Competitividad Regional e Insumos para una Prospectiva de Desarrollo y Gobernanza Productiva en el Largo Plazo
El INCORE 2024, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), revela importantes hallazgos sobre la competitividad de las regiones peruanas. Estos resultados muestran una fuerte relación entre el nivel de competitividad y el desarrollo económico y social, particularmente en relación a los niveles de incidencia de pobreza.
Las regiones con mayores niveles de pobreza se ubican entre las menos competitivas, mientras que las más competitivas son principalmente costeras y presentan mejores indicadores en diversos ámbitos.
Moquegua se ha destacado como la región más competitiva, desplazando a Lima después de once años. Arequipa, Tacna e Ica también están entre las más competitivas. En contraste, Loreto, Ucayali, Huánuco, Huancavelica y Cajamarca ocupan los últimos lugares del índice.
Desarrollo Prospectivo y Gobernanza Productiva
Para abordar las disparidades regionales y sentar las bases de un desarrollo sostenible y equitativo, es crucial un enfoque prospectivo que potencie las capacidades de las regiones más rezagadas. A continuación, se presentan algunos insumos para un escenario de desarrollo a largo plazo, que fomente la gobernanza productiva y eleve los niveles de competitividad.
1. Fortalecimiento de la Educación y Capacitación Técnica
La educación es fundamental para mejorar la competitividad regional. Moquegua lidera en el pilar de Educación, mostrando la mayor tasa de asistencia escolar y una baja tasa de analfabetismo. Es crucial replicar estos logros en otras regiones a través de inversiones en infraestructura educativa, capacitación de docentes y programas de educación técnica y vocacional alineados con las necesidades del mercado laboral regional.
2. Convergencia Público-Privada y Desarrollo Productivo
El desarrollo productivo debe ser impulsado mediante la colaboración entre el sector público, el sector privado y los productores de la agricultura familiar. Esta convergencia puede fomentar la innovación y la eficiencia en las cadenas productivas, mejorando la calidad de los productos y su competitividad en el mercado internacional. Programas de asistencia técnica y financiamiento a productores locales pueden ser clave para este proceso.
3. Mejora de Infraestructura y Acceso a Mercados
Las regiones más competitivas, como Lima y Arequipa, destacan en el pilar de Infraestructura. Mejorar la infraestructura en las regiones menos competitivas es esencial para reducir costos logísticos y mejorar el acceso a mercados. Inversiones en carreteras, puertos y telecomunicaciones pueden facilitar el comercio y atraer inversiones.
4. Fomento de la Gobernanza Productiva
Una gobernanza productiva efectiva debe centrarse en la sostenibilidad y la equidad. Esto implica la creación de políticas que promuevan la transparencia, la eficiencia en la gestión pública y la participación ciudadana en la toma de decisiones. Mejorar la percepción de la gestión pública, como ha ocurrido en Arequipa, es fundamental para generar confianza y atraer inversiones.
Un Futuro de Mayor Dinamismo Regional
Para lograr un mayor dinamismo en las regiones más rezagadas, es necesario un enfoque integral que aborde tanto las deficiencias estructurales como las oportunidades de desarrollo.
La pobreza es directamente proporcional al nivel de competitividad, por lo que mejorar la competitividad regional puede ser una herramienta poderosa para reducir la pobreza y mejorar el bienestar social.
En un escenario prospectivo de largo plazo, la combinación de educación de calidad, colaboración público-privada, infraestructura robusta y una gobernanza productiva eficiente puede transformar las regiones más pobres del Perú. Con liderazgo y políticas sostenibles, estas regiones pueden elevar sus niveles de competitividad y convertirse en motores de crecimiento económico, con una fuerte presencia en los mercados nacionales e internacionales.
La clave: La prospectiva estratégica de nuevos mercados
El desarrollo económico y productivo se alcanza mediante la capacidad de ser competitivos en los sectores y productos que el mercado global demanda. Para lograr esto, es fundamental realizar un monitoreo continuo y prospectivo de los mercados emergentes y en alza. Este monitoreo permite identificar tendencias y oportunidades que pueden ser estratégicamente aprovechadas.
Es esencial orientar nuestra producción hacia aquellos mercados que muestran un crecimiento potencial, asegurando que las regiones con capacidad productiva, pero que actualmente carecen de un horizonte claro y de mercados definidos, puedan ajustarse y alinearse con las demandas del mercado global. Esto no solo implica identificar oportunidades, sino también adaptar y mejorar los procesos productivos para satisfacer dichas demandas de manera eficiente y competitiva.
La identificación de mercados en crecimiento debe ir acompañada de una estrategia integral que considere las características específicas de cada región, como sus recursos naturales, capacidades humanas y tecnológicas, y las infraestructuras disponibles. Al fomentar una producción alineada con las demandas del mercado, no solo se mejora la competitividad de los productos nacionales, sino que también se promueve un desarrollo regional equilibrado y sostenible.
En síntesis, la visión de una competitividad regional equitativa y sostenible requiere un compromiso continuo y coordinado entre todos los actores involucrados. Solo así se podrán construir las bases para un desarrollo productivo que beneficie a todas las regiones del Perú, garantizando un futuro próspero y equitativo para todos sus ciudadanos.
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