¿La hegemonía del dólar tiene fecha de caducidad?
Los tiempos que vienen serán radicalmente diferentes a los que hemos vivido hasta ahora, pero se parecerán mucho a otras etapas de la historia. Esta es la principal conclusión a la que llega Ray Dalio en su libro “El Nuevo Orden Mundial” (2022), después de un titánico estudio de episodios parecidos al presente en los últimos quinientos años.
Todos los imperios han vivido fases de expansión y liderazgo, así como de declive, ya sea por pérdida de poder financiero, conflictos internos, guerras o revoluciones. Todas estas «señales», que podemos identificar también hoy, preludian la aparición de una nueva potencia mundial, el reinicio de un nuevo gran ciclo. Según Larry Fink, presidente de BlackRock, asistimos inexorablemente, a un nuevo régimen económico.
Desde la segunda guerra mundial Estados Unidos ha mantenido su status de superpotencia gracias a varios factores: el dominio del dólar, el control de las grandes instituciones financieras del mundo (FMI, BM, etc.) y también su poderío militar. Sin embargo, en las últimas décadas China ha ido consolidando cada vez más su poder, lo que se suma, al hecho de que algunos organismos económicos mundiales que dependían de los Estados Unidos se han convertido en irrelevantes. El FMI ya no presta dinero a los Estados porque sus condiciones son peores que los préstamos que otorgan los fondos saudíes o chinos. De hecho, el único cliente del FMI, por poner un ejemplo, ahora mismo es Argentina asfixiada por su deuda.
Hace unos días todos los ministros de finanzas del mundo asistieron en Washington a la cita anual de primavera del BM y FMI, donde afirmaron que el futuro de la humanidad pende de un hilo. Hablaron del cambio climático y dijeron que el mundo será más inhóspito e inhabitable para miles de millones de personas. Es cierto que la economía global está creando más pobreza, más hambre y más desigualdad. Pero también es verdad, que a pesar de las reiteradas advertencias y súplicas estos prestamistas y otras instituciones financieras internacionales, así como sus accionistas más ricos, han hecho muy poco para evitar la creciente inequidad que hay en el mundo.
China pisa el acelerador del cambio
En el orden mundial cambiante, varios países empiezan a disputarse el puesto del país más poderoso del mundo. China y Brasil acaban de firmar un acuerdo comercial para deshacerse del dólar y eso podría ser una amenaza al liderazgo de los Estados Unidos y su moneda. El acuerdo, les permitirá comerciar directamente entre ellos sin tener que comprar dólares en el proceso, es decir, que las empresas brasileñas podrán pagar a los chinos con reales brasileños y los chinos con yuanes chinos.
Y este no es el primer acuerdo de este tipo en el que se deja afuera al dólar como moneda de intercambio. China ha estado alejándose lentamente de la moneda norteamericana desde el 2010 a través de distintos acuerdos con varios países. Arabia Saudita, el segundo mayor productor de petróleo del mundo, comenzó a aceptar yuanes en lugar de dólares para las ventas de petróleo a China. Por otro lado, los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que aporta con el 31.5% al PBI mundial, acordaron hacer sus transacciones en sus propias monedas sin depender del dólar. Además, Rusia e India decidieron abandonar el uso del dólar y el euro en el comercio bilateral el año pasado.
Por otro lado, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) con sede en Shanghái, creado por los países BRICS en 2014, aspira servir de alternativa y contrapeso al FMI y BM dominados por Estados Unidos y la Unión Europea desde 1945. El NBD tiene todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global. Además de los actuales países del BRICS y los BRICS-Plus, el banco cuenta entre sus miembros con Egipto, Bangladés, Uruguay y Emiratos Árabes Unidos.
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