
PETROPERÚ: ¿se está fraguando una quiebra fraudulenta?
Las calificadoras se suman al coro
En línea a las declaraciones de los directores de Petroperú, Fitch Ratings y Standard & Poor´s (S&P) le bajan la nota o calificación a la empresa estatal. La noticia corrió como reguero de pólvora por distintos medios locales e internacionales como Bloomberg degradando aún más la pésima reputación de la petrolera y aceleró el proceso de crisis por la que atraviesa.
En general, la baja calificación redunda en un mayor costo financiero para la empresa que busca financiarse en los mercados de capitales, agravando finalmente la salud financiera y causando, casi siempre, una calificación aún más baja. Este proceso se conoce como “efecto precipicio” (cliff effect). Entonces cabe preguntarse ¿Quién está interesado en la evaluación crediticia de Petroperú, mejor dicho, de los instrumentos financieros que puede emitir en el futuro? ¿Quién financia a las agencias que hacen el trabajo de calibrar la salud financiera de la empresa? ¿Son realmente imparciales y objetivas sus evaluaciones?
¿Tiene salidas Petroperú?
Mi respuesta es afirmativa. Pero, no haciendo más de lo mismo, ni con los mismos actores de hoy. La actual administración como las anteriores ha demostrado incapacidad para revertir su situación y su mala reputación. La empresa va de mal en peor y las cifras al 1T24 son elocuentes.
En mi opinión la empresa necesita tres cuestiones clave para salir de la crisis:
a) Voluntad política del gobierno de turno. Petroperú puede recuperar su rol protagónico en la política de precios de los combustibles. Hay fundadas razones estratégicas para seguir defendiendo su supervivencia.
b) Un nuevo equipo de dirección de comprobada experiencia, solvencia moral y una sólida formación académica en management, no técnicos. Sería la garantía de un buen gobierno corporativo. Esto implica, el cambio inmediato de los miembros del actual órgano de dirección, órganos de control, órganos de asesoría, órganos de apoyo, órganos de línea (gerentes corporativos). Invitarles al retiro.
c) Un plan de reestructuración integral de la empresa, cuyos objetivos deben estar orientados a garantizar la supervivencia de la empresa, aumentar su competitividad para alcanzar niveles de rentabilidad deseados, mejorar su imagen corporativa para acceder al mercado de capitales, entre otros. Debe ser un plan que inspire confianza entre los stakeholders internos y externos y que conduzca a un nuevo modelo de empresa con una nueva estructura organizacional “adelgazada”, eficiente y transparente. El actual “plan de reestructuración” (01.04.2024) es un listado de buenas intenciones basado en un diagnóstico erróneo y la estructura organizacional aprobada hace unos días es muy jerarquizada y obsoleta. No sirve para un empresa en crisis,
Conclusiones
- Como se ha demostrado con sus propias cifras, Petroperú no está en quiebra, ni siquiera en quiebra técnica como algunos sostienen erróneamente. Al mentir sobre el estado real de la empresa pública, están creando una quiebra ficticia, fraudulenta. Cabe advertir que las quiebras fraudulentas están tipificadas como delito penal en la legislación vigente.
- Es evidente que Petroperú está en crisis financiera, pero tiene salidas. El principal problema es la falta de capital de trabajo. No obstante, con un conjunto de medidas disruptivas y de la mano con los acreedores financieros y los deudores comerciales es posible superar dicha crisis.
- El éxito o fracaso de una empresa pública o privada no depende de su tamaño, ni de su titularidad jurídica. Depende principalmente del liderazgo que imprime la alta dirección. El liderazgo basado en principios genera confianza y seguridad en los stakeholders o grupos de interés para hacer frente a los cambios y los desafíos a los que se enfrenta.
- Las empresas quiebran básicamente por tres razones: en su mayoría por culpa de una dirección incompetente, otras, simulando un fraude para favorecer a ciertos grupos de interés o eludir obligaciones y por “mala suerte”. La historia está llena de ejemplos de este tipo.
Referencias:
El autor es Doctor en Ciencias Económicas por la UAM de Madrid y Profesor Principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha sido presidente del Directorio de Petroperú (agosto 2003 – abril 2005).
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