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Foto del escritorAlejandro Narváez

Alejandro Narváez / Encrucijadas y universidades (1 de 2)


La universidad pública peruana, en la encrucijada


El ambiente en las universidades públicas peruanas está caldeado y hay razones de sobra para ello. La huelga de sus docentes se extiende por todo el país. Exigen al gobierno entre otras cosas, el cumplimiento del artículo 66 de la ley universitaria 30220, cuyo mandato es homologar los paupérrimos salarios de los docentes universitarios a las remuneraciones de los magistrados judiciales. La universidad pública, cargada de futuro, pero con males endémicos largamente postergados, sigue en la sala de espera, pendiente de que el gobierno la examine y se interese por sus dolencias.


He dedicado cerca de 25 años de mi vida a la universidad, tanto como docente y como autoridad. Por ello, algo sé de los males que padece la universidad peruana. Estarán de acuerdo conmigo, cuando afirmo que el futuro del Perú pasa por nuestras universidades. Digo, asimismo, y sin ambages: el futuro de la universidad pública peruana es también el futuro del Perú.


Probablemente, en ningún otro momento de la historia, las universidades hayan desempeñado un papel tan relevante para el futuro de una sociedad y, por ello, nunca antes ha sido tal la exigencia social que recae sobre ellas. Desde esta perspectiva, creo que es urgente retomar el debate en torno a tres problemas endémicos de la universidad peruana que no fueron abordados debidamente en la ley antes citada y en sus cambios posteriores: la financiación, la autonomía universitaria y la gobernanza. Obviamente, el debate sobre estos tres problemas debe ser simultáneo. De nada sirve cambiar o modernizar el sistema de gobierno si luego no hay suficientes recursos asignados a la universidad que la dote una verdadera autonomía a la hora de ejecutar sus planes.


La madre de todos los debates: la financiación

Comencemos por el principio. La deficitaria financiación de la universidad pública es uno de sus males crónicos. En los últimos 5 años (2019 - 2023) los recursos asignados a las universidades públicas ascendieron en promedio a 5,601 millones de soles anuales, con una tasa de crecimiento nominal promedio de 4.95% anual. Con respecto al PBI nacional dicho presupuesto, representa apenas el 0.65% en promedio anual (véase Transparencia Económica - Perú).


La alta tasa de abandono de estudiantes y la creciente precarización del empleo de miles de docentes e investigadores, son algunos síntomas que muestran la grave crisis por la que pasa la universidad pública. En cifras, desde el 2019 hasta 2022, abandonaron cada semestre 32,478 estudiantes en promedio (10.9% del total matriculados) (Informe No. 00320-2022-MINEDU).


Es una realidad, no una opinión. Otras causas, no menos importantes, que explican la crisis actual, son la endogamia enquistada y la ineficiente gestión por parte de sus autoridades en la mayoría de universidades. No creo que se pueda parar esta crisis, si no se valora el esfuerzo y el mérito de los docentes con incentivos que se merecen y si no se corrigen los criterios de evaluación para la incorporación de los nuevos académicos a la carrera universitaria, porque son éstos quienes gobernarán los destinos de la universidad pública en un futuro cercano.


Veamos el caso de la universidad más grande e importante del país, me refiero a San Marcos con 40,285 alumnos, 20 facultades y 67 escuelas profesionales. El presupuesto anual promedio asignado entre los años 2019 – 2023 asciende a 563 millones de soles, con un crecimiento anual promedio de apenas 2.19% nominal. Su principal fuente de financiación proviene de los recursos directamente recaudados (55.54%). Es decir, el grueso del presupuesto sanmarquino es autogenerado. En la práctica es una universidad cuasi-privada.


Para el desarrollo de la ciencia, se le ha dado la ridícula cifra de 401 mil soles anuales promedio en los últimos 5 años. No obstante, en el Ranking QS ALC 2024, San Marcos está en el puesto 49 de 420 universidades evaluadas. Es la segunda mejor puntuda después de la PUCP. El resultado no está mal para el poco dinero invertido, pero esto no se puede mantener en el tiempo. Si comparamos el presupuesto de San Marcos, con una privada en este caso la PUCP, la diferencia es abismal. La privada dispuso de 972 millones de soles anual promedio en el periodo 2020 – 2022 (no se tiene datos de otros años), para atender 29,847 alumnos y 13 facultades.


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