En los últimos meses ha sonado con fuerza una palabra desconocida para la mayoría de los mortales, aunque no tanto en los mercados financieros. Se trata del ‘tapering’ (estrechar, atenuar), que no es más que la retirada progresiva de los estímulos monetarios (inyección de dinero a la economía) llevada a cabo por los bancos centrales, principalmente, desde la crisis financiera de 2008. Estos bancos también son conocidos como “el banco de los bancos”, el banco emisor (fabricante) del dinero que hay en circulación y el encargado de “mantener” la estabilidad de precios de una economía.
Como crean dinero los bancos centrales
Para crear dinero el banco central debe adquirir o aumentar activos, es decir, crear base monetaria. Si el banco central quiere crear más dinero para “inyectar” a la economía, debe respaldarlo previamente con algo. A este proceso, previo a la impresión de billetes, se le conoce como “creación de base monetaria”, que consiste en aumentar los activos del banco. Hay varias formas de hacerlo: aumentando la cantidad de oro y divisas que posee el banco central, comprando deudas (bonos públicos y privados), o con operaciones REPO como hace habitualmente el Banco Central de Perú.
La pandemia desatada por el Covid, hundió la economía global como nunca antes en el último siglo. Las respuestas de estímulo monetario y fiscal para salir de la crisis económica no tuvieron precedentes. Los bancos centrales se lanzaron al mercado con el mensaje de que hay dinero infinito por medio del QE, quantitative easing (flexibilidad cuantitativa o política monetaria no convencional), que consiste en crear dinero de la nada, destinado a comprar deudas y subvencionar todo aquello que haga falta. El balance de los bancos centrales había alcanzado hasta 25 trillones de dólares entre 2020 y 2021.
Los bancos centrales de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Reino Unido, Canadá, entre otros, decidieron sacar toda la maquinaria financiera para inyectar a la economía desde marzo de 2020 el mayor “oxígeno” posible. Esa batería de medidas tenía como objetivo fundamental colocar liquidez (dinero fresco) al sistema a través de un programa de compras masivas de bonos soberanos, bonos hipotecarios, bonos corporativos, bonos basura, subvenciones a determinados sectores económicos y entregas de dinero directa a ciudadanos, como se dio en Norteamérica.
El Banco Central de los Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés), duplicó su balance en 2 años desde los 4,1 billones de dólares que tenía en enero de 2020 a 8,9 billones que tiene actualmente y equivale al 38% del PBI de ese país. Entre tanto, el balance del Banco Central Europeo (BCE), alcanza el 82% del PBI de la zona euro, frente al 134% del Banco de Japón (véase Bloomberg). El BCE, sigue con sus políticas monetarias expansivas (comprando deudas) previstas hasta junio próximo, y a partir de ahí subirían las tasas de referencia, aún cuando la inflación en la zona euro está en máximos históricos. Se estima, que el 80% de dólares que circula actualmente por el mundo, fue creado en los últimos dos años (marzo de 2020 - 2021), es decir, el equivalente a 8,6 billones de dólares.
La directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, dijo hace muy poco, que hay demasiado dinero en circulación en los mercados desde el 2020, producto de la ilimitada impresión de billetes por los bancos centrales, lo que ha generado una inflación global. Admitió, que no hubo suficiente reflexión sobre las consecuencias de la expansión monetaria puesta en marcha por los bancos. Es decir, la emisión salvaje de dinero no es neutra, tiene sus consecuencias, y las estamos viendo.
Por qué el tapering
Como consecuencia de la masiva compra de bonos (activos financieros) por los bancos centrales, sus balances están fuertemente inflados. El tapering lo que busca, es reducir dichos balances, lo cual significa retirar dinero del mercado de manera gradual o progresiva (o "drenarlo", como se dice en los mercados). Y hay varios caminos para hacerlo: 1) vender parte de sus activos o bonos que están en los balances, 2) no renovar los bonos cuando llegue su vencimiento, y 3) ambas cosas a la vez (no son incompatibles). El problema es cómo pueden afectar estas medidas a los mercados financieros. En cualquier caso, todo dependerá del ritmo al que se haga.
Pero, el tapering también significa retirar los estímulos monetarios, es decir, una reducción de la oferta monetaria, o mejor aún, un menor aumento de la oferta monetaria mensual con respecto al ritmo de expansión que se venía dando entre marzo de 2020 y el 2021. Mejor dicho, supone reducir la compra mensual de bonos o deudas por parte de los bancos centrales, con lo cual, se rebaja los niveles de liquidez en el sistema, y todo ello, orientado a combatir la inflación galopante. Para alcanzar este último objetivo, también se pondrá en marcha subida de tasas, que están actualmente en mínimos.
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