La economía peruana se encontraba muy bien antes de la pandemia producida por el coronavirus. El país se proyectaba como uno de los que podía alcanzar un mayor crecimiento económico en la región en los momentos previos a esta crisis mundial.
En un primer análisis, tratando de vislumbrar los alcances del impacto en la agricultura peruana que provocará el COVID-19, es indudable que el impacto en el PBI será determinante, considerando que el sector agrario representa solo el 5,5% del PBI nacional y las agroexportaciones significan menos del 13% de las exportaciones peruanas de bienes y servicios.
Sin embargo, la agroexportación de los productos peruanos sigue adelante. Al iniciarse la cuarentena la campaña de uvas estaba finalizando y la de palta se inicia prácticamente a fines de abril. Los mangos frescos también han tenido despachos importantes, coincidiendo este año con una campaña ‘larga’ que permite hasta hoy el procesamiento industrial del mismo, despachándose al mercado interno y al exterior en forma normal.
La industria del arándano
Respecto a las exportaciones de arándanos, la industria peruana logró envíos que significaron un volumen que bordeó los USD 820 millones durante el 2019, y que seguirá con un crecimiento estimado del 20%, con lo cual Perú se acercará a los USD1000 millones en exportaciones de arándano, como líder mundial indiscutido del fruto.
La decisión del presidente Trump, de inyectar recursos directamente a los consumidores norteamericanos, nos motiva a pensar que no tendremos un año negativo y la gran ventaja de Perú es que la ventana de fines de septiembre e inicios de octubre coincide con la cosecha peruana y en ella se logran los mejores precios de la campaña. Hasta ahora el interés por los grandes compradores se mantiene en los EE. UU., principal mercado de las exportaciones agrícolas peruanas.
Basado en la publicación de Fresh Plaza, del 21 abril del 2020
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