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Alfonso Velásquez / Agroexportaciones inclusivas


En los últimos 18 años las agro exportaciones mundiales. han crecido en 8%, sin embargo las agroexportaciones peruanas crecieron 16%. El año 2019 fue un año difícil para nuestro comercio exterior, pero el agro mantuvo un crecimiento de 10%. Hoy, ante el COVID el agro ha crecido 4% durante el primer cuatrimestre.


La agro exportacion es un sector donde claramente trabajan unidos los sectores público y privado, donde contamos con marcos legales y tratados vigentes. La labor realizada para levantar las barreras fitosanitarias se refleja en 21 TLC. Ante la actual pandemia, el sector agro productivo es una de las pocas actividades que se mantuvo activa y con demanda a nivel global, dado que los gobiernos del mundo evitan interrumpir la cadena de distribución de alimentos. Tenemos una gran oportunidad dado que el 25% de las agroexportaciones totales se generan en Latinoamérica.


Post Covid-19 el mundo está más preocupado en el consumo de alimentos saludables y se prevé que esta tendencia irá en aumento en los próximos años. Ya se logró transformar la franja costera, convertir en verde el arenal, pero es necesario ahora integrar la sierra y la selva. El Perú tiene como ventaja su amplia variedad de climas, podemos producir casi todo lo que decidamos sembrar y en cualquier época del año. Dentro de esta variedad, las frutas son el producto estrella.


Si bien la tendencia de acceso a alimentos del mundo se mantiene estable, debido a la pandemia el fantasma del hambre puede recrudecer en países con amplia base de empleo informal como nosotros. En el muy corto plazo, el Gobierno debe fortalecer las cadenas de abastecimiento para con los pequeños agricultores y promover el consumo de lo que el campo produce; pero, en el mediano y largo plazo debemos propender la mayor inversión en incrementar la capacidad hídrica. Tenemos que preocuparnos por aumentar la frontera agrícola, generando cadenas de valor para que esos pequeños agricultores formen parte de la oportunidad de llegar a mayores mercados a la vez de atender la seguridad alimentaria del país.


El sector público, el privado y la academia son los principales actores en esta ecuación para lograr el crecimiento; el trabajo en el cultivo, cosecha y post cosecha deberían ser prioridad. Nuestras exportaciones llegan a 146 mercados, donde Estados unidos, España, Reino Unido, Ecuador, Países Bajos, Chile y China son los más importantes. Entre ellos China es un mercado en crecimiento constante, recibe arándanos, uvas frescas, aguacates y demás algas, y de gran futuro para nuestras exportaciones pues está se encuentra en camino a situarse al mismo nivel de importancia en embarques de alimentos que nuestro principal destino, los Estados Unidos de Norteamérica . Por su parte, China exporta a USA 215 productos que durante el 2019 alcanzaron los 3, 400 millones de dólares en venta, presentándose como una inmensa oportunidad para nuestros exportadores, considerando que ya exportamos cerca al 90% de esa interesante lista de productos alimenticios que por razones comerciales y razones también post COVID perderán presencia en el importante mercado estadounidense.


Es el momento de los Superfoods. La FAO nos indica que la demanda de alimentos crecerá 70% en los próximos 30 años, convirtiéndose en una inmenso desafío para nuestra industria de alimentos. Deberemos implementar nuevas cadenas de valor, impulsadas por la triple hélice. Se debe incluir también los productos originarios de nuestra biodiversidad selvática: aguaje, açaí, camu-camu, , moringa, palmito y otros. Importante mencionar la necesidad de activar la productividad de las Regiones. Conocemos el potencial en diversificación productiva en cada una de ella. Pero sin un trabajo articulado entre autoridades regionales y centrales poco podrá lograrse. Gran oportunidad también para organizar nuestra agricultura familiar, orientando a nuestros agricultores a asociarse y capacitarse para producir debidamente orientados según las necesidades de sus mercados locales, regionales integrándolos a la demanda nacional y abastecimiento coordinado eventualmente con la exportación. Est de eso, hay una necesidad de colocar a la agricultura familiar en escena, presentarlas al mercado. Hay experiencias muy buenas en que se las acercó al mercado con éxito, logrando el desarrollo económico generando una oferta que atiende mercados internos y externos.


La experiencia de integración a cadenas agroexportadoras de los pequeños productores de la selva, en torno al producto palmito es un muy buen ejemplo. Básicamente se basa en la facilidad logística de sacar el producto del campo en vehículos más pequeños, lo que permite el acceso a lugares más remotos, y por tanto una mayor integración. La industria del palmito ha formalizado la mano de obra, se les ha bancarizado, integrados a una cadena agroexportadora que tiene como meta en los próximos años incrementar una oferta agroexportable basada en hasta 5,000 hectáreas.


Finalmente, el componente laboral y la innovación en productividad en la agroindustria y agroexportación es una parte muy importante de la estructura de costos. El marco jurídico promotor ha sido gravitante para lograr los resultados mostrados. Las inversiones agrarias son todas de largo plazo, por ello el marco jurídico estable ha jugado realmente un papel promotor para que las empresas realicen inversiones de magnitud en costa, sierra y selva. Si queremos llevar este beneficio e incluir a los pequeños productores y agricultura familiar, tenemos que mantener los beneficios de la Ley e incluso extenderlos. Hoy más que nunca, Estado, empresa y academia, son las llamadas a trabajar en la competitividad y productividad de los más pequeños.


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