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Brenda Vallejo & Yefferson Llonto / Motor de la inversión pendiente

Reformas estructurales pendientes para el motor de la inversión privada en el Perú.

A nivel mundial las expectativas de los agentes económicos revela que tres de cuatro adultos señalan que la recuperación de las economías en 29 países se darían al menos en dos años más, en el caso peruano aún la aprobación del actual gobierno y los poderes del estado enfrentan desafíos en la aprobación de su accionar por parte de los ciudadanos, de ahí que el 60% de peruanos según IPSOS considera que el país se encuentra fracturado y un 59% considera que el país se encuentra en el tramo de expectativas negativas o de declive, principalmente por el inadecuado uso del poder de los políticos y la polarización de los ricos y pobres, acentuando las brechas sociales.


En dicho contexto los agentes económicos han reaccionado ante la debilidad de la economía peruana, ocasionando un panorama sombrío donde el dólar batió récord histórico superando los cuatro soles, la inflación superó el rango meta de 3% en el mes de julio, la calificación crediticia descendió a Baa1 por el escenario polarizado donde se pierde la credibilidad en lograr la eficacia de las políticas y un deterioro progresivo de la institucionalidad por los cambios abruptos como la asamblea constituyente que fomenta la incertidumbre política y jurídica que afecta al perfil crediticio del Perú.


El Banco Central de Reserva del Perú (2020) señala que la inversión privada ha mostrado una caída desde el año 2014 (-2.2%) hasta el año 2016 (-5.4%), recuperándose con un leve crecimiento en el año 2017 que alcanzó un crecimiento de 0.2%, pero que en el año 2020 cayó 20% debido a la paralización de la actividad económica por la COVID-19 que contrajo significativamente la inversión privada, principalmente por la paralización del sector minero que reflejo una caída del 30.4%, mientras el no minero reflejo una caída del 18.1%, después de un crecimientos en los dos años anteriores. Mientras para el año 2021 creció un 14,8% en el primer semestre explicado por el dinamismo de la autoconstrucción, mejoramiento de viviendas y la ejecución de grandes proyectos de infraestructuras, así como la reactivación de la minería.


Sin embargo tras el continuo escenario de incertidumbre como escenario económico y la crisis política tras un desgastado proceso electoral ha conllevado a que las expectativas empresariales se deterioren hacer del futuro de la economía peruana a tal punto a que la tasa de crecimiento para el año 2022 se proyecte sin crecimiento de acuerdo al Banco Central de Reserva del Perú, dado las aún fallidas señales a los agentes económicos en un entorno económico desfavorable y reglas de juego inestables para fomentar el consumo y la inversión, siendo la inversión uno de los motores del crecimiento en productividad de la economía peruana.


La evidencia empírica muestra que por cada incremento del 1% en el componente del índice de confianza empresarial, la inversión privada se incrementa en 0.6%; de ahí que la predictibilidad y seguridad de los futuros de la economía y con una estable macroeconomía, permitirá reducir la tasa de pobreza, incrementar el empleo y por ende mejorar los ingresos laborales.


De ahí que para que cualquier estrategia de crecimiento sea factible, el principal motor que moviliza recursos es el sector privado, pero que enfrenta desafíos como los elevados costos laborales, significativa carga tributaria, altos costos logísticos, limitado financiamiento e innovación, inestabilidad normativa, debilidad de los derechos legales y un clima de negocios inadecuado que ha ubicado al Perú en un círculo vicioso, que unido a la alta informalidad ha conllevado a un desempeño cada vez menos productivo y competitivo.


Es necesario que la agenda de gobierno incluya propuestas de política para verdaderas reformas estructurales en crecimiento de la inversión privada y productividad; enfrentando los desafíos que favorezcan la flexibilización de los factores productivos como el empleo, un entorno empresarial que promueva la innovación y el incremento de la productividad, estimular el desarrollo empresarial en sectores de manufactura y servicios que conlleve a un capital humano calificado y de innovación en los procesos, así como reducir las barreras de financiamiento que conlleve a una mejor provisión del crédito e instrumentos innovadores de financiamiento; así mismo la capacitación e inserción laboral de jóvenes y la eliminación de la discriminación en el mercado laboral se vuelve imperante para el logro un Perú con mayor productividad y competitividad.


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