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Alejandro Narváez / Economía de mal en peor (1 de 2) 



La economía mundial irá de mal en peor en el 2024

 

En unos pocos días más 2023 toca a su fin, y claramente con más sombras que luces.  A cambio se inicia un nuevo año y la pregunta clave, es: ¿Cómo será ese nuevo año? Desafortunadamente, las proyecciones de los analistas apuntan que el 2024 será un año más sombrío que el año que se va. Evidentemente, no se puede negar cuando los datos son objetivos. Decir lo contrario sería un iluso. Será un año de guerra, de desinflación y de un acelerado proceso de desglobalización o fragmentación del mundo. Todo ello pesará negativamente en la economía mundial.

 

Bajo crecimiento

Antes de presentar las proyecciones para el 2024, es oportuno comenzar con algunas precisiones acerca del producto bruto interno (PBI) conocido como el patrón de medida del crecimiento de una economía, que expresa “el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un período de tiempo, usualmente, un año”. Por lo tanto, el PBI no es un indicador de medición del desarrollo de un país, ni del bienestar de su gente, tampoco se ocupa de revelar la distribución de la riqueza y la renta creada. Alguien podría pensar erróneamente, que cuanto más crece el PBI de un país, éste es más desarrollado y tiene mayor bienestar. No obstante, es el dato económico más mediático y usado por muchos para observar el comportamiento de la actividad económica.

 

El consenso de los analistas cree que en el 2024 habrá una mayor desaceleración de la economía mundial que este año que culmina.   El FMI proyecta un aumento del PBI promedio mundial de 2.9% (2023:3%), La OCDE estima un 2.7% (2023:2.9%) y la CEPAL en su reporte preliminar de diciembre, pronostica un 2.9% (2023: 3%). Recordemos que el crecimiento del PBI global en el 2022 fue de 3.3%. Según estas cifras, el 2024 será un peor año que los anteriores, marcado por más proteccionismo de las grandes economías, con restricciones a la exportación de nuevas tecnologías basadas en tierras raras y en camino a una creciente desglobalización del mundo.

 

China está sumida en una espiral deflacionista y crecerá el 2024 apenas un 4.2% (2023:5.2%). La Eurozona cierra este año en recesión y el 2024 tendría una tímida recuperación de 1.5%. EE. UU crecerá este año en torno a 2.1% (2024: 1.5%), gracias a una política fiscal expansiva, pero, nada asegura que el 2024 sea igualmente un buen año, en un escenario de una aguda crisis política interna y sus líos externos. Para la economía global, la amenaza climática es -real. Dos guerras en apogeo (Ucrania y Medio Oriente). Las crecientes tensiones entre EE. UU y China, etc. Sumando a este escenario las elecciones en EEUU, Rusia, India, Indonesia, México, Taiwán, entre otros, cuyos resultados tendrán profundas consecuencias globales, el futuro se torna sombrío.

 

Los precios suben menos

A lo largo de este año, los precios internacionales de las materias primas no energéticas, que incluyen metales y alimentos, han continuado la tendencia a la baja iniciada en la segunda mitad de 2022. En cambio, los bienes energéticos, especialmente el petróleo, han experimentado un aumento desde la mitad de este 2023 como respuesta a recortes de producción por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo Plus (OPEP+).

 

La inflación global proyectada por el FMI para el 2024 es de 5.8% (2023: 6.9%), la OCDE (noviembre 2023) pronóstica para los países de este bloque un promedio de 5.2% (2023: 7%). Por su parte la CEPAL (diciembre 2023), espera que la inflación promedio mundial disminuya de 8,7% en 2022 a 6,9% en 2023 y a 5,8% en 2024, lo que aún se ubica por encima del promedio del 3,6% registrado en la década previa a la pandemia (2010-2019). Estas optimistas proyecciones pueden no darse, si las múltiples crisis antes señaladas persisten el próximo año.

 

Es evidente que los precios a nivel mundial crecen menos, no obstante, los principales bancos centrales aún mantienen políticas monetarias restrictivas, en tanto los niveles de los precios permanecen por encima de la meta de inflación que se han autoimpuesto.  Como dijimos antes, la caída de precios a nivel global (incluido el Perú) en el 2023, es el efecto de la dura política monetaria puesta en marcha en 2022 por los bancos centrales, que redujo drásticamente el consumo interno causando una parálisis de la economía. Entonces la pregunta clave es: ¿es válido el 2% o 3% como objetivo de inflación?


 

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