Como ya es tradicional a medida que se acerca el fin de año, los analistas económicos nacionales e internacionales se apuran por “ajustar a la baja” sus predicciones originales de crecimiento del PBI, confirmando que, en temas relacionados con la predicción del comportamiento futuro, los economistas somos tan buenos como los meteorólogos del SENHAMI.
De un crecimiento del PBI esperado para el 2023 del 4% los economistas del sector privado nacional e internacional consideran ahora que este girará alrededor del 0% en promedio—el peor resultado de los últimos 25 años, con la notable excepción del Año del COVID (2020).
En el caso específico del ministro de Economía, Sr. Alex Contreras, su habilidad para la predicción o proyección económica no es mejor que la de sus pares del sector privado, a pesar del privilegio de contar con información adelantada con un alto nivel de detalle.
El ministro Contreras comenzó el año señalando que como mínimo la economía crecería un 3.5% en 2023 gracias a la potencia multiplicadora de su plan Con Punche Perú. Luego, casi mes a mes, ha ido “ajustando” el pronóstico hasta el actual 1.1%, tasa de crecimiento virtualmente imposible a la luz de lo ocurrido en los primeros 9 meses del año.
Que los economistas del sector privado se equivoquen tiene sin dudas consecuencias—todas en el ámbito privado, nacional e internacional. Pero los errores predictivos del ministro de Economía tienen consecuencias que van más allá del ámbito público y privado por cuanto afecta intangibles tales como la credibilidad de la política económica y la confianza en la capacidad del MEF para sacar al país del marasmo en el que se encuentra.
Y afecta, además, de manera inmediata y profunda, factores tan tangibles como la inversión pública y privada, la recaudación fiscal, los salarios reales, y la creación de empleos—factores todos que registran caídas que no se condicen con los fundamentos básicos de la economía nacional ni con lo que acontece en el resto de la economía internacional. De hecho, de ser durante casi dos décadas el alumno Estrella de la región latinoamericana, este año el Perú tendrá una de las más bajas tasas de crecimiento de la región.
Pero no es sólo por esta razón que el Sr. Alex Contreras debería renunciar luego de 10 meses como ministro de Economía de la Sra. Boluarte y casi un año y medio como viceministro de Economía del detenido presidente Pedro Castillo.
No. El Sr. Contreras debería renunciar no solo por su falta de visión para orientar la Economía en el largo plazo—específicamente, en temas como la reforma del sistema previsional, la necesidad de impulsar la productividad mediante la adopción de las tecnologías de la 4ta Revolución Industrial, y la creciente importancia de una integración más efectiva y provechosa con la economía global. Temas que brillan por su ausencia en los discursos llenos de optimismo vacío con los que el Sr. Contreras pretende adormecer a la opinión pública nacional e internacional.
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