Bueno sería que los congresistas que en la práctica actúan como “bancada oficialista” –por más que la propia presidenta lo niegue y se refiera a ellos como sus “waykis congresales”– reconocieran abiertamente su apoyo a la Sra. Boluarte, pero en lugar de ello prefieren el camino de la hipocresía y denuncian y critican al gobierno justo hasta el momento anterior a someter su voto.
Y denuncian y critican a quienes optamos por el camino de la ética y la coherencia, criticando y votando en contra del gobierno de la Sra. Dina Boluarte tal y como antes lo hicimos con relación al gobierno del Sr. Castillo, sin someternos a la conveniencia y la hipocresía de apoyar con votos lo que ayer criticamos también con votos. Y es que, como dijera el famoso Aristóteles, “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.
Ciertamente, “en tiempos de hipocresía, cualquier sinceridad parece cinismo” como alguna vez dijera el genial escritor británico William S. Maugham. Pero que ello no nos lleve a descreer de todos todo el tiempo. Que la ciudadanía observe con atención la coherencia o falta de coherencia entre los dichos congresales y los votos. Y que cuando llegue la hora de votar recuerden: “Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Abraham Lincoln así lo dijo.
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